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Si bien es cierto que los caminos de Dios son más altos que los nuestros y que siempre debemos someternos a Su voluntad, Él también nos alienta a que pensemos y actuemos por nosotros mismos. Esa es una lección que aprendieron Jared y su hermano. Por ejemplo, la idea de viajar a una nueva tierra que fuese “la más favorecida de toda la tierra” pareció comenzar con Jared, y el Señor concedió su petición, diciéndole al hermano de Jared: “Y así obraré contigo, porque me has suplicado todo este largo tiempo” (véase Éter 1:38–43). Asimismo, cuando el hermano de Jared necesitaba luz en el interior de los barcos que los llevarían a la tierra prometida, el Señor le hizo una pregunta que por lo general nosotros le hacemos a Él: “Qué quieres que yo haga… ?” (Éter 2:23). Él desea escuchar nuestros pensamientos e ideas, y nos escuchará y nos dará Su confirmación o nos aconsejará otra cosa. En ocasiones, lo único que nos separa de las bendiciones que procuramos es nuestro propio “velo de incredulidad”; y si podemos “rasg[ar] ese velo” (Éter 4:15), puede que nos sorprendamos de lo que el Señor está dispuesto a hacer por nosotros.
Véase también “The Lord Appears to the Brother of Jared [El Señor se aparece al hermano de Jared]” (video), Biblioteca del Evangelio.
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Moroni sabía lo que significaba estar solo en un mundo inicuo, en especial, después de la muerte de su padre en batalla y de la destrucción de los nefitas. “… yo quedo solo”, escribió, no tengo amigos ni adónde ir” (Mormón 8:3, 5). La situación puede haber parecido desalentadora, pero Moroni halló esperanza en Jesucristo y en su testimonio de que “los eternos designios del Señor han de seguir adelante” (Mormón 8:22). Además, Moroni sabía que una parte clave de esos eternos designios sería el Libro de Mormón, el registro que él estaba completando diligentemente, el mismo que un día llevaría a muchas personas “al conocimiento de Cristo” (Mormón 9:36). La fe de Moroni en estas promesas hizo posible que pudiera declarar a los futuros lectores del libro: “os hablo como si os hallaseis presentes” y “sé que tendréis mis palabras” (Mormón 8:35; 9:30). En la actualidad, ciertamente tenemos sus palabras y la obra del Señor sigue adelante, en parte, porque Mormón y Moroni fueron fieles a su misión, aun cuando estaban solos.Título: “Os hablo como si os hallaseis presentes”Categoría: Libro de MormónPrograma: Podcast del Libro de Mormón con Pepe y ArielReferencias: Mormón 7–9Autor: Pepe ValleInvitado: Ariel Cuadra_____________________Únete al Grupo de Whatsapp: https://chat.whatsapp.com/JfCIDbnOXfn...Gracias por acompañarnos, te invitamos a conocer todo nuestro contenido:Central de las Escrituras: https://centraldle.esDescarga ScripturePlus: https://scriptureplus.orgFanPage: / bookofmormoncentralenespanol Grupo de Facebook: / 456254818520188 Geografía del Libro de Mormón: https://geografia.centralldm.esÍndice del Libro de Mormón: https://indice.centralldm.es
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Si se compara con los ejércitos lamanitas, el “pequeño ejército” de Helamán (Alma 56:33), integrado por jóvenes, no tenía ninguna posibilidad de éxito. Además de ser pocos en número, los guerreros de Helamán “eran todos muy jóvenes”, y “nunca habían combatido” (Alma 56:46–47). En cierta manera, su situación puede parecernos familiar a aquellos de nosotros que nos sentimos a veces superados en número y abrumados en nuestra lucha de los últimos días contra Satanás y las fuerzas del mal en el mundo.
Sin embargo, el ejército de Helamán tenía ciertas ventajas sobre los lamanitas que no tenían nada que ver con su número ni con sus destrezas militares: Eligieron a Helamán, un profeta, para que los dirigiera (véase Alma 53:19); “sus madres les habían enseñado que si no dudaban, Dios los libraría” (Alma 56:47); y tenían “extraordinaria fe en lo que se les había enseñado a creer”. Como resultado, fueron protegidos por el “milagroso poder de Dios” (Alma 57:26). Por tanto, cuando afrontamos las batallas de la vida, podemos tener valor. El ejército de Helamán nos enseña “que ha[y] un Dios justo, y que todo aquel que no dud[e], ser[á] preservado por su maravilloso poder” (Alma 57:26).
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Para los zoramitas, la oración consistía en ponerse de pie en un lugar donde todos pudieran verlos, y repetir palabras vanas y autocomplacientes. Los zoramitas no tenían fe en Jesucristo —incluso negaban Su existencia— y perseguían a los pobres (véase Alma 31:9–25). Por el contrario, Alma y Amulek enseñaron que la oración estaba más relacionada con lo que sucede en el corazón que con lo que sucede en el ámbito público. Y si no mostramos compasión hacia las personas necesitadas, nuestra oración “es en vano y no […] vale nada” (Alma 34:28). Lo más importante es que oramos porque tenemos fe en Jesucristo, quien ofrece redención mediante Su “sacrificio infinito y eterno” (Alma 34:10). Alma explicó que esa fe comienza con la humildad y con un “deseo de creer” (Alma 32:27). Con el tiempo, y al nutrirla constantemente, la palabra de Dios echa raíz en nuestro corazón hasta convertirse en “un árbol que brotará para vida sempiterna” (Alma 32:41).
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Los relatos que se hallan en Alma 30–31 demuestran claramente el poder de las palabras, ya sea para bien o para mal. Las palabras “lisonjeras” y “muy altaneras” de un falso maestro llamado Korihor amenazaban con llevar a “muchas almas a la destrucción” (Alma 30:31, 47). De modo semejante, las enseñanzas de un disidente nefita llamado Zoram condujeron a todo un grupo de personas a caer “en grandes errores” y a “pervert[ir] las vías del Señor” (Alma 31:9, 11).En cambio, Alma tenía una fe inquebrantable en que la palabra de Dios tendría un “efecto más potente en la mente del pueblo que la espada o cualquier otra cosa” (Alma 31:5). Las palabras de Alma declararon la verdad eterna e invocaron los poderes de Jesucristo para silenciar a Korihor (véase Alma 30:39–50); también hicieron descender Sus bendiciones sobre aquellos que fueron con él a traer a los zoramitas de vuelta a la verdad (véase Alma 31:31–38). Estos son valiosos ejemplos para los seguidores de Cristo en nuestros días, en los que los mensajes falsos son comunes. Podemos encontrar la verdad si confiamos en “la virtud de la palabra de Dios”, tal como lo hizo Alma (Alma 31:5).Título: “La virtud de la palabra de Dios”Categoría: Libro de MormónPrograma: Podcast del Libro de Mormón con Pepe y ArielReferencias: Alma 30–31Autor: Pepe ValleInvitado: Ariel Cuadra_____________________Únete al Grupo de Whatsapp: https://chat.whatsapp.com/JfCIDbnOXfnJzOlMChyShEGracias por acompañarnos, te invitamos a conocer todo nuestro contenido:Central de las Escrituras: https://centraldle.esDescarga ScripturePlus: https://scriptureplus.orgFanPage: https://www.facebook.com/BookofMormonCentralenEspanolGrupo de Facebook: https://www.facebook.com/groups/456254818520188Geografía del Libro de Mormón: https://geografia.centralldm.esÍndice del Libro de Mormón: https://indice.centralldm.es
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¿Te has preguntado alguna vez si las personas en verdad pueden cambiar? Quizás te preocupe si podrás o no vencer el efecto de algunas malas decisiones que hayas tomado, o si podrás o no superar ciertos malos hábitos que hayas adquirido; o tal vez tengas inquietudes similares en cuanto a tus seres queridos. Si ese es el caso, la historia de los anti-nefi-lehitas te puede ayudar. Estas personas eran enemigos acérrimos de los nefitas. Cuando los hijos de Mosíah decidieron ir a predicarles el Evangelio, los nefitas “se burlaron de [ellos]”. Les parecía una solución más plausible matar a los lamanitas antes que convertirlos (véase Alma 26:23–25).Mas los lamanitas sí cambiaron, gracias al poder de Jesucristo para convertir. Alguna vez fueron conocidos por ser “un pueblo salvaje, empedernido y feroz” (Alma 17:14), pero llegaron a “distingu[irse] por su celo para con Dios” (Alma 27:27). En efecto, “nunca más se desviaron” (Alma 23:6).Puede que tengas algunos pensamientos o acciones que necesites cambiar, o “armas de […] rebelión” que debas abandonar (Alma 23:7). O quizás solo tengas que mostrar un poco más de celo para con Dios. Cualesquiera que sean los cambios que debas hacer, Alma 23–29 te infundirá esperanza en que es posible lograr un cambio duradero mediante el poder expiatorio de Jesucristo.Título: “Nunca más se desviaron”Categoría: Libro de MormónPrograma: Podcast del Libro de Mormón con Pepe y ArielReferencias: Alma 23–29Autor: Marvin OlveraInvitado: Ariel Cuadra_____________________Únete al Grupo de Whatsapp: https://chat.whatsapp.com/JfCIDbnOXfnJzOlMChyShEGracias por acompañarnos, te invitamos a conocer todo nuestro contenido:Central de las Escrituras: https://centraldle.esDescarga ScripturePlus: https://scriptureplus.orgFanPage: https://www.facebook.com/BookofMormonCentralenEspanolGrupo de Facebook: https://www.facebook.com/groups/456254818520188Geografía del Libro de Mormón: https://geografia.centralldm.esÍndice del Libro de Mormón: https://indice.centralldm.es
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Piensa en todas las razones que la gente podría dar para no compartir el Evangelio: “No sé lo suficiente”, “No estoy seguro de que estén interesados” o, quizás, “Temo que me rechacen”. Tal vez en ocasiones hayas tenido pensamientos similares. Los nefitas tenían una razón adicional para no compartir el Evangelio con los lamanitas: a ellos se les describía como “un pueblo salvaje, empedernido y feroz; un pueblo que se deleitaba en asesinar a los nefitas” (Alma 17:14; véase también Alma 26:23–25). Sin embargo, los hijos de Mosíah tenían una razón aún más poderosa por la que sentían que debían compartir el Evangelio con los lamanitas: “estaban deseosos de que la salvación fuese declarada a toda criatura, porque no podían soportar que alma humana alguna pereciera” (Mosíah 28:3). El amor que inspiraba a Ammón y sus hermanos también puede inspirarte a ti a compartir el Evangelio con tus familiares, amigos y conocidos, incluso con aquellos que no parezca que vayan a aceptarlo.Título: “Os haré instrumentos en mis manos”Categoría: Libro de MormónPrograma: Podcast del Libro de Mormón con Pepe y ArielReferencias: Alma 17–22Autor: Pepe ValleInvitado: Ariel Cuadra_____________________Únete al Grupo de Whatsapp: https://chat.whatsapp.com/JfCIDbnOXfnJzOlMChyShEGracias por acompañarnos, te invitamos a conocer todo nuestro contenido:Central de las Escrituras: https://centraldle.esDescarga ScripturePlus: https://scriptureplus.orgFanPage: https://www.facebook.com/BookofMormonCentralenEspanolGrupo de Facebook: https://www.facebook.com/groups/456254818520188Geografía del Libro de Mormón: https://geografia.centralldm.esÍndice del Libro de Mormón: https://indice.centralldm.es
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En muchos sentidos, la vida en Ammoníah había sido buena para Amulek y Zeezrom. Amulek era un “hombre de no poca reputación”, con “muchos parientes y amigos” y “muchas riquezas” (Alma 10:4). Zeezrom era un abogado diestro que “tramitaba muchos asuntos” (Alma 10:31). Entonces Alma llegó con la invitación a arrepentirse y “entrar en el reposo del Señor” (Alma 13:16). El que Amulek, Zeezrom y otros aceptaran esa invitación les requirió hacer sacrificios e incluso los llevó a afrontar adversidades casi insoportables.Pero, claro está, la historia no termina allí. En Alma 13–16, vemos lo que les ocurre finalmente a las personas que creen “en el poder de Cristo para salvar” (Alma 15:6). A veces son libradas; otras veces son sanadas; y a veces las cosas no se tornan más fáciles en la vida. Sin embargo, siempre “el Señor […] recibe [a Su pueblo] para sí mismo en gloria” (Alma 14:11); siempre, el Señor concede “poder, según [nuestra] fe […] en Cristo” (Alma 14:28); y siempre, esa fe nos da “esperanza de que recibir[emos] la vida eterna” (Alma 13:29). Al leer estos capítulos, puedes hallar consuelo en esas promesas, y quizás llegar a comprender mejor lo que Alma quiso decir cuando habló de “entrar en el reposo del Señor” (Alma 13:16).Título: “Entrar en el reposo del Señor”Categoría: Libro de MormónPrograma: Podcast del Libro de Mormón con Pepe y ArielReferencias: Alma 13–16Autor: Pepe ValleInvitado: Ariel Cuadra_____________________Únete al Grupo de Whatsapp: https://chat.whatsapp.com/JfCIDbnOXfnJzOlMChyShEGracias por acompañarnos, te invitamos a conocer todo nuestro contenido:Central de las Escrituras: https://centraldle.esDescarga ScripturePlus: https://scriptureplus.orgFanPage: https://www.facebook.com/BookofMormonCentralenEspanolGrupo de Facebook: https://www.facebook.com/groups/456254818520188Geografía del Libro de Mormón: https://geografia.centralldm.esÍndice del Libro de Mormón: https://indice.centralldm.es
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Algunos pueden considerar la propuesta del rey Mosíah de sustituir a los reyes por jueces electos como solo una sabia reforma política; mas para los nefitas, en especial para aquellos que vivieron bajo el dominio del inicuo rey Noé, ese cambio también era de importancia espiritual. Habían visto cómo un rey inicuo había influido en su pueblo, y estaban “ansiosos en extremo” de librarse de tal influencia. Ese cambio les permitiría asumir la responsabilidad de su propia rectitud y “responder por sus propios pecados” (Mosíah 29:38.Desde luego, el fin del reinado de los reyes no significó el fin de los problemas de la sociedad nefita. Hubo gente astuta como Nehor y Amlici que promovieron falsos conceptos, incrédulos que persiguieron a los santos, y muchos miembros de la Iglesia que se volvieron orgullosos y se apartaron de esta. Sin embargo, “los humildes discípulos de Dios” permanecieron “firmes e inamovibles”, a pesar de lo que ocurría a su alrededor (Alma 4:15; 1:25).Título: “Fueron firmes e inamovibles”Categoría: Libro de MormónPrograma: Podcast del Libro de Mormón con Pepe y ArielReferencias: Mosíah 29 – Alma 4Autor: Pepe ValleInvitado: Ariel Cuadra_____________________Únete al Grupo de Whatsapp: https://chat.whatsapp.com/JfCIDbnOXfnJzOlMChyShEGracias por acompañarnos, te invitamos a conocer todo nuestro contenido:Central de las Escrituras: https://centraldle.esDescarga ScripturePlus: https://scriptureplus.orgFanPage: https://www.facebook.com/BookofMormonCentralenEspanolGrupo de Facebook: https://www.facebook.com/groups/456254818520188Geografía del Libro de Mormón: https://geografia.centralldm.esÍndice del Libro de Mormón: https://indice.centralldm.es
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El relato de Alma y su pueblo que está en Mosíah 18; 23–24 muestra lo que significa “entrar en el redil de Dios” (Mosíah 18:8). Cuando los del pueblo de Alma fueron bautizados, hicieron un convenio con Dios de “servir[le] y guarda[r] sus mandamientos” (Mosíah 18:10). Si bien era un compromiso individual con Dios, también tenía que ver con la manera en que se trataban unos a otros. Es cierto, nuestra travesía de regreso al Padre Celestial es individual, y nadie puede guardar nuestros convenios por nosotros, pero eso no significa que estemos solos. Nos necesitamos los unos a los otros. Como miembros de la Iglesia de Cristo, hacemos convenio de servir a Dios al prestarnos servicio unos a otros a lo largo del camino, “lleva[ndo] las cargas los unos de los otros” (Mosíah 18:8–10). El pueblo de Alma ciertamente tenía sus cargas, al igual que todos nosotros; y una manera en que el Señor nos ayuda a “soportar [nuestras] cargas con facilidad” (Mosíah 24:15) es dándonos una comunidad de santos que han prometido llorar con nosotros y consolarnos, tal como nosotros hemos prometido hacerlo por ellos.Título: Hemos concertado un convenio con ÉlCategoría: Libro de MormónPrograma: Podcast del Libro de Mormón con Pepe y ArielReferencias: Mosíah 18–24Autor: Pepe ValleInvitado: Ariel Cuadra_____________________Únete al Grupo de Whatsapp: https://chat.whatsapp.com/JfCIDbnOXfnJzOlMChyShEGracias por acompañarnos, te invitamos a conocer todo nuestro contenido:Central de las Escrituras: https://centraldle.esDescarga ScripturePlus: https://scriptureplus.orgFanPage: https://www.facebook.com/BookofMormonCentralenEspanolGrupo de Facebook: https://www.facebook.com/groups/456254818520188Geografía del Libro de Mormón: https://geografia.centralldm.esÍndice del Libro de Mormón: https://indice.centralldm.es
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Una simple chispa puede iniciar un gran incendio. Abinadí era tan solo un hombre que testificaba contra un poderoso rey y su corte. Sus palabras, en su mayoría, fueron rechazadas y se le sentenció a muerte. No obstante, su testimonio de Jesucristo, quien es la “luz […] que nunca se puede extinguir” (Mosíah 16:9), encendió una chispa dentro del joven sacerdote Alma; y dicha chispa de conversión creció lentamente conforme Alma condujo a muchas otras personas al arrepentimiento y la fe en Jesucristo. Las llamas que mataron a Abinadí finalmente se extinguieron, pero el fuego de la fe que crearon sus palabras tendría un efecto duradero en los nefitas, así como en las personas que leemos sus palabras hoy en día. La mayoría de nosotros no afrontará jamás lo que tuvo que afrontar Abinadí a causa de nuestro testimonio, aunque todos vivimos momentos en los que seguir a Jesucristo pone a prueba nuestra valentía y nuestra fe. Quizás al estudiar el testimonio de Abinadí también se aviven las llamas del testimonio y el valor en tu corazón.Título: “Una luz […] que nunca se puede extinguir”Categoría: Libro de MormónPrograma: Podcast del Libro de Mormón con Pepe y ArielReferencias: Mosíah 11–17Autor: Pepe ValleInvitado: Ariel Cuadra_____________________Únete al Grupo de Whatsapp: https://chat.whatsapp.com/JfCIDbnOXfnJzOlMChyShEGracias por acompañarnos, te invitamos a conocer todo nuestro contenido:Central de las Escrituras: https://centraldle.esDescarga ScripturePlus: https://scriptureplus.orgFanPage: https://www.facebook.com/BookofMormonCentralenEspanolGrupo de Facebook: https://www.facebook.com/groups/456254818520188Geografía del Libro de Mormón: https://geografia.centralldm.esÍndice del Libro de Mormón: https://indice.centralldm.es
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En un período en que el pueblo del rey Mosíah disfrutaba de “paz continua” en Zarahemla (Mosíah 7:1), recordaron un grupo de nefitas que hacía muchos años había partido para morar en la tierra de Lehi-Nefi. Habían pasado generaciones y el pueblo de Mosíah no había vuelto a saber de ellos. Por ello, Mosíah pidió a Ammón que organizara una expedición de búsqueda para encontrar a los nefitas que se habían marchado. La expedición de búsqueda descubrió que estos nefitas, “por causa de la iniquidad” (Mosíah 7:24), estaban bajo el yugo de los lamanitas. Mas al llegar Ammón y sus hermanos, surgió la esperanza de la liberación.
A veces, somos como esos nefitas cautivos: padecemos por causa de nuestros pecados, sin saber cómo volveremos a hallar paz; y en ocasiones, somos como Ammón, y nos sentimos movidos a tender la mano a otras personas para —con el tiempo— ver que nuestros esfuerzos las han inspirado a “levanta[r] [sus] cabezas y regocija[rse], y pone[r] [su] confianza en Dios” (Mosíah 7:19). Sean cuales sean nuestras circunstancias, todos debemos arrepentirnos y “[volvernos] al Señor con íntegro propósito de corazón”, con fe en que “Él […] [n]os librará” (Mosíah 7:33).
Título: “Con la fuerza del Señor”
Categoría: Libro de Mormón
Programa: Podcast del Libro de Mormón con Pepe y Ariel
Referencias: Mosíah 7–10
Autor: Pepe Valle
Invitado: Hna. Reyna Aburto & Ariel Cuadra
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