Avsnitt

  • ¿Cómo está consiguiendo la industria avanzar en la transformación hacia la Smart Factory? Tiene que ver con procesos, personas, datos y tecnología. En este episodio de No es Ciencia Ficción, en sólo unas pinceladas, os ponemos al día de cómo está transformando el BIG DATA a las industrias, transformando la industria convencional en una industria 5.0
    Como en cada episodio, te traemos a un experto de Telefónica Tech, María Muñoz Resp Desarrollo Negocio IoT Big Data.

  • El Blockchain es una de las tecnologías que definirá y revolucionará la manera en la que nos relacionamos. Por ejemplo, ¿sabías que están a punto de acabarse definitivamente las mentiras, los engaños y las estafas cometidas en la red? Bueno, al menos las que queden registradas con BlockChain.

    Blockchain es la tecnología que nos permite generar evidencias digitales de las cosas que pasan a nuestro alrededor. Todo lo que mandamos a Blockchain, se convierte en inmutable. Es decir, no se puede cambiar o reescribir la historia. Imaginaros que cada 5 minutos medimos la temperatura de una habitación. Si nos equivocamos al escribir una de las medidas, podemos escribir a continuación que en la entrada original nos hemos equivocado y escribir lo correcto, pero las dos entradas quedarán para siempre.
    Nadie podrá leer la entrada buena sin saber que previamente había una mala. Y lo que es más importante, cualquiera que lo lea sabrá cuando y quien escribió tanto la entrada correcta como la mala. Pero ¿y si en vez de una toma de temperatura registramos un título académico? Todos podemos comprobar quien y cuando lo emitió. Nadie puede mentir a posteriori sin que lo sepamos sobre el contenido (las calificaciones) o la fecha en que se emitió el título.
    Entérate de qué es Blockchain en este episodio de No es Ciencia Ficción, es Blockchain.

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  • EDGE, UNA NUEVA ERA PARA LA TI
    El Edge Computing permite que los servicios cloud estén muy cerca de los usuarios. Esta cercanía se consigue combinando dos elementos. Por un lado, los servicios se despliegan en nodos de Edge/Cloud que están geográficamente muy cerca del cliente, en muchas ocasiones, en la misma ciudad. Por otro lado, se acortan las distancias gracias al uso de redes de acceso más rápidas, como son la fibra y el 5G.
    El Edge hace que los servicios de cloud sean más rápidos, que puedan gestionar mayores volúmenes de tráfico y de dispositivos conectados, a la vez que ofrecen la posibilidad de que los datos del cliente estén físicamente más cerca y seguros. Todo esto sin perder las ventajas del cloud: menores costes y mayor flexibilidad.
    El Edge es la siguiente etapa en la evolución de la TI y su convergencia con las redes. Se puede decir que viene a cerrar el gap que existe entre casa del cliente y la nube, acercando las capacidades de computación y almacenamiento al cliente final y ofreciendo lo mejor de los dos mundos: unir las prestaciones de los despliegues locales con la flexibilidad, escalabilidad y eficiencia en costes de la nube.
    El Edge potencia las capacidades de la nube, habilitando aplicaciones que hasta ahora no era práctico o posible llevar al cloud, debido a:
    requisitos estrictos de latencia (p.e., gaming, realidad aumentada, etc.),
    necesidad de procesar altos volúmenes de datos o de alto ancho de banda requerido (p.e., analítica de vídeo),
    la necesidad de residencia, seguridad y resiliencia del dato, especialmente en aquellos casos que haya requisitos relacionados con la GDPR (e.g., procesamiento de imágenes médicas o industria 4.0).
    Las redes de nueva generación (fibra y 5G) son un habilitador fundamental del edge, ya que potencian y aseguran la materialización de sus ventajas:
    Proporcionan la conectividad extremo a extremo que los servicios de edge requieren, en términos de cobertura, fiabilidad, criticidad, capacidad, prioridad o retardo.
    Garantizan la baja latencia que habilita los casos que requieren tiempos de respuesta en el rango de pocos milisegundos.
    Soportan la densidad de dispositivos necesaria para las aplicaciones IoT.
    Facilitan que los desarrolladores puedan acceder a funcionalidades sofisticadas de control de las capacidades de red, mediante APIs.
    Generan sinergias y reducciones de costes por la compartición de infraestructuras.