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  • La historia de una mujer prostituta que ayudó no sólo a salvar su vida sino la vida de toda su familia y por eso que ella hizo eso le dio un lugar en el pueblo de Dios.

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  • Tenemos que ser familias que intruíamos a nuestros hijos en la palabra de Dios.

    Grábate en el corazón estas palabras que hoy te mando. Incúlcaselas continuamente a tus hijos. Háblales de ellas cuando estés en tu casa y cuando vayas por el camino, cuando te acuestes y cuando te levantes. Deuteronomio 6:6-7

  • Cariño
    ¡Qué bueno que llegaste hasta aquí! Significa que te importa mucho tu matrimonio. Hoy terminamos esta serie hablando del cariño.

    ¡Qué bonito es ver a una pareja de muchos años de casados tratarse con cariño! Cuando yo los veo me digo: “Así quiero ser cuando mi esposo y yo estemos viejitos".

    Cuando en el matrimonio hay amor, una de las maneras de demostrarlo, además de todo lo que les he compartido en los pasados días, son las muestras de cariño. Ese esmero con el que tratamos a nuestro cónyuge. El trato amable, respetuoso, con dulzura, por parte de cualquiera de los dos, causan un vínculo seguro, les conecta y les hace feliz.

    Todos tenemos diferentes maneras de ofrecer cariño, pero a todos nos gusta que nos traten con empeño y esmero. Como cuando éramos novios y con entusiasmo nos dedicábamos a conquistar con detalles y cariño a esa persona. No es que no tendremos momentos de diferencias, pero en medio de eso nunca debemos perder el ser cariñosos con nuestro cónyuge no importa los años que pasen.

    La Palabra de Dios dice que debemos amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos. Si empezamos por nuestra casa, amando a nuestro cónyuge como a nosotros mismos, sería una práctica muy buena para amar a todos los demás. Nuestro prójimo también vive en nuestro hogar y demostrar amor no puede estar ausente.

    No olvides darle esas muestras de cariño a tu pareja. Pueden hacer la diferencia en este mundo tan a prisa y con poco amor.

  • Compasión

    He tenido conversaciones con otras personas donde he mencionado que la compasión es otra parte importante del matrimonio y se han quedado sorprendidos. Y me pregunto, ¿cómo podríamos llevar nuestro matrimonio sin ser compasivos?

    La compasión nos hace sentirnos identificados con alguna situación triste, mala o difícil, en este caso de nuestro cónyuge. Por supuesto que entonces es algo muy importante en la relación de esposos porque el ser compasivo nos da la oportunidad de tener un diario vivir más ameno. Si podemos lograr identificarnos el uno con el otro y ponernos en los zapatos de nuestro cónyuge, no estaremos con una lucha diaria de no saber qué le pasa al otro o tener una constante lucha mental por sus diferencias.

    Cuando nuestro cónyuge se equivoca, cuando hace algo que no nos gusta o cuando incluso tiene características que no van de acuerdo a lo que anhelamos de ellos; en esos momentos es que debe ser activada nuestra compasión. Por ellos y para nosotros, porque la relación es por y para ambos. Si decidimos ser compasivos nos comprometemos a ayudarles en medio de su situación, evitando herirles a menudo. En la compasión está involucrado el amor, el perdón, el compañerismo, la comunicación y el respeto hacia nuestra pareja.

    Este pasaje de Marcos 6:34 relata la historia de cuando Jesús salió de la barca, vio la multitud y enseguida activó Su compasión hacia ellos porque eran como ovejas sin pastor. Jesús pudo ver el dolor de ellos, la incredulidad, su iniquidad, su ignorancia y rápido comenzó a enseñarles muchas cosas sobre el amor de Dios. Jesús es el mejor ejemplo que tenemos para mostrar compasión a nuestro cónyuge. Él se compadece de nosotros todos los días.

    Ve y dialoga con tu cónyuge acerca de la compasión y proponle un acuerdo de ser compasivos el uno con el otro. Si ambos tienen un corazón compasivo, alcanzarán un día a día, mejor.

  • Confianza

    La confianza es una de las bases del matrimonio. Estar confiados en nuestra pareja nos brinda seguridad. Sin embargo, el único que es realmente seguro en sus vidas es Dios. Es por eso que, aunque sí tenemos que cultivar la confianza en el matrimonio, como dice en Proverbios 3:5-6, no nos podemos confiar en nuestra propia inteligencia. Nos corresponde confiar primero en el Señor, reconocer que Él es fiel y que allanará nuestros pasos. Es Dios quien nos ayuda a trabajar esa confianza que nuestra relación necesita.

    A lo largo de la vida conyugal se presentan muchísimas situaciones que pueden lograr aumentar o eliminar esa confianza. Junto con el amor, el respeto y la comunicación, la confianza es fundamental para lograr una relación saludable dentro de nuestras imperfecciones. Nos permite entendernos y nos brinda cierta tranquilidad. Como esposos debemos confiar en el compromiso que ambos hicimos para amarnos, cuidarnos y respetarnos hasta que la muerte nos separe, y demostrarlo. Porque la confianza no es de labios sino de acciones. No se habla, se muestra.

    Confiar en tu esposo o esposa es algo que se crea con el diario vivir. Es como una torre de bloques en donde se van colocando cada uno hasta crear esa confianza sólida. Puede que a veces se tambalee o incluso que esa torre de confianza caiga. Sin embargo, es algo que con la decisión y la persistencia de ambos se puede mantener y hasta restaurar.

    Para esto es necesario que como te dije al principio, primero confiemos en Dios. Esa torre de bloques necesita una base sólida para que ayude a mantener en pie lo que el matrimonio necesita.

    Hoy te recuerdo que deposites tu confianza plena y primeramente en Dios. Y continúa cultivando la confianza con tu cónyuge. Es un tesoro valioso que debe ser cuidado por los dos. Que nada ni nadie quebranten esa confianza.

  • Comprensión
    Para mí, la comprensión es una de las cosas más imprescindibles en la relación matrimonial. Comprender a tu esposo o esposa, significa conocer y entender sus emociones y acciones. Es respetar mutuamente esas emociones y sus maneras de ver las cosas. Somos humanos totalmente diferentes y aunque no siempre estemos de acuerdo, entendernos, y ser tolerantes el uno con el otro nos ayuda a llevar la vida de una manera más armoniosa.

    A mí me agrada mucho que mi esposo me entienda, aunque no siempre esté de acuerdo con mi manera de pensar o sentir. Eso nos ayuda a ambos a no quedarnos enojados cuando llegan momentos difíciles. No siempre vamos a estar de acuerdo en las cosas, pero poniendo de nuestra parte para entender al otro, se hace mejor.

    La comprensión es una herramienta que podemos utilizar mutuamente a nuestro favor para vivir felizmente juntos. Tener una actitud comprensiva mejora los días de los casados porque cuando nos alejamos de la comprensión ponemos el egoísmo primero y eso quebranta la relación. A veces no es fácil ser comprensivos, pero si te lo propones lo puedes lograr.

    Podemos tomar el ejemplo de Cristo quien vino a esta tierra no solo para salvarnos y sanarnos; sino también para comprender nuestras vidas, nuestras angustias, nuestras tentaciones, nuestras debilidades y ser compasivos para con nosotros.

    Si sientes que es difícil comprenderte primeramente a ti o se te hace difícil comprender a tu cónyuge, ve en oración a Dios para que te ayude a tener sabiduría y entendimiento para que puedas ver con claridad tanto tus situaciones como las de tu compañero de vida. Activar esa comprensión les fortalecerá como matrimonio. Si ambos se comprenden lograrán una relación en buena armonía.

  • Comunicación

    La comunicación buena y efectiva en el matrimonio, es una de las herramientas más poderosas que hay para mantener una relación fuerte. Lo ideal es poder expresar nuestros sentimientos, pensamientos, inquietudes, dudas y problemas; de una manera honesta y que nuestro cónyuge nos escuche y reciba bien.

    Muchas parejas luchamos con esta área de la comunicación porque solemos anteponer nuestras emociones por encima de todo. A veces el enojo, el cansancio o la tristeza nos hace tener actitudes que no son las adecuadas para expresarnos con nuestros cónyuges. También sucede que en ocasiones no estamos dispuestos a escuchar y nos precipitamos a hablar sin haber escuchado con atención a nuestro cónyuge.

    Podemos hacer muchas cosas buenas para nuestra relación, pero si no existe una comunicación saludable, lo demás puede fallar mucho.

    Algunas sugerencias para mantener la buena comunicación con tu pareja son:

    Compartan sus vidas.
    Busquen la ocasión apropiada para hablar.
    Díganse la verdad.
    Compartan juntos su vida espiritual.
    Cultiven el decirse palabras de aliento mutuamente.
    Cuando sea necesario, pidan y ofrezcan perdón.
    Eliminen de su vocabulario las palabras “nunca” o “siempre”.
    Pónganse de acuerdo sobre los temas más importantes.
    No permitan que el día termine y se acuesten a dormir enojados (Efesios 4:26-27).
    Escúchense mutuamente y sean comprensivos al momento de responder (Proverbios 18:13).
    Y sobre todas las cosas, mantengan una comunicación directa con Dios a través de la oración constante y la lectura y práctica de Su Palabra. Además, cuando tengan un problema recurran primero a Él porque es quien nos conoce y nos entiende mejor que nosotros mismos. Puede darnos tranquilidad para sobrellevar las situaciones y la de nuestro matrimonio. Dios nos guía día a día si así se lo permitimos.

  • Compromiso

    Una de las primeras cosas que debemos hacer, incluso antes de casarnos, es comprometernos. El compromiso se define como un convenio o pacto contraído por medio de un acuerdo, o una promesa o trato que se hace por dos personas. Así que se supone que todas las personas cuando nos vamos a casar, hagamos un compromiso, un pacto de pasar el resto de nuestras vidas juntos, sobrellevando todas las circunstancias. Ese compromiso no es solamente con nuestra pareja, también se trata de un compromiso con Dios.

    Sin embargo, ¿realmente sabemos y practicamos el compromiso dentro del diario vivir del matrimonio? La Biblia habla de muchas maneras sobre esto y el primer compromiso que debemos hacer es con Dios, con nuestro camino espiritual y con llevar una vida plena en Él para que las otras áreas de la vida funcionen. Esto nos ayudará también a comprometernos con nuestro cónyuge para que la relación sea algo serio y no se tome a la ligera.

    El anhelo de Dios es que nuestro matrimonio sea para toda la vida y nos toca a nosotros poner de nuestra parte y utilizar todos los medios posibles para mantener este pacto del matrimonio. Habrá casos extraordinarios y extremos dónde el pacto se podría romper porque es una decisión de ambas personas. Pero estar comprometidos significa que ambos harán todo lo posible por mantenerse juntos y no salir corriendo en la primera ocasión que las cosas se pongan difíciles. Un verdadero compromiso es en conjunto, alineados, en amor, a cumplir la promesa.

  • 1. Compañerismo
    El matrimonio debe ser un buen equipo. Por lo tanto, no es bueno que uno ande por un camino y el otro, por otro camino. A ambos les toca trabajar para un mismo propósito dentro de su relación. Ninguno es mejor que el otro porque todos somos importantes para cumplir con el compromiso matrimonial.

    Una de las cualidades que como matrimonio debemos cultivar para lograr ser el mejor de los equipos es el compañerismo. El compañerismo se define como la actitud de quienes se acompañan entre sí o el vínculo que hay entre compañeros para lograr un mismo fin. Para que surja un buen compañerismo, debemos ser solidarios, compartir nuestros valores, nuestras metas e incluso crear nuestras propias reglas. Tal como lo hace un buen equipo de algún deporte cuyo propósito es ganar un partido. Debe haber unión, aun teniendo opiniones y maneras diferentes de pensar. Hacer acuerdos y llegar a consensos. Tener la noción de que no son competencia porque pertenecen a un mismo “team”.

    Muchas veces se vuelve difícil poder lograr tener esta cualidad dentro del matrimonio. El afán del diario vivir puede hacer que se disipe esa unidad si no se mantienen conectados. La Palabra de Dios habla de la importancia del compañerismo en el matrimonio. En Génesis podemos ver que cuando Dios creó al hombre y la mujer, se formó una unión y ambos se convierten en una sola carne. En el libro de Mateo se resaltan las palabras de nuestro Señor Jesús cuando repite lo que ya estaba escrito en las Escrituras desde el principio. Y lo volvemos a ver en el libro de Efesios cuando el Apóstol Pablo también hace énfasis en la unión del matrimonio y además añade que el esposo debe amar a su esposa como se ama a sí mismo y la esposa mostrar respeto hacia su esposo. Este es el mejor ejemplo de ser compañeros compartiendo los diferentes roles bajo la cobertura principal del hogar cristiano que es Cristo.

    Una pareja casada que vive esa unión que Dios creó, puede llegar a ser el mejor ejemplo de compañerismo y definitivamente, aunque jamás perfecto, una excelente evidencia de la unión que Dios diseñó.

  • Sobrinos=> 1) m. y f. Hijo o hija del hermano o hermana(sobrinos carnales) o del primo o la prima (sobrinos segundos). # Derivados: sobrinazgo, resobrino. Ejemplos de uso: "mi hermano tiene una hija, ella es mi sobrina y yo soy su tío". "mi hermano tiene un hijo, él es mi sobrino carnal y yo soy su tío". "mi primo tiene un hijo, él es mi sobrino segundo". 2)
    (sobrino/a carnal) Hijo/a del hermano. Usualmente se dice solo «sobrino». 3) (sobrino/a nieto/ta) Nieto del hermano de una persona. 4) (sobrino/na segundo/da) Hijo del primo de una persona. 5)(sobrino/na tercero/ra) Hijo del primo segundo de una persona.

  • Tios=> Hermano de uno de los padres de una persona. Cónyuge del tío de una persona. Los tíos son parte también importante en la familia porque si el padre o madre llegarán a fallecer y se quedarán huérfanos chicos pues los tíos fungen como los papás de esos niños.

  • Hermanos=> El hermano o la hermana de una persona es otra que tiene, al menos, un mismo progenitor. Este término se utiliza generalmente para referirse a dos o más personas genéticamente emparentadas, aunque no necesariamente este tiene que ser el caso, puesto que puede haber uno o más hermanos que hayan sido adoptados por sus padres (hermanastros).

  • Hijo=> Del castellano antiguo fijo, y este del latín filius, y este del preclásico *felios, del protoindoeuropeo *dʰeh₁y-li-os, "mamón", de la raíz *dʰeh₁(y)-, "mamar". Compárese el asturiano fíu, el catalán fill, el francés fils, el gallego fillo, el italiano figlio, el occitano filh, el portugués filho, el rumanche figlio o el rumano fiu.

    Cuidemos a nuestros hijos, disciplinemoslos con amor y limites, escuchemoslos, entendamoslos, amemoslos, enseñamoslos a poner límites de su cuerpo y de quién puede traspasar su espacio personal. Ya que son un regalo de parte de Dios, para que los guiémos en su camino para que sean adoradores en espíritu y en verdad.

  • Padres: Protegen y guían a sus niños. Les proporcionan un hogar seguro y cariñoso. Cumplen con sus necesidades especiales.

    Los padres son el primer lugar a donde los hijos deben y derian de ir, donde tienen y tendrían que escuchar un consejo, donde deben y deberían de ser disciplinados, donde van a ser confrontados y el lugar donde van a ser escuchados, amados y a veces va a poder tener la razón, donde se les va a exigir para llegar a un mejor lugar.

    Hijos cuiden a sus padres porque no duran eternamente, no los martichemos.

  • Hoy les traigo unos integrantes de la familia que son los abuelos. Los abuelos son una parte importante en la vida de los hijos y de los nietos porque aunque no son los padres pero pueden ayudar a los padres a ser un trabajo un poco más ameno, no imponen reglas en los nietos pero si los cuidan y los minan.

    ‭‭Proverbios 17:6 RVR1960‬‬ [6] Corona de los viejos son los nietos, Y la honra de los hijos, sus padres.

  • Y Dios creó al ser humano a su imagen; lo creó a imagen de Dios. Hombre y mujer los creó, y los bendijo con estas palabras: «Sean fructíferos y multiplíquense; llenen la tierra y sométanla; dominen a los peces del mar y a las aves del cielo, y a todos los reptiles que se arrastran por el suelo» (Génesis 1:27-28)

    Dios creó al hombre y a la mujer y los bendijo, dándoles una misión compuesta por dos partes. Primero, multiplicarse, ser fructíferos y llenar la tierra con hijos. Vemos que sin la unidad sexual del hombre y la mujer no habría continuidad. La segunda parte de la misión consistía en someter la tierra, cuidarla, cultivarla, y dominar a los animales.

    Los seres humanos fuimos creados a la imagen de Dios y tenemos un propósito asignado por él. Somos llamados a contribuir en el lugar donde estamos. No solo eso, a diferencia de los animales, los humanos poseemos cuerpo, alma y espíritu, lo cual nos da la capacidad de tener una relación de amistad con Dios, fuente de amor y sabiduría.

  • Comunidad: Cualidad de común (‖ que pertenece o se extiende a varios). Conjunto de las personas de un pueblo, región o nación.

    La familia también es una comunidad donde todos juntos buscan el bien común de todos y buscan que todos estemos felices.