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  • Caracas, 27 de marzo de 2024 (Prensa Mincomunas).- “Las comunas y el sujeto comunero tienen mucho que aportar a las transformaciones planteadas en Venezuela”, de acuerdo con el militante de la Unión Comunera y vocero del Consejo Comunal Terraza de la Lola, en el municipio Guaicaipuro del estado Miranda, Carlos “Camarada” Rodríguez.



    En tal sentido, durante su participación en el programa “En clave comunal”, transmitido por Radio Nacional de Venezuela, Carlos Rodríguez dijo que la comuna tiene un papel determinante en el proceso de descolonización hacia la independencia plena, especialmente en las 7 Transformaciones propuestas para el período 2025-2030.



    Rodríguez enfatizó que, más allá de la comuna como institución, es el espíritu de la comuna lo que impulsa el cambio. Este espíritu refleja la visión de Simón Bolívar sobre la suprema felicidad social y el concepto de "vivir bien", heredado de los pueblos ancestrales.



    Expresó que la comuna se entiende como un espacio de construcción diaria del ecosocialismo. “Es como una planta que requiere atención constante. La comunidad no es, la comunidad se hace, se construye a diario en todos los espacios”, arguyó.



    En este contexto, el militante comunitario apuntó que la comuna transforma y debe transformar las relaciones humanas y las relaciones económicas: “La intención es que las comunas podamos tener espacios en donde los hombres y las mujeres trabajemos libres de explotación”.



    No obstante, comentó que esta transformación representa un gran desafío. “Se dice sencillo, pero la sociedad ha estado impregnada por relaciones de dominación y explotación por muchos años, por siglos. Transformar eso que la modernidad/capitalista ha sembrado en nosotros es bastante complejo”.



    Es por ello, que Carlos Rodríguez reiteró que la comuna es el camino para construir relaciones de generosidad, empatía, solidaridad y amor. De ahí que la comuna constituya una alternativa de vida que rompe con el modelo hegemónico que se quiere cambiar.



    La comuna como fundamento para la transformación



    Rodríguez recordó que la comuna no es un concepto adoptado al azar por Hugo Chávez, sino que es el resultado de un extenso estudio teórico y práctico que se remonta a experiencias históricas como la Comuna de París, las comunas chinas y las comunidades originarias de Abya Yala.



    Según el vocero comunitario, Chávez reconoció la comuna como un elemento esencial del nuevo modelo organizativo político, cultural y económico de Venezuela, una idea que resuena en su Golpe de Timón.



    En este sentido, subrayó que, a 11 años de la trascendencia de Hugo Chávez, su legado sigue vigente, ya que siguen naciendo comunas para dar respuestas a las necesidades en el propio territorio.



    Comuna como resistencia al capitalismo



    Carlos Rodríguez aseguró que la comuna rompe con la lógica y cultura moderno/capitalista, un sistema que está en crisis y en guerra con la humanidad y la naturaleza no humana.



    En este aspecto, explicó que la comuna es contraria al individualismo, una práctica que es inherente al capitalismo: “En la comuna, el trabajo colectivo beneficia a todos en lugar de enriquecer a unos pocos. La espiritualidad de la comuna, la cultura de complementariedad y solidaridad, y la práctica de trabajar juntos para resolver problemas complejos son aspectos cruciales que definen la comuna”, afirmó. 



    Destacó que históricamente, las acciones individuales han sido insuficientes para las soluciones de los problemas y que la organización comunitaria y el trabajo por el bien común son esenciales. En el contexto rural, manifestó que prácticas como la labranza se realizan en conjunto, a través de “convites” o “cayapas”, donde la comunidad se une para trabajar la tierra.



    Por otra parte, expuso que en las ciudades se observa un fenómeno similar denominado la “vaca”, en el que las personas contribuyen a un fondo común para resolver necesidades colectivas.



    Rodríguez enfatizó que estos métodos de complementarie...

  • Caracas, 21 de febrero de 2024 (Prensa Mincomunas).- Como parte de las transformaciones planteadas en Venezuela en la nueva época de transición al socialismo, el ecólogo venezolano Francisco Herrera subraya que la agroecología se erige como una alternativa de vida frente al convencional modelo agroindustrial, destructivo de las relaciones humanas y de la naturaleza no humana.



    “La agroecología no es un capricho: es, hoy, fundamentalmente, una transición que tiene que generar la población humana en el transcurso de los próximos lustros, si quiere tener opciones distintas de habitar el planeta”, expresa Francisco Herrera, en el programa radial «En clave comunal».



    De acuerdo con el especialista del Centro de Ecología del Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (IVIC), “la agroecología busca establecer una culturalidad distinta, no solo en la generación de los alimentos, sino en las formas de relación con la madre tierra”.



    En tal sentido, Herrera explica que la agroecología propone transformar las relaciones sociales, que se generan en el modelo agroindustrial, en relaciones comunitarias. “Con la agroecología, además de poder generar soberanía alimentaria local, las personas pueden comenzar, de manera organizada, a generar los alimentos que sí quieren consumir. En el modelo agroindustrial a las personas no les preguntan cuáles son sus gustos culinarios, cuáles son los alimentos sanos que requieren. Cuando la agroecología aparece como una opción local, no solo modifica las técnicas con las cuales se generan los alimentos, sino que también modifica la salud colectiva de la comunidad y, con la salud colectiva, se modifican las relaciones colectivas”.



    En este contexto, el investigador y educador popular refiere el ejemplo de la comunidad de El Valle, en Caracas, que se ha planteado como modo de vida la agroecología, ya que sus habitantes “son conscientes del agotamiento del modelo agroindustrial, que se manifiesta; por ejemplo, en una dieta que está atiborrada de azúcares, en refrescos, bebidas carbonatadas, atiborrada de carbohidratos altamente procesados en forma de harinas, que probablemente ya ni siquiera respetan su origen. Con ello, quiero decir que ya las comunidades comienzan a tener nociones muy claras que el modelo alimentario impuesto para las ciudades ni siquiera es sano”.



    Ante este nivel de conciencia en las comunidades, Francisco Herrera dice que emergen nuevos retos: “Cómo sembrar en una ciudad diseñada para no sembrar, cómo tener espacios medianamente sanos en salud integral del suelo, acceso al agua, acceso a la materia orgánica, en una ciudad que no fue concebida para ello. Bueno... ese es el reto de las comunidades organizadas, no solo en el Movimiento Agroecológico Los Jardines de El Valle, sino en la totalidad de las ciudades del planeta”.



    Territorios en disputa



    El biólogo venezolano afirma que la mayoría de las iniciativas de agroecología urbana en Venezuela constituyen retos; “es decir, son retos porque están retando a la lógica de la ciudad que fundamenta el acceso a los alimentos en mercados o lugares que dispensen comida elaborada. Ya allí hay un desafío de cómo yo reto a esta ciudad moderna, liberal, burguesa, a que me dé un espacio para yo generar mis propios alimentos”.



    Asegura que, por otro lado, “la mayoría, y si no todas las experiencias agroecológicas urbanas que uno tiene conciencia a nivel nacional, son escuelas de pensamiento; es decir: son lugares donde se congregan las personas a plantearse alternativas. ¿Qué termina ocurriendo en estos espacios? Que van descubriendo que existe un conjunto de rubros de ciclos cortos que contribuye al acceso a los alimentos de un grupo de familias cercanas a estos espacios; obviamente no se genera la totalidad de los alimentos, porque hay una desproporción entre la capacidad de trabajo, el acceso a las superficies de suelos de buena calidad en relación con la cantidad de personas que pudieran estar relacionadas con esta iniciat...

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  • Caracas, 7 de febrero de 2024 (Prensa Mincomunas).- De acuerdo con el investigador Éder Peña, integrante del Comité Nacional para el Debate de las 7 Transformaciones de la Nueva Época de Transición al Socialismo, uno de los mayores desafíos que tiene la comuna venezolana está en el territorio urbano.



    “Es un reto, pues lo urbano no está pensado para las personas: está pensado para almacenar personas, para un depósito de personas. El territorio urbano está concebido para idealizar las relaciones sociales, en la que prevalece la individualidad”, expresó Éder Peña, en el programa “En clave comunal”.



    En tal sentido, el investigador del Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (IVIC) resaltó la importancia de transformar esas relaciones sociales en la comuna urbana. “Eso depende de cómo pensemos el territorio, cómo nos organizamos, cómo distribuimos el territorio. Eso es lo que nos va a permitir cambiar esos códigos que nos ha impuesto el capitalismo para vivir en ciudades”.



    Éder Peña advirtió que la transformación de relaciones sociales a relaciones comunitarias no es una tarea fácil, pues la relaciones sociales es una “arquitectura” bien planificada del capitalismo, donde las subjetividades y las lógicas de este sistema están muy arraigadas en el sujeto de la ciudad. “En las relaciones sociales, soy primero yo, segundo yo y tercero yo; no hay nada más divorciado que eso en la humanidad, por cuanto el ser humano no es un ser individual, es un ser comunitario”.



    Dijo que el bloqueo contra Venezuela es una de las fases superiores del capitalismo, para crear escenarios y mentalidades de miedo, de carencias, de odio, “en el que cada quien, desde su individualismo, resuelva los problemas”.



    Una oportunidad de transformación



    Sobre el reciente llamado del presidente venezolano Nicolás Maduro para la profundización, debate y planificación de las Siete Transformaciones (7T) en el país, Éder Peña resaltó lo importante que es que participe el pueblo.



    “Es vital que nosotros, como pobladores, comprendamos que esta discusión por la transformación de Venezuela es muy importante, pues nos llama a ver otros horizontes distintos al modelo de ‘desarrollo’”, dijo el investigador Éder Peña.



    Destacó que, ante la crisis civilizatoria que atraviesa la humanidad, la propuesta de las 7T representa una oportunidad de replantearnos todo lo que nos ha impuesto el capitalismo a través de las relaciones sociales y la apropiación de la naturaleza. “Nos toca pensar en mundo otro, en un mundo sin el capitalismo”, recalcó.



    Ver hacia el futuro



    El investigador Éder Peña manifestó que una de las miradas hacia el futuro está en dejar de depender del petróleo, echar por tierra ese imaginario rentístico que nos fue sembrado: “Tenemos que dejar de hablar de las riquezas del país, ver los minerales del país como mercancías”.



    “Debemos enfocarnos en una Venezuela que produzca lo necesario para vivir, donde la gente decida qué comer, cómo comer y la forma en cómo cultivar los alimentos. Es recuperar esa cultura comunitaria de nuestros ancestros, en el entendimiento por un bien común”, alentó.



    En este contexto, apuntó Éder Peña que esto tiene que ser parte del debate para la transformación del país. “Que sea la misma comunidad que lleve esos planteamientos a los espacios de discusión que el presidente Maduro ha abierto. Que se discutan los problemas reales que tenemos hoy, como, por ejemplo, el agua, ya que podemos estar enfrentando problemas hidrometeorológicos, producto de la crisis ambiental global, y es importante que reflexionemos sobre este tema”.



    Alertó que el imperialismo se niega a renunciar a ese viejo mundo unipolar, hegemónico, que está colapsando, y que impide que la humanidad transite a un mundo nuevo. “Venezuela enfrenta estos retos con el debate, con propuestas, y eso está en el llamado a las Siete Transformaciones (7T)”.

  • Caracas, 31 de enero de 2024 (Prensa Mincomunas).- Para la investigadora de la Universidad Bolivariana de Venezuela Dayana Ortiz, necesitamos de la trama comunitaria para poder vivir; ello implica repensar nuestras formas de habitar los territorios.



    “Nosotros somos sujetos que nos trascendemos a nosotros mismos en una relacionalidad histórica. Ningún ser vivo puede estar solo, ni tampoco aislado de la totalidad de la vida, porque solo no se sostiene su vida. Necesitamos de las relaciones con la vida toda. La ciudad moderna está diseñada para que nos apartemos de la vida comunitaria y seamos sujetos individuales”, dijo Dayana Ortiz, durante su intervención en el programa radial “En clave comunal”.



    En tal sentido, Dayana Ortiz apuntó que las nociones de la vida comunal y las relaciones comunales “son grandes aliados para que nosotros, desde las relaciones de base, podamos empezar a repensarnos desde el territorio —así sea un territorio adverso como la ciudad construida para que no sea así—. Nosotros también producimos la ciudad, no es que ella nos determina absolutamente. Es la ciudad en disputa. Es las confrontaciones, las resistencias y las insistencias en las que nosotros podemos vincularnos y emprender en estos territorios urbanos”.



    Lo civilizado, ¿lo mejor?



    Según la investigadora venezolana, la visión eurocéntrica implantó en los pueblos la creencia de que lo urbano es lo civilizado, lo superior. “Hay una supremacía en el imaginario de lo que es la ciudad, un imaginario heredado que define la ciudad como espacio donde el ser civilizado hace vida, donde el habitante urbano es superior al habitante rural, al habitante del campo”.



    Explicó que la ciudad es el constructo por excelencia que expresa la separación del ser humano de la naturaleza no humana. “Esto viene dado también por el hecho de considerar que todo lo que está vinculado con la producción, en el cual el ser humano comienza, metabólicamente, a fomentar el uso de los elementos de la naturaleza, donde se expresa la relación sujeto-objeto”.



    Ciudad parasitaria



    La investigadora venezolana recordó que, luego de la Revolución Industrial, los Estados Unidos y los países del Norte global establecen nuevos patrones urbanos, en las que surgen megaciudades y ciudades industriales.



    “Ciudades como New York se establecen en el imaginario como el patrón a seguir, pero ciudades así son totalmente insostenibles, son ciudades depredadoras, que tienen metabolismos lineales: consumen muchísimos recursos y excretan grandes cantidades de residuos, consumen muchísima energía y excretan grandes cantidades de calor. Estos metabolismos lineales, que tienen esta forma determinada, son considerados como una manera de parasitar otros ecosistemas, donde hay una extracción extremada de recursos y hay una excreción de residuos, sin límites”, sostuvo Dayana Ortiz.



    Dijo que la ciudad depende del campo y de todos los demás ecosistemas que están en el planeta. “La ciudad no puede subsistir por sí misma, pues trae alimentos, que no puede producir, de otros espacios. Es el modelo de ciudad moderna”, aclaró.



    Destacó que los pueblos originarios de América tenían otros modos de hacer ciudad. “Uno ve la ciudad de Tenochtitlán y otras ciudades vinculadas a los grupos mexicas o a los grupos maya, y uno se da cuenta de que la forma de hacer ciudad y de construir ciudades era completamente diferente, desde otra ontología a la que nosotros obedecemos en lo que es la ciudad moderna”.



    Otro tipo de relaciones



    Insistió que, “desde nuestras prácticas, desde nuestros modos de habitar —y en esto la vida comunal es muy importante—, se deben ir transformando nuestros territorios. Yo parto desde que el comandante Chávez enunció los puntos y círculos, y la forma en que él explicaba cómo esos puntos y círculos debían ir irradiando en los territorios para ir generando redes de transformación, que deben partir de las mismas interacciones y relaciones. Yo las llamo ecológicas-urbanas,

  • Caracas, 10 de enero de 2024 (Prensa Mincomunas).- En contraposición de los antivalores impuestos por el capitalismo, la investigadora venezolana Iraida Vargas Arenas resaltó la necesidad de hacer carne los valores comunitarios en cada uno de nosotros.



    “El comandante Hugo Chávez se refería mucho a la conciencia comunitaria, a la conciencia histórica, a la práctica de los valores humanos; decía que no solo era para enunciarlos, sino para practicarlos”, comentó Iraida Vargas Arenas, en el programa radial «En clave comunal».



    La antropóloga venezolana detalló que, para que se hagan carne los valores comunitarios en cada uno de nosotros, se hace importante que tengamos conocimientos de ellos. “Eso se alcanza a través de la conciencia comunitaria”, precisó.



    “Si no atendemos a los valores del amor, del respeto, de la solidaridad, nos vamos a encontrar con los antivalores, en nosotros, en nuestras familias, en nuestras comunidades; por eso la importancia de tener conocimientos de los valores comunitarios y la necesidad de hacerlos experiencia”, reiteró Iraida Vargas Arenas.



    Apuntó que el socialismo es la maximización de los valores comunitarios. “El socialismo es socializar, convertir al que no tiene valores. En el socialismo están el bien común, la igualdad, el amor, el respeto a la vida toda”, afirmó.



    Una alternativa de vida



    Ante la crisis sistémica, Iraida Vargas Arenas señaló que la comuna representa una alternativa civilizatoria de vida, simboliza un planteamiento alternativo de una humanidad nueva, en contraste al capitalismo con sus lógicas de dominación y muerte.



    Dijo que las comunas no deben reproducir las lógicas capitalistas con las cuales estamos luchando: “No se es comunal cuando se reproducen prácticas capitalistas. No se es comunal cuando desprecias a la gente, cuando haces daño al otro, cuando destruimos a la madre tierra. Si no destruimos lo que nos está destruyendo, estamos mal”.



    “La negación de la comuna ha sido la pérdida del sentido de la vida, de las acciones, de nuestra realidad, de cómo vivir en comunidad”, expresó la investigadora venezolana.



    En tal sentido, instó a reconstituir la comuna para que la vida continúe en el planeta Tierra. “Si no le damos el sentido a la comuna como medio reproductivo de vida, donde predominen el amor, la solidaridad y el respeto a la naturaleza, la humanidad va a desaparecer”, alertó.

  • Caracas, 19 de diciembre de 2023 (Prensa Mincomunas).- Durante su participación en el programa radiofónico «En clave comunal», el filósofo boliviano Rafael Bautista Segales afirmó que lo comunitario es inherente al desarrollo de la vida, y que esta lógica comunitaria ha sido conocida, expresada y cultivada por los pueblos originarios en el ámbito humano.



    “La lógica de lo comunitario tiene que ver con aquello que llamamos ‘la complementariedad en la reciprocidad’. Esto significa que, en la vida, todo se complementa. Las oposiciones en la vida no divergen en última instancia, sino que, incluso, se oponen para converger, de nuevo, en una renovada, una novedosa estructura que va, continuamente, restaurando el sentido comunitario de la vida”, expresó Bautista.



    En tal sentido, el pensador boliviano dijo que esta complementación no es unilateral: “Yo no me complemento a costa de otro; sino la única forma de complementación comunitaria es de modo recíproco, de tal forma que la complementación de un polo de la relación implica, también, la complementación del otro. Y esto se da en el ámbito del encariñamiento”.



    Rafael Bautista explicó que, cuando se habla, por ejemplo, del encariñamiento de la producción, hay dos formas de conseguir o lograr excedente. “El capitalismo consigue excedente en la producción, forzando a la Tierra a producir este excedente de modo obligado. En la producción capitalista se violentan las dinámicas, el ritmo propio de lo natural, porque el afán de una producción de carácter exponencial tiene que ver con aquello que llamamos el ‘consumismo’. Y esto —digamos— genera una suerte de producción que ya es literal explotación, y lo que se llama ‘extractivismo’”.



    El maestro descolonial aclaró que el extractivismo no es simplemente extraer algo de la Tierra. “El extractivismo tiene que ver con la destrucción de todo el ecosistema y el ambiente que hace posible la existencia de un recurso determinado. Por lógica exponencial, esta explotación que, básicamente, se propone extraerle todo a la Tierra, inevitablemente destruye todo lo que alrededor tiene relación con estos recursos e inevitablemente destruye, de modo exponencial, todo ese ecosistema”.



    Contrario a este concepto de muerte, Rafael Bautista aseguró que lo comunitario es una lógica de vida: “Una lógica que la vida misma expresa en su propio deseo de desarrollo, restauración y renovación. En correspondencia con esa lógica, nuestras culturas y nuestros pueblos, de modo ancestral, habían diseñado una forma de vida que también dentro de esta lógica ha generado lo que llamamos la forma ‘comunidad’. El espíritu comunitario tiene que ver con ponerse a la altura y rescatar esto que, por siglos, han venido insistiendo nuestros pueblos en señalar que, en última instancia, todas sus movilizaciones, todos sus levantamientos, todas sus rebeliones están orientadas a la preservación de esa forma de vida, que, ahora, está demostrando ser más racional, más verdadera y más digna, que la forma de vida que ha traído la conquista, la colonia y toda la dominación que hemos sufrido, en este diseño global centro-periferia”.



    Con lo anterior dicho, el escritor boliviano indicó que ese espíritu comunitario es lo que alimenta la fuerza del poder popular, expresado en sus movilizaciones, en sus resistencias, en sus rebeliones. “Esa fuerza es lo que le brinda la misma madre tierra, porque la energía del ser humano está en correspondencia y consonancia siempre con la energía que le brinda la propia Tierra, siempre y cuando el ser humano sea capaz de reconexión con ello”.



    Un gran desafío



    Ante la pregunta de cómo se puede hacer la reconexión comunitaria frente a ese diseño global centro-periferia que nos ha sido impuesto, Rafael Bautista admitió que hoy es un gran desafío y “también la nota categórica que nos está mostrando por qué es tan dramática una transición civilizatoria de un mundo unipolar a un orden de carácter multipolar,

  • Caracas, 12 de diciembre de 2023 (Prensa Mincomunas).- Este martes, el psicólogo social, docente e investigador comunitario, Fernando Giuliani, aseguró que la esencia de lo que significa vivir en comunidad se encuentra en estar en relación solidaria siempre con el otro.



    “El otro no es un rival, no es un competidor: el otro es complementariedad; somos todos juntos. Es decir: sentir el bien común, sentipensar aquello desde lo cual construimos la vida en conjunto”, explicó Giuliani, durante su participación en el programa radial En clave comunal.



    El investigador comunitario acentuó que es necesario fomentar el espíritu de la comuna en todos los espacios y no entenderla solo como una instancia de gobierno. “La comuna tiene que ser un elemento primordial, que lo atraviese absolutamente todo. El espíritu de la comuna tiene que estar presente en la comunidad, la escuela, la familia, el lugar de trabajo, en todo lo que hagamos”.



    En este sentido, Fernando Giuliani reiteró que “en todos los espacios, la escuela, la familia, las comunidades, las instituciones, el trabajo, en todo lo que hagamos nosotros, tiene que estar el espíritu de la comuna, como elemento primordial”.



    Giuliani dijo que, contrario al bien común, está el modelo capitalista, que viene a apuntalar lo que es lo individual; es decir: la fragmentación del tejido comunitario… un tejido que debe, más bien, surgir espontáneamente en clave comunal.



    Construir espacios de vida



    El docente venezolano aseguró que el reto de construir una subjetividad nueva y formas nuevas de relación con el otro, distintas a la lógica moderna, está en construir espacios de vida. “Esto no se trata de tomarse una pastilla comunal o asistir a una charla comunal. Nosotros lo que tenemos es que construir espacios con sentido de común-unidad. Cuando lo tenemos en lo político y lo tenemos como proyecto dentro de la revolución, claro que sí hace falta todo ese proceso de formación, de reflexión, pero hay que construir espacios de vida, en los que confluya el binomio teoría-práctica”.



    Experimentar la vida en común



    Giuliani señaló que hay que experimentar la vida en común. “Tenemos que atrevernos a experimentar la vida en común. Nos tenemos que prestar a esa vida, que, lamentablemente, se encuentra fragmentada, porque el capitalismo ha generado una subjetividad individualista; le ha dado ese sentido material a la vida a través del consumismo, que genera una sociedad de consumidores, de competidores”.



    En tal sentido, enfatizó que construir la vida en común pasa por reconstruir las relaciones familiares. “Nosotros vemos cómo, lamentablemente, los vínculos familiares también han sido fragmentados por el capitalismo; es decir: pareciera que dentro de una familia se compite a ver a quién le va mejor que al otro: ‘A tu hijo no le está yendo bien en el colegio, y al mío sí’. Eso encaja muy bien con esa lógica de ganadores y perdedores, con esa lógica de que tener éxito es tener y mostrar más”.



    Fernando Giuliani reiteró que la tarea es formar comunidad en la familia y formar comunidad en la comunidad donde vivimos. “Donde hay gente interactuando con un territorio y entre sí es, allí, donde nosotros podemos palpar la vida comunitaria”.



    Insistió en que el espíritu comunal debe tener la capacidad de actuar sobre la vida cotidiana y, por tanto, sobre las formas culturales. “La comunidad no es nada más la gente conviviendo en un territorio, que es la idea que predomina en todos nosotros. Es el espíritu de la comuna, de la cual hablaba Chávez: el espíritu del servicio, de la reciprocidad”.



    Urge una cultura para la vida



    El psicólogo social expuso que el significado de la vida está trastocado por la modernidad. “Si estamos desvinculados de la naturaleza no humana, también nos vamos deshumanizando en el vínculo con el otro humano. El significado es la vida con el otro, no la vida contra el otro. Se trata de comunidades de vida, que trascienden lo humano y que reconocen nuestro origen:...

  • Caracas, 21 de noviembre de 2023 (Prensa Mincomunas).- De acuerdo con la poetisa, investigadora y profesora chilena Paloma Griffero, el proyecto comunal de Venezuela es ejemplo para el mundo por el compromiso que tienen los hombres y las mujeres para construir bienestar colectivo a través de la organización territorial.



    “Mi experiencia visitando algunas comunas de Venezuela ha sido maravillosa. He podido ver que los comuneros y las comuneras manejan un discurso articulado impresionante sobre la organización popular como base fundamental para la interdependencia y la pluridiversidad. La vida en comunidad es el lugar de construcción de las identidades, desde lo que cada uno es y de ahí la noción de interdependencia, de pluridiversidad y de lo policromático. Para que exista vida se necesita diversidad biológica. Para que exista civilización y cultura real necesitamos ser pluridiversos como los bosques y las selvas. En la comunidad, en las escuelas y en nosotros mismos está la clave para la construcción de un espacio de vida”, manifestó la especialista.



    Durante su participación en el programa radiofónico En clave comunal, transmitido por Radio Nacional de Venezuela, la investigadora chilena Paloma Griffero, quien es una de las autoras del libro “Geopolítica del pensamiento original”, presentado en la Filvén 2023, explicó que el horizonte comunitario es imprescindible cuando se habla de la constitución de naciones libres y soberanas.



    “Todos tenemos voces diferentes que necesitan ser escuchadas. Simón Rodríguez nos decía que la educación y los espacios educativos son los lugares donde se puede generar la conciencia de comunidad y eso es crucial porque el colonialismo nos impone la segregación. El maestro Rodríguez también nos decía que lo que no es popular, lo que no es para todos, no es social ni es comunitario. Necesitamos plantearnos la forma de pensar distinto desde las aulas, y eso es lo que pude ver en mi visita a Venezuela. El asedio, la agonía económica y el ataque mediático que recibe el pueblo venezolano, por parte de poderes extranjeros, son tan intensos porque aquí las cosas se están haciendo bien”, expresó Griffero.



    De la misma manera, la profesora chilena Paloma Griffero enfatizó que los procesos revolucionarios surgen por el derecho de vivir en paz, pero no una paz impuesta, sino una paz construida en los territorios, desde el corazón del pueblo organizado.



    “El imperialismo necesita defender sus principios hegemónicos homogeneizantes donde impide la relación comunitaria. Las revoluciones representan la construcción de una historia desde la comunidad, entre personas, donde las cosas sean espacios de justificación para la unión, no un lugar de división. Necesitamos reconstruir nuestras comunidades, nuestras propias formas de intercambio donde la vida no sea un objeto de pertenencia, sino el fin, el único objetivo. He visto en las comunas venezolanas que cada integrante está lleno de orgullo porque es responsable de la construcción de un país. Cuando las cosas son regaladas no hay satisfacción, pero cuando soy parte de la construcción, con mi comunidad, que me configura como sujeto político, el orgullo es distinto. En las comunas, cada uno se siente orgulloso de lo que ha construido, y esa es una forma de sentirnos parte de la madre tierra”, puntualizó Griffero. (Texto: Karina Depablos).

  • Caracas, 14 de noviembre de 2023 (Prensa Mincomunas).- De acuerdo con la investigadora venezolana Iluska Salazar, en el primer período de la Revolución Bolivariana quedó evidenciado el gran legado y el pensamiento original del maestro Simón Rodríguez con la política educativa que comenzó a implementarse en Venezuela.



    “Simón Rodríguez hablaba de educación para todos y todas. Si la educación no era general entonces no era educación y él decía que el Estado tenía que asumir la educación, la responsabilidad de formar a la población. Nos habló del Estado docente. Nuestro proceso revolucionario ha estado permeado por el pensamiento de Rodríguez”, manifestó.



    Durante su participación en el programa radiofónico En clave comunal, transmitido por Radio Nacional de Venezuela, Iluska Salazar, quien es una de las autoras del libro “Geopolítica del pensamiento original”, presentado en la Filvén 2023, explicó que Simón Rodríguez veía a nuestra América como un todo y que solo podía alcanzarse la independencia a través de la unidad nuestromericana.



    “Nosotros hemos llegado a un momento con todo este desarrollo del capitalismo, de la modernidad, que es necesario que nuestros pueblos suban a otro nivel de unidad para poder lograr una transformación en su país. Ya no podemos actuar solos, cada país por separado, sino que debe haber una unidad nuestramericana; eso fue importante en Simón Rodríguez. Él tenía otra visión de la educación porque para él era fundamental la educación para formar republicanos. La educación no tenía sentido si no acompañaba a la humanidad para transformar su situación de vida y trabajo”, enfatizó.



    Según la profesora e investigadora Iluska Salazar, la educación para Simón Rodríguez no solo era de las letras, en la academia, sino en los territorios, en la organización comunitaria.



    “El maestro Simón Rodríguez tenía un planteamiento que hoy se está haciendo realidad en nuestro país, pero que tenemos que profundizarlo mucho más; tenemos que acercarnos al planteamiento genuino rodrigueano. Él hablaba de una tríada robinsoniana. Él hablaba sobre la toparquía: la organización comunitaria que es el gobierno del lugar, que son las comunas actualmente. Aparte hablaba que se debía juntar la formación, es decir, los conocimientos y la formación técnica con la producción de bienes materiales y en el territorio para el vivir bien. Era educación popular para poder vivir bien, para salir de la miseria y de la dominación”, puntualizó la especialista.



    En este sentido, Salazar reiteró que “la toparquía de Simón Rodríguez permite organizarnos desde los territorios, agruparnos para entreayudarnos para formar un gobierno comunitario, un gobierno comunal que ayude al proyecto nacional de país soberano e independiente que se quiere construir”.



    “No hablamos de una toparquía desagregada con sus propios gobiernos, sino una toparquía dentro de una comunidad para crecer, para entreayudarse. Debemos materializar la propuesta de llevar el pensamiento y la acción de Simón Rodríguez a todas las comunas de Venezuela para estudiarlo en colectivo. Eso nos ayudaría a poder interpretar y retomar su pensamiento. Como país debemos defender la identidad nuestramericana y eso se hace estudiando a Simón Rodríguez. Él nos hablaba del territorio como base de transformación y la comunidad como base de transformación. Entonces una comunidad que se forma y se reconstruye, se libera. Nosotros podemos decir que el proceso pedagógico liberador de este país ha estado presente en todas las comunidades, no solo en las escuelas”, acotó.



    Finalmente, Iluska Salazar llamó a los venezolanos y a las venezolanas a unirse para luchar la Revolución Bolivariana y para hacer realidad el sueño de Simón Bolívar y del maestro Simón Rodríguez de liberarnos de las injusticias, la desigualdad, la explotación y la dominación.



    “Simón Rodríguez nos decía que no podemos imitar a los Estados Unidos ni a Europa porque esos sistemas ocultan el velo de la miseria y de la e...

  • Caracas, 5 de noviembre de 2023 (Prensa Mincomunas).- Este domingo, la especialista del Centro de Ecología del Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (IVIC), Marisela Bravo, aseguró que el pueblo comunero venezolano ha logrado resguardar especies frutales nativas no convencionales, que poseen un gran valor nutricional, son tolerantes a plagas y tienen estrategias de adaptación ante la sequía y el calor extremos.



    Bravo explicó que el Laboratorio de Ecofisiología Vegetal del Centro de Ecología del IVIC está a cargo de registrar las especies frutales no convencionales, olvidadas o subutilizadas del país y que los comuneros y las comuneras han tenido una participación muy importante, puesto que son los que poseen y preservan la cultura ancestral y el conocimiento sobre la alimentación de los antepasados.



    “El proyecto denominado 'Especies frutales no convencionales, olvidadas o subutilizadas para la alimentación, con miras al fortalecimiento de la soberanía alimentaria en Venezuela' ya cuenta con más de 74 especies identificadas, de diferentes familias botánicas, como el cotoperí, merecure, guayabita del Perú, anonáceas, puma laca, pesgua, guama, jobo, semeruco, manirote, entre muchas otras. El mayor aporte de información viene del pueblo comunero. En la más reciente visita a la Comuna Agroecoturística Aguas de El Castrero, Guárico, logramos visibilizar más de 53 especies frutales y nos quedamos sorprendidos porque ellos tienen un total dominio de sus conocimientos, de su cultura, de cómo esa especie se consume y se cultiva”, expresó la científica.



    Durante su participación en el programa radiofónico En clave comunal, transmitido por Radio Nacional de Venezuela, la especialista del IVIC, Marisela Bravo resaltó la importancia del poder de la organización comunitaria en el gran avance que ha tenido este proyecto del IVIC, por lo que planean visitar muchas más comunas del país para difundir las bondades de las frutas nativas no convencionales, olvidadas o subutilizadas y para “redescubrir” otras especies.



    “Al paladar hay que acostumbrarlo; hay que educarlo y permitirle recordar los sabores de nuestros productos ancestrales. Pensando justamente en eso, debemos revisar nuestros hábitos alimentarios e incluir una mayor diversidad de especies que se produzcan de forma sostenible como las especies que ya hemos identificado, ya que la mayoría no requiere riego, fertilización, soportan sequía y calor extremos, toleran plagas y aun en esas condiciones estas especies producen alimentos sanos y soberanos. La naturaleza es perfecta; algunas de estas especies nos permiten resguardar el agua en comunidades donde es difícil el acceso al agua”, enfatizó Bravo.



    En este sentido, la especialista comentó que, en Venezuela, hay mucho espacio en zonas urbanas donde se pueden introducir estas frutas no utilizadas, con enormes bondades nutricionales y medicinales, para darlas a conocer a toda la población.



    “Una parte del trabajo es ir a la comunidad. Otra parte es en laboratorio; muchas especies precisan tratamientos para acelerar y hacer homogénea la germinación. Queremos ver cómo crecen, cómo se comportan en ciertas circunstancias que intentan emular las condiciones de la naturaleza. Sin embargo, otra parte muy importante es divulgar la información recabada para que la gente entienda la importancia del resguardo de las especies nativas. Estamos haciendo dos manuscritos, de tipo divulgativo, para que todos tengan registro. Hemos dado charlas en colegios y en comunidades para que la gente conozca cuáles son las frutas no convencionales y sus grandes beneficios en la salud”, explicó.



    Finalmente, la investigadora Marisela Bravo invitó a todos los comuneros y las comuneras del país que quieran unirse al registro de especies frutales no convencionales, olvidadas o subutilizadas a comunicarse a través del número telefónico 0426-5157411 o por medio de la cuenta en Instagram: alimentacionantisistema_ve. (Texto: Karina Depablos).