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1076 – Ecl 2:19 – Eclesiastés 2. La vanidad de los afanes.
Y ¿quién sabe si será sabio o necio el que se enseñoreará de todo mi trabajo en que yo me afané y en que ocupé debajo del sol mi sabiduría? Esto también es vanidad.
Salomón continuó mostrando que el trabajo no produce fruto duradero para los que trabajan exclusivamente para ganar dinero y obtener posesiones. Pretendemos trabajar para lo eterno y nos encontramos con que la vida es pasajera. La muerte interrumpe el curso de la vida y le resta sentido a todo lo que hacemos. No sólo se quedarán atrás todos los logros alcanzados con los afanes del trabajo cuando muramos, sino que puede quedar para personas que no han hecho nada para ganarlo y no lo cuiden dando un mal uso y perderlo. Algunos se afanan trabajando para dejar herencia a los hijos, pero la mejor herencia que podemos dejar a la familia es enseñarles a vivir una vida siendo temerosos de Dios. El verdadero gozo de la vida surge únicamente cuando seguimos los principios de Dios. Sin Él, la satisfacción es una búsqueda perdida. Las personas que saben disfrutar de la vida son los que toman cada día la vida como un regalo de Dios, y le dan las gracias en todo, siguen y sirven a Dios por medio de ella. Así que, “de gracia recibisteis, dad de gracia.” (Mt 10:8).
1. ¿Quién heredará nuestros afanes? (Ecl 2:18-21). “Asimismo aborrecí todo mi trabajo que había hecho debajo del sol, el cual tendré que dejar a otro que vendrá después de mí. Y ¿quién sabe si será sabio o necio el que se enseñoreará de todo mi trabajo en que yo me afané y en que ocupé debajo del sol mi sabiduría? Esto también es vanidad.” Es importante entender que Salomón no está diciendo que no se debe trabajar o dejar de ser diligente en el trabajo, sino el resultado vacío, inútil del afán de trabajar para obtener bienes, riquezas. El heredero, un hijo u otro, puede despilfarrar la herencia: “Volvió, por tanto, a desesperanzarse mi corazón acerca de todo el trabajo en que me afané, y en que había ocupado debajo del sol mi sabiduría. ¡Que el hombre trabaje con sabiduría, y con ciencia y con rectitud, y que haya de dar su hacienda a hombre que nunca trabajó en ello! También es esto vanidad y mal grande.” (Ecl 2:20-21). Salomón se entristece porque sus logros obtenidos con el afán del trabajo no son eternos, y la persona que lo heredará no había trabajado en ello y por lo tanto, no lo apreciaría en su justo valor. Además, podría ser un necio y despilfarrarlo todo. “Ciertamente como una sombra es el hombre; ciertamente en vano se afana; amontona riquezas, y no sabe quién las recogerá.” (Sal 39:6).
2. Resultados de la vanidad de los afanes (Ecl 2:22-23). “Porque ¿qué tiene el hombre de todo su trabajo, y de la fatiga de su corazón, con que se afana debajo del sol? Porque todos sus días no son sino dolores, y sus trabajos molestias; aun de noche su corazón no reposa. Esto también es vanidad.” El afán por el trabajo no podrá llenar el vacío del ser humano. Más adelante dirá: “Más vale un puño lleno con descanso, que ambos puños llenos con trabajo y aflicción de espíritu.” (Ecl 4:6). La vanidad de los afanes solo traerá quitar la paz y afectar la salud con dolores, molestias, ansiedad y frustración. Uno de los resultados de los afanes de la vida es que se deja a un lado la búsqueda y servicio a Dios, y se deja de compartir con la familia. La Biblia enseña que: “Si Jehová no edificare la casa, en vano trabajan los que la edifican; si Jehová no guardare la ciudad, en vano vela la guardia. Por demás es que os levantéis de madrugada, y vayáis tarde a reposar, y que comáis pan de dolores; pues que a su amado dará Dios el sueño.” (Sal 127:1-2). Otros cometen injusticias por seguir la vanidad de los afanes: “¡Ay del que edifica su casa sin justicia, y sus salas sin equidad, sirviéndose de su prójimo de balde, y no dándole el salario de su trabajo! Que dice: Edificaré para mí casa espaciosa, y salas airosas; y le abre ventanas, y la cubre de cedro, -
1075 – Ecl 2:14 – Eclesiastés 2. La vanidad de vivir sabiamente.
El sabio tiene sus ojos en su cabeza, mas el necio anda en tinieblas; pero también entendí yo que un mismo suceso acontecerá al uno como al otro.
¿Es la muerte el compensador final de toda la gente, sin importar lo que alcanzaron en la vida? Si bien esto parece cierto desde una perspectiva terrenal, Dios deja muy claro que lo que hagamos aquí tiene un gran impacto sobre el lugar donde pasaremos nuestra vida eterna. Salomón se dio cuenta de que la sabiduría por sí sola no puede garantizar la vida eterna. La sabiduría, las riquezas y los logros personales importan muy poco después de la muerte, y todos debemos morir. No debemos edificar nuestra vida sobre metas perecederas, sino sobre el fundamento sólido de Dios. Entonces, si todo nos es quitado, seguiremos teniendo a Dios, quien es, de todos modos, todo lo que realmente necesitamos. “¿A quién tengo yo en los cielos sino a ti? Y fuera de ti nada deseo en la tierra.” (Sal 73:25).
1. La sabiduría y la insensatez (Ecl 2:12-13) “Después volví yo a mirar para ver la sabiduría y los desvaríos y la necedad; porque ¿qué podrá hacer el hombre que venga después del rey? Nada, sino lo que ya ha sido hecho. Y he visto que la sabiduría sobrepasa a la necedad, como la luz a las tinieblas.” Salomón usa la luz y las tinieblas de manera metafórica para enseñar que el sabio puede prever el peligro y así evitarlo mientras que el necio se mete en problemas como si anduviera a tientas en la oscuridad. Tan profundamente bebió de todas las aguas de los placeres del mundo, que dijo: “¿Qué podrá hacer el hombre que suceda al rey?” ¿Qué hombre hay que pueda tener posibilidad alguna de satisfacer su corazón con las cosas materiales de la tierra cuando él, el más sabio y rico de los hombres de la tierra, había fracasado? Salomón dará ejemplos: “Mejor es el muchacho pobre y sabio, que el rey viejo y necio que no admite consejos; porque de la cárcel salió para reinar, aunque en su reino nació pobre.” (Ecl 4:13-14).
2. El sabio y el insensato, ambos morirán (Ecl 2:14-16). “El sabio tiene sus ojos en su cabeza, mas el necio anda en tinieblas; pero también entendí yo que un mismo suceso acontecerá al uno como al otro.” (Ecl 2:14). Salomón llegó a una conclusión que no nos sorprende porque la sabiduría tiene clara ventaja sobre la insensatez. El prudente evita muchos errores en los cuales caen los necios. Esta conclusión parece obvia, y concuerda con la perspectiva bíblica en general y es apoyada por el mismo Salomón en Pr 14:16 El sabio teme y se aparta del mal; mas el insensato se muestra insolente y confiado.” Pero Salomón se puso a reflexionar más intensamente. Se le ocurrió que un mismo destino espera a los sabios y a los insensatos (Ecl 2:14b). ¡Ambos morirán! Por lo tanto, el valor supremo que busca no puede entonces descansar en ninguna esperanza de retribución en esta vida. “Entonces dije yo en mi corazón: Como sucederá al necio, me sucederá también a mí. ¿Para qué, pues, he trabajado hasta ahora por hacerme más sabio? Y dije en mi corazón, que también esto era vanidad. Porque ni del sabio ni del necio habrá memoria para siempre; pues en los días venideros ya todo será olvidado, y también morirá el sabio como el necio.” (Ecl 2:15-16). Salomón concluye diciendo que ser sabio, vivir con sabiduría en contraste con vivir neciamente, no es una ventaja real. “Pues verá que aun los sabios mueren; que perecen del mismo modo que el insensato y el necio, y dejan a otros sus riquezas.” (Sal 49:10).
3. La recompensa de vivir sabiamente (Ecl 2:17). “Aborrecí, por tanto, la vida, porque la obra que se hace debajo del sol me era fastidiosa; por cuanto todo es vanidad y aflicción de espíritu.” Si la sabiduría no le garantizaba justicia, entonces todo el esfuerzo realizado a fin de llegar a ser sabio no aprovechaba nada. Esto llevó a Salomón a ver la vida en forma negativa y amarga. Dijo que aborrecía la vida porque la obra era fastidiosa -
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1074 – Ecl 2:10 – Eclesiastés 2. La vanidad de los placeres.
No negué a mis ojos ninguna cosa que desearan, ni aparté mi corazón de placer alguno, porque mi corazón gozó de todo mi trabajo; y esta fue mi parte de toda mi faena.
Los múltiples inventos del corazón del hombre para obtener satisfacción en el mundo, y su cambio de una cosa a otra, son como el viajero desesperado sin rumbo, y como la inquietud del hombre con fiebre. Salomón dirige su búsqueda de la sabiduría humana a los placeres y al darse cuenta que era necedad darse al vino, en seguida prueba las costosas diversiones de los príncipes. Comenzó con grandes proyectos, compró esclavos y ganados, amasó fortuna, adquirió cantores, agregó muchas mujeres a su harén, y se convirtió en el personaje más importante de Jerusalén. Pero nada de eso le proporcionó la satisfacción que estaba buscando porque “todo era vanidad y aflicción de espíritu, y sin provecho debajo del sol" (Ecl 2:11). Salomón siendo sabio dijo “Las riquezas de vanidad disminuirán; pero el que recoge con mano laboriosa las aumenta.” (Pr 13:11), pero en Eclesiastés Dios le demuestra su insensatez.
1. La meta y conclusión de la búsqueda de la felicidad en el placer (Ecl 2:1-2) “Dije yo en mi corazón: Ven ahora, te probaré con alegría, y gozarás de bienes. Mas he aquí esto también era vanidad. A la risa dije: Enloqueces; y al placer: ¿De qué sirve esto?” Salomón establece que en su búsqueda por encontrar algo que valiera la pena en la vida, experimentó todo tipo de placeres. Pero llegó a la conclusión de que eran fútiles y vanos, porque eran necios y porque logró muy poco, o nada. La pregunta de Salomón ¿de qué sirve esto? es una vez más retórica y requiere una respuesta negativa. No sirve para nada.
2. La gratificación sensual (Ecl 2:3) “Propuse en mi corazón agasajar mi carne con vino, y que anduviese mi corazón en sabiduría, con retención de la necedad, hasta ver cuál fuese el bien de los hijos de los hombres, en el cual se ocuparan debajo del cielo todos los días de su vida.” El ser humano sin Dios, como viajero desesperado, cae en la gratificación sensual, agasajando la carne con el alcohol y prueba los efectos de la búsqueda del placer y de la frivolidad para ver si en verdad valen la pena. “¡Ay de los que se levantan de mañana para seguir la embriaguez; que se están hasta la noche, hasta que el vino los enciende! Y en sus banquetes hay arpas, vihuelas, tamboriles, flautas y vino, y no miran la obra de Jehová, ni consideran la obra de sus manos.” (Is 5:11-12).
3. La búsqueda del placer en la acumulación bienes materiales (Ecl 2:4-10). Siendo el hombre más rico y poderoso que había vivido en Jerusalén (Ecl 2:9; 1Re 10), se rodeó de objetos gratificantes tales como edificaciones hermosas y viñas (Ecl 2:4; 1Re 7:1–11), huertos y jardines exuberantes (Ec 2:5) y llenos de árboles (Ecl 2:5–6), gran cantidad de siervos y siervas (Ecl 2:7; 1Re 10:5) que estaban disponibles para servirle, músicos para llenar sus necesidades artísticas y un gran harén para satisfacer “los deleites de los hijos de los hombres” (Ec 2:8); completa su lujuria al tener muchas mujeres, las cuales desviaron su corazón de Dios (1Re 11:1–3). “Y cuando Salomón era ya viejo, sus mujeres inclinaron su corazón tras dioses ajenos, y su corazón no era perfecto con Jehová su Dios, como el corazón de su padre David.” (1Re 11:4). Además, con las riquezas de sus manadas de vacas y ovejas (Ec 2:7) y sus grandes tesoros de plata y oro (Ecl 2: 8; 1Re 10:14–15, 27) podía comprar cualquier cosa que su corazón deseara para satisfacer todo placer imaginable, y dice: “No negué a mis ojos ninguna cosa que desearan, ni aparté mi corazón de placer alguno, porque mi corazón gozó de todo mi trabajo; y esta fue mi parte de toda mi faena.” (Ec 2:10). Dios advierte al ser humano que acumula bienes y riquezas: ¡Ay de los que juntan casa a casa, y añaden heredad a heredad hasta ocuparlo todo! ¿Habitaréis vosotros solos en medio de la tierra? (Is 5:8). -
1073 – Ecl 1:18 – Eclesiastés 1. La vanidad de la sabiduría humana.
Porque en la mucha sabiduría hay mucha molestia; y quien añade ciencia, añade dolor.
La sabiduría humana, a través de nuevos descubrimientos, logra que la ciencia aumente y obtiene logros, premios reconocidos por la sociedad. Esto ya había sido anunciado por la Biblia que para los últimos tiempos la ciencia aumentaría (Dn 12:4c). Salomón hace énfasis en dos tipos de sabiduría en el libro de Eclesiastés: (1) el conocimiento, razonamiento o filosofía humanos y (2) la sabiduría que proviene de Dios. En Ecl 1:16-18 Salomón está hablando acerca de la sabiduría y conocimiento humano. Cuando el conocimiento humano deja fuera a Dios, sólo saca a relucir nuestros problemas debido a que no puede proporcionar las respuestas sin una perspectiva y una solución eternas de Dios. Curiosamente, los científicos de siglos pasados, algunos de ellos como Isaac Newton, Galileo Galilei, Blaise Pascal, eran temerosos de Dios. La gran mayoría de científicos contemporáneos son ateos, consideran que la religión no es compatible con la ciencia, y niegan que un creyente, temeroso de Dios puede ser científico. Han dado la espalda a Dios, y usan la sabiduría humana para aumentar la ciencia e ir en contra de la principal creación de Dios: el ser humano. Queriendo imitar a Dios han determinado crear nuevas formas de vida para “reemplazar, mejorar, desplazar” el ser humano original creado por Dios. Salomón concluye que la sabiduría humana apartada de Dios es vanidad y aflicción de espíritu que algunos traduce como “correr tras el viento” produciendo molestia y dolor. “¡Ay de los que a lo malo dicen bueno, y a lo bueno malo; que hacen de la luz tinieblas, y de las tinieblas luz; que ponen lo amargo por dulce, y lo dulce por amargo! ¡Ay de los sabios en sus propios ojos, y de los que son prudentes delante de sí mismos!” (Is 5:20-21).
1. Creciendo en sabiduría humana (Ecl 1:16). “Hablé yo en mi corazón, diciendo: He aquí yo me he engrandecido, y he crecido en sabiduría sobre todos los que fueron antes de mí en Jerusalén; y mi corazón ha percibido mucha sabiduría y ciencia.” Salomón logra por la gracia de Dios ser el hombre más sabio debajo del sol, el mayor en sabiduría humana. Dios le concede sabiduría a Salomón diciendo: “he aquí lo he hecho conforme a tus palabras; he aquí que te he dado corazón sabio y entendido, tanto que no ha habido antes de ti otro como tú, ni después de ti se levantará otro como tú.” (1Re 3:12). Toda la riqueza de la verdad necesaria para la salvación, la santificación y la glorificación para la vida eterna, se halla en Jesucristo, quien es Dios revelado, “para que sean consolados sus corazones, unidos en amor, hasta alcanzar todas las riquezas de pleno entendimiento, a fin de conocer el misterio de Dios el Padre, y de Cristo, en quien están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y del conocimiento.” (Col 2:2-3).
2. La sabiduría humana es aflicción de espíritu (Ecl 1:17). “Y dediqué mi corazón a conocer la sabiduría, y también a entender las locuras y los desvaríos; conocí que aun esto era aflicción de espíritu.” Salomón el hombre más sabio, luego de meditar en su gran sabiduría y vasta experiencia, se dio cuenta de que en realidad, sus cualidades le proporcionaban muy poca ventaja sobre las locuras y los desvaríos [disparates], ya que son aflicción de espíritu. Por lo tanto, “Nadie se engañe a sí mismo; si alguno entre vosotros se cree sabio en este siglo, hágase ignorante, para que llegue a ser sabio. Porque la sabiduría de este mundo es insensatez para con Dios; pues escrito está: El prende a los sabios en la astucia de ellos. Y otra vez: El Señor conoce los pensamientos de los sabios, que son vanos.” (1Co 3:18-20).
3. La sabiduría humana causa molestia y dolor (Ecl 1:18). “Porque en la mucha sabiduría hay mucha molestia; y quien añade ciencia, añade dolor.” La sabiduría terrenal se describe en Stg 3:14-15 Pero si tenéis celos amargos y contención -
1072 – Ecl 1:15 – Eclesiastés 1. Lo torcido no se puede enderezar.
Lo torcido no se puede enderezar, y lo incompleto no puede contarse.
El ser humano es como un viajero desesperado que viaja de una ciudad a otra ciudad, de un país a otro país, buscando alcanzar metas, obtener logros que satisfaga su vacío. La Biblia ya había profetizado al viajero desesperado de los últimos tiempos afirmando: “Muchos correrán de aquí para allá, y la ciencia se aumentará.” (Dn 12:4b). El ser humano busca la satisfacción, la felicidad de la vida a través de la ciencia, la educación, la filosofía y los logros obtenidos con sus obras realizadas. Con una mayor cantidad de obras realizadas, ganadoras de premios nobel y otros reconocimientos, pareciera que pueden alcanzar llenar el vacío de la satisfacción. Salomón, al escribir acerca de su propia vida, investiga minuciosamente sobre los logros humanos y su valor real, y descubrió que ni sus logros ni su sabiduría lo hicieron feliz. La verdadera sabiduría se encuentra en Dios y la verdadera felicidad viene cuando le agradamos a Él.
1. La investigación meticulosa (Ecl 1:12-13). “Yo el Predicador fui rey sobre Israel en Jerusalén. Y di mi corazón a inquirir y a buscar con sabiduría sobre todo lo que se hace debajo del cielo; este penoso trabajo dio Dios a los hijos de los hombres, para que se ocupen en él.” Salomón inicia su búsqueda de la felicidad basándose en todas las oportunidades que tuvo como rey sobre Israel y apoyándose con su sabiduría y conocimiento, se dedicó a inquirir y a buscar, que significa hacer hace una investigación minuciosa, de toda actividad, logro del ser humano debajo del sol, demostrando que todo es vanidad y aflicción de espíritu.
2. Lo inútil de la obra del hombre (Ecl 1:14). “Miré todas las obras que se hacen debajo del sol; y he aquí, todo ello es vanidad y aflicción de espíritu.” Debajo del sol es una figura literaria, la metonimia, usada para referirse al lugar, la tierra, donde habita el ser humano sin Dios y vacio de satisfacción. Salomón en su investigación llega a la conclusión que todo logro del ser humano es penoso, fútil, inútil, completa vanidad, vacío y no permite por mucho que se esfuerce, alcanzar la satisfacción de la vida. Es tan inútil como correr detrás del viento para tratar de atraparlo. Ya había dicho que “Todas las cosas son fatigosas más de lo que el hombre puede expresar; nunca se sacia el ojo de ver, ni el oído de oír.” (Ecl 1:8).
3. Lo torcido no se puede enderezar (Ecl 1:15). “Lo torcido no se puede enderezar, y lo incompleto no puede contarse.” Salomón apoya su veredicto en sus observaciones personales que habían demostrado que los logros del hombre dejan mucho que desear. El esfuerzo y acción humanos no pueden enderezar todas las irregularidades o contrarrestar todas las deficiencias que se observan en las cosas. Más adelante va a concluir: “Mira la obra de Dios; porque ¿quién podrá enderezar lo que Él torció?” (Ecl 7:13). Por lo tanto, ni la ciencia, la filosofía, la educación no pueden cambiar la naturaleza humana para ser feliz, alcanzar la satisfacción de la vida. El dicho popular nos recuerda que “árbol que crece torcido nunca su tronco endereza”. El gozo y la felicidad del ser humano no lo puede ofrecer el mundo porque no depende de lo material, natural sino es espiritual. El hombre natural tiene un vacío espiritual que no entiende por causa del pecado. “Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender (aceptar), porque se han de discernir espiritualmente.” (1Co 2:14).
4. Es necesario nacer de nuevo. El ser humano con la ciencia ha logrado descubrir y manipular el ADN en la sangre, pero no lograrán ver ni quitar el pecado en la sangre, heredado al nacer, porque es espiritual. “Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre [Adán], y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron.” (Ro 5:12). -
1071 – Ecl 1:2 – Eclesiastés 1. Todo es vanidad.
Vanidad de vanidades, dijo el Predicador; vanidad de vanidades, todo es vanidad.
Mucha gente se siente intranquila e insatisfecha. Se pregunta: (1) si estoy dentro de la voluntad de Dios, ¿por qué me siento tan cansado e insatisfecho? (2) ¿Cuál es el significado de la vida? (3) Cuando mire hacia atrás, ¿me sentiré feliz con mis logros? (4) ¿Por qué me siento consumido, desilusionado, seco? (5) ¿Qué será de mí? El objetivo de Eclesiastés consiste en responder a algunas de las preguntas más desafiantes de la vida. Eclesiastés representa la autobiografía dolorosa, dramática de Salomón quien dedica parte de su vida al placer personal apartándose de Dios. Salomón llega a ser la paradoja de las Escrituras, luego de ser el hombre más sabio, llega a ser el hombre más insensato debajo del sol. Dios a Job le demuestra que es pecador, y en Eclesiastés a Salomón que es un insensato. En Eclesiastés encontramos al ser humano debajo del sol haciendo diferentes actividades cotidianas buscando satisfacción, pero sin Dios. “Muchos correrán de aquí para allá, y la ciencia se aumentará.” (Dn 12:4).
1. El vacío del esfuerzo humano (Ecl 1:2). “Vanidad de vanidades, dijo el Predicador; vanidad de vanidades, todo es vanidad.” La frase vanidad de vanidades traduce el superlativo hebreo que encontramos en otras expresiones como: “Cantar de los cantares” y “santo de los santos”. El vacío de vacíos aquí expresa: “el absurdo total”, “el completo vacío”. Para apoyar su tema central, Salomón discute en primer lugar y en términos generales, que es imposible obtener algo de valor permanente a través del esfuerzo humano, el cual introduce con una pregunta retórica “¿Qué provecho tiene el hombre de todo su trabajo con que se afana debajo del sol?” (Ecl 1:3). Lo demuestra con el ciclo continúo, incesante, agotador de las generaciones, la naturaleza, y termina con la repetición de las labores del ser humano.
2. La transitoriedad del hombre (Ecl 1:4) “Generación va, y generación viene; mas la tierra siempre permanece.” Hace la comparación de lo permanente de la tierra con lo temporal del ser humano. El salmista recuerda al ser humano que “Los días de nuestra edad son setenta años; y si en los más robustos son ochenta años, con todo, su fortaleza es molestia y trabajo, porque pronto pasan, y volamos.” (Sal 90:10). Algunos de los elementos de la tierra como rocas, arboles permanecen miles de años en cambio el ser humano es temporal, transitorio, y la humanidad sólo continúa a través de los nacimientos. “Porque: Toda carne es como hierba, y toda la gloria del hombre como flor de la hierba. La hierba se seca, y la flor se cae.” (1Pe 1:24). Jesucristo es eterno por lo cual su palabra es eterna: “El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán.” (Mt 24:35). “Esta es la palabra de fe que predicamos: que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo.” (Ro 10:8-9). Al aceptar a Jesucristo como nuestro Señor y Salvador pasamos de muerte a vida, termina nuestra vida temporal, y comienza nuestra vida eterna. “Porque si creemos que Jesús murió y resucitó, así también traerá Dios con Jesús a los que durmieron en Él.” (1Ts 4:14).
3. La monotonía de la naturaleza (Ecl 1:5-7). Salomón usa como segunda prueba lo inefectivo del trabajo con el incesante, monótono ciclo de la naturaleza con el sol, el viento y los ríos. “Sale el sol, y se pone el sol, y se apresura a volver al lugar de donde se levanta.” (Ecl 1:5). Salomón habla de la ley de rotación de la tierra muy conocida hoy, pero ¿Quién enseñó esto a Salomón? “El viento tira hacia el sur, y rodea al norte; va girando de continuo, y a sus giros vuelve el viento de nuevo.” (Ecl 1:6). Salomón está hablando de la ley del clima y las tormentas. Pero ¿Quién enseñó esto a Salomón? -
1070 – Ecl 1:1-2 – Eclesiastés 1. Introducción al libro Eclesiastés.
Palabras del Predicador, hijo de David, rey en Jerusalén. Vanidad de vanidades, dijo el Predicador; vanidad de vanidades, todo es vanidad.
Eclesiastés es un libro de suma importancia para todos los tiempos, como toda la palabra de Dios, no pasa de moda porque es eterna. Este libro es considerado el más difícil de interpretar del A.T. Similar a los libros filosóficos, existenciales del siglo XX y XXI. ¿Por qué? Porque millones de personas intentan, vivir y ser feliz, cada día sin Dios. Eclesiastés enseña lo absurdo de la filosofía de la vida humana sin Dios, las implicaciones de la vida temporal del ser humano separado de lo eterno. Su objetivo consiste en responder a algunas de las preguntas más desafiantes de la vida. El título Eclesiastés, deriva del título hebreo, Qohéleth, que quiere decir "uno que llama o congrega" al pueblo. Se refiere al que se dirige a la asamblea; de aquí, el Predicador, el filósofo. La autoría del libro de Eclesiastés se asigna a Salomón. Es la dolorosa, dramática autobiografía de la vida de Salomón cuando se aparta de Dios. Salomón se identifica a sí mismo como “Predicador, filósofo” [Qohéleth], “hijo de David” (Ecl 1:1), “rey en Jerusalén” (Ecl 1:1), y “rey sobre Israel en Jerusalén” (Ecl 1:12). Además, en la sección autobiográfica (Ecl 1:12–2:26) dice que había sido más sabio que “todos los que fueron antes de [él] en Jerusalén” (Ecl 1:16), que era constructor de grandes obras (Ecl 2:4–6), y que había poseído numerosos siervos, una gran cantidad de rebaños de ovejas y ganado (Ecl 2:7), una gran fortuna (Ecl 2:8), y un gran harén que desvió su corazón (Ecl 2:8; 1Re 11:1–3). Fue el papel de uno que "enseñó sabiduría al pueblo" y escribió "muchos proverbios" (Ecl 12:9). En resumen, Salomón había sido el más grande de todos los que vivieron en Jerusalén antes que él (Ecl 2:9). El apóstol Pablo nos advierte: “Mirad que nadie os engañe por medio de filosofías y huecas sutilezas, según las tradiciones de los hombres, conforme a los rudimentos del mundo, y no según Cristo.” (Col 2:8).
1. El tema de Eclesiastés: La futilidad, vacío del esfuerzo humano (Ecl 1:2) “Vanidad de vanidades, dijo el Predicador; vanidad de vanidades, todo es vanidad.” Después de identificarse a sí mismo como el autor, Salomón declara enfáticamente que todo es fútil o vanidad (Hebel: “absurdo, vacío, hueco, sin sentido, sin propósito”). Se usa ese término metafórico a través de todo el libro para referirse a lo que carece de sustancia real, valor, permanencia, importancia, significado. Desde el principio aplica ese adjetivo a todo, esfuerzo humano, esto lo hace al preguntar: “¿Qué provecho tiene el hombre de todo su trabajo con que se afana debajo del sol?” (Ecl 1:3), y usa la palabra vanidad, como principal argumento, a través de la totalidad del libro. Se repiten palabras y frases claves: La palabra “vanidad” (37 veces). “Debajo del sol” (29 veces), “aflicción de espíritu” (9 veces), “hablé, propuse, dije yo en mi corazón” (6 veces), y “debajo del cielo” (4 veces). Debajo del sol y debajo del cielo se refiere a la vida terrenal, cotidiana sin Dios. El fundamento del secularismo rechaza lo eterno y afirma que vivimos solamente en el tiempo y espacio de este mundo. En Eclesiastés vemos la filosofía humana apartada de Dios, lo que ha permitido a filósofos ateos y sectas, usar mal versos de este libro, sacados de su contexto. Eclesiastés es la vida sin Dios debajo del sol, y enseña que vivir sin Jesucristo no dará satisfacción. El mundo no puede satisfacer el corazón del ser humano. Sólo con Dios en nuestro corazón podemos tener una vida completamente realizada, tener vida abundante, plena en la tierra y por la eternidad. Jesucristo afirma “El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia. Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá.” (Jn 10:10; -
1069 – Pr 31:28-29 – Proverbios 31. Excelencias de la esposa virtuosa.
Se levantan sus hijos y la llaman bienaventurada; y su marido también la alaba: Muchas mujeres hicieron el bien; mas tú sobrepasas a todas.
La mujer virtuosa también se menciona en Pr 12:4 “mujeres que hicieron el bien” y en Pr 31:29 “Muchas mujeres hicieron el bien; mas tú sobrepasas a todas.” A Rut se le llamó “mujer virtuosa” en Rut 3:11 Ahora pues, no temas, hija mía; yo haré contigo lo que tú digas, pues toda la gente de mi pueblo sabe que eres mujer virtuosa.
Excelencias de la esposa virtuosa (II). Ya hemos visto que las excelencias de la esposa virtuosa son: Recuerda la confianza de su marido (Pr 31:11–12). Es una mujer trabajadora en su casa (Pr 31:13–15). Maneja bien sus negocios (Pr 31:16–18 y 24). Nuevamente advertimos que un buen marido no debe usar este ejemplo para evaluar a su propia esposa. Tal vez hay una norma aquí poco alcanzable. Pero en aquello que una buena esposa se asemeja a esta mujer virtuosa, debemos elogiarla. Veamos el resto de atributos de la esposa virtuosa:
Viste bien a su familia (Pr 31:19–22). “Aplica su mano al huso, y sus manos a la rueca. Alarga su mano al pobre, y extiende sus manos al menesteroso. No tiene temor de la nieve por su familia, porque toda su familia está vestida de ropas dobles. Ella se hace tapices; de lino fino y púrpura es su vestido.” La esposa modelo aplicaba su mano al huso y sus manos a la rueca, que eran instrumentos para hilar. Hacía la tela y cosía la ropa. Esto quiere decir que la esposa virtuosa no se preocupa por la nieve o el frio de la noche, porque tiene a su familia vestida de ropas dobles (Pr 31:21), de buenos materiales. Usa la lana y el lino que ha buscado diligentemente (Pr 31:13). Además de la ropa, aquella mujer hacía tapices (Pr 31:22a). De modo que tenía buenas cubiertas de cama. Ella misma se vestía con mucha elegancia. Su vestido era de lino fino y púrpura (Pr 31:22b).
Generosa con los menesterosos (Pr 31:20). “Alarga su mano al pobre, y extiende sus manos al menesteroso.” La esposa virtuosa no es egoísta sino generosa. Vende algunas cosas para obtener ganancias, pero también le da al pobre y al menesteroso. En medio de todas sus actividades a favor de su familia, extendía su mano al pobre y menesteroso. Con razón Dios bendecía tanto los negocios de esta magnífica mujer. Porque “A Jehová presta el que da al pobre, y el bien que ha hecho, se lo volverá a pagar.” (Pr 19:17).
Enaltece a su marido (Pr 31:23) “Su marido es conocido en las puertas, cuando se sienta con los ancianos de la tierra” (Pr 31:23). La mujer virtuosa eleva la posición de su marido entre los que hacen las transacciones legales y judiciales en las puertas de la ciudad (Pr 31:31) y con los ancianos. En aquel entonces, los asuntos legales y judiciales eran resueltos por los ancianos en las puertas de la ciudad. De modo que el marido de esta excelente mujer era un dignatario de su ciudad. Es evidente que la conducta de ella contribuía a la fama de él. Ella no llamaba la atención a sí misma.
Posee cualidades extraordinarias (Pr 31:25–27) “Fuerza y honor son su vestidura; y se ríe de lo por venir. Abre su boca con sabiduría, y la ley de clemencia está en su lengua. Considera los caminos de su casa, y no come el pan de balde.” Una cosa es desplegar mucha actividad y lograr éxito en la vida, pero otra es ser una persona de enorme carácter. La esposa virtuosa muestra cualidades magníficas: 1. Fuerza y honor son sus vestiduras (Pr 31:25a). 2. Es una mujer sabia y clemente (misericordiosa) (Pr 31:26). 3. Es una mujer diligente (Pr 31:27).
Es objeto de halago de parte de su familia (Pr 31:28–29). “Se levantan sus hijos y la llaman bienaventurada; y su marido también la alaba: Muchas mujeres hicieron el bien; mas tú sobrepasas a todas.” Ya hemos observado algunas de las cosas que hacía a favor de su familia (Pr 31:11–12, 21 y 23). Sería inmerecido que todo eso pasara desapercibido. Pero no era así. -
1068 – Pr 31:10 Proverbios 31. La esposa virtuosa.
Mujer virtuosa, ¿quién la hallará? Porque su estima sobrepasa largamente a la de las piedras preciosas.
El libro de Proverbios finaliza con un poema acróstico de 22 versos, donde en el original hebreo, cada verso inicia con una palabra del alfabeto hebreo, lo cual ayuda a memorizar el poema. En los capítulos anteriores hemos visto diferentes ejemplos de cosas que son más estimables que las piedras preciosas. En Pr 3:15 y 8:11 es la sabiduría; en Pr 22:1 es el buen nombre y la fama y aquí en Pr 31:10 es la mujer virtuosa. Esta palabra se refiere a excelencia moral, bondad, justicia y pureza. Las excelencias de la mujer virtuosa son aquellas que se exaltan a través de todo el libro de Proverbios: diligente en el trabajo, inversiones sabias, buen uso del tiempo, planificación anticipada, cuidado de los demás, respeto por su cónyuge, la habilidad de compartir valores piadosos con otros, consejo sabio y temor piadoso (adoración, confianza, servicio, y obediencia a Dios). Como se ha establecido una y otra vez en Proverbios, estas cualidades producen honor, alabanza, éxito, dignidad, valor personal y gozo en la vida. A la vista de las tentaciones de la mujer adúltera mencionada con frecuencia en Proverbios, es muy adecuado que el libro concluya exaltando a la esposa virtuosa. Las jóvenes y demás pueden aprender de esta noble mujer. Al temer a Dios, pueden vivir sabia y justamente. Ése es el mensaje de Proverbios.
1. La esposa virtuosa (Pr 31:10-12) “Mujer virtuosa, ¿quién la hallará? Porque su estima sobrepasa largamente a la de las piedras preciosas.” La pregunta retórica busca la respuesta “nadie” la puede encontrar ya que son escasas. De hecho, el maestro sabio ha mostrado que la esposa prudente es un don de Dios. “El que halla esposa halla el bien, y alcanza la benevolencia de Jehová.” (Pr 18:22). “La casa y las riquezas son herencia de los padres; Mas de Jehová la mujer prudente.” (Pr 19:14). El predicador dice: “lo que aún busca mi alma, y no lo encuentra: un hombre entre mil he hallado, pero mujer entre todas éstas nunca hallé. He aquí, solamente esto he hallado: que Dios hizo al hombre recto, pero ellos buscaron muchas perversiones.” (Ecl 7:28-29). Sin lugar a duda, este poema describe a una mujer extraordinaria. Algunos opinan que la porción no tiene en mente a una mujer específica que hace todo lo mencionado, sino que presenta un modelo como meta para la vida. Se debe advertir que un buen marido no debe usar este ejemplo para evaluar a su propia esposa. Tal vez hay una norma aquí poco alcanzable. Pero en aquello que una buena esposa se asemeja a esta mujer virtuosa, debemos elogiarla. Veamos algunos de las cualidades de la esposa virtuosa:
2. Excelencias de la esposa virtuosa (I)
Recuerda la confianza de su marido (Pr 31:11–12) “El corazón de su marido está en ella confiado, y no carecerá de ganancias. Le da ella bien y no mal todos los días de su vida.” La confianza de su marido en ella es completa. Cree en ella. Su cuidado en la administración de su hogar engrandece la riqueza de la familia. No le hace falta nada respecto a las cosas del hogar. Este tipo de mujer es un haber, no un problema, a su marido. A él le llega el bien y ella es la fuente. Ella le apoya y anima. También es fiel porque lo ayuda “todos los días de su vida”.
Es una mujer trabajadora en su casa (Pr 31:13–15) “Busca lana y lino, y con voluntad trabaja con sus manos. Es como nave de mercader; trae su pan de lejos. Se levanta aun de noche y da comida a su familia y ración a sus criadas.” La esposa virtuosa administra una casa grande. Tiene hijos (Pr 31:28) y criadas (Pr 31:15) y despliega una enorme cantidad de actividades. Busca lana y lino y con voluntad trabaja con sus manos (Pr 31:13). Esto quiere decir que no solamente dirige sabiamente a sus criadas, sino que de manera diligente se involucra en el trabajo y lo disfruta. La mujer virtuosa también hace compras. -
1067 – Pr 30:24-28 – Proverbios 30. La sabiduría superior a la fuerza.
“Cuatro cosas son de las más pequeñas de la tierra, Y las mismas son más sabias que los sabios: Las hormigas, pueblo no fuerte, Y en el verano preparan su comida; Los conejos, pueblo nada esforzado, Y ponen su casa en la piedra; Las langostas, que no tienen rey, Y salen todas por cuadrillas; La araña que atrapas con la mano, y está en palacios de rey.”
Cuatro cosas son pequeñas, pero dignas de admiración. Cuatro cosas son de las más pequeñas y son seres que sobreviven debido al instinto natural. Las características que se identifican en estas criaturas resumen las enseñanzas de todo el libro de Proverbios. El bienestar de estos insignificantes animales se debe a su instintiva sagacidad y actividad, antes que a la fuerza. Las hormigas demuestran previsión; los conejos, prevención, conciencia del peligro; las langostas, cooperación entre sí; la araña, una actividad útil (al eliminar los insectos dañinos). El sabio posee todas estas cualidades. La sabiduría que se ve en cada una de éstas manifiesta la hermosura del sabio Creador y de su creación (Gn 1), y viene a ser un modelo para el principio de que el trabajo, la diligencia, la organización, la planificación y el ingenio son mejores que la fuerza, lo que implica la superioridad de la sabiduría sobre la fuerza. “Entonces dije yo: Mejor es la sabiduría que la fuerza, aunque la ciencia del pobre sea menospreciada, y no sean escuchadas sus palabras.” (Ecl 9:16). Aprendamos teología, consejos sabios, de estos pequeños animales:
1. Planificación y diligencia en el trabajo. (Pr 30:25).
“Las hormigas, pueblo no fuerte, y en el verano preparan su comida. Se resaltan las características de la preparación anticipada. Las hormigas nos enseñan mucho acerca de la preparación, previsión, planificación, y la diligencia en el trabajo. “Ve a la hormiga, oh perezoso, mira sus caminos, y sé sabio; la cual no teniendo capitán, ni gobernador, ni señor, prepara en el verano su comida, y recoge en el tiempo de la siega su mantenimiento. Perezoso, ¿hasta cuándo has de dormir? ¿Cuándo te levantarás de tu sueño? Un poco de sueño, un poco de dormitar, y cruzar por un poco las manos para reposo; así vendrá tu necesidad como caminante, y tu pobreza como hombre armado.” (Pr 6:6-11). Por lo tanto, el sabio es diligente en todo lo que hace. “Todo lo que te viniere a la mano para hacer, hazlo según tus fuerzas; porque en el Seol, adonde vas, no hay obra, ni trabajo, ni ciencia, ni sabiduría.” (Ecl 9:10).
2. Prevención, conciencia del peligro (Pr 30:26).
“Los conejos, pueblo nada esforzado, Y ponen su casa en la piedra”. El conejo enseña acerca sobre la prevención con la construcción sabia y el hogar protegido. Todo hombre sabio debe cuidar y construir su hogar, familia sobre la roca que es Jesucristo amando y obedeciendo la palabra de Dios. “Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las hace, le compararé a un hombre prudente, que edificó su casa sobre la roca. Descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y golpearon contra aquella casa; y no cayó, porque estaba fundada sobre la roca. Pero cualquiera que me oye estas palabras y no las hace, le compararé a un hombre insensato, que edificó su casa sobre la arena; y descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y dieron con ímpetu contra aquella casa; y cayó, y fue grande su ruina.” (Mt 7:24-27).
3. Organización y cooperación (Pr 30:27).
“Las langostas, que no tienen rey, y salen todas por cuadrillas”. La langosta enseña el orden, organización y la cooperación. Las langostas sobreviven mediante una cuidada organización y cooperación. El profeta Joel las presenta como un formidable ejército ordenado y en orden de batalla para ejecutar los designios de Dios. “Porque pueblo fuerte e innumerable subió a mi tierra; sus dientes son dientes de león, y sus muelas, muelas de león. Asoló mi vid, y descortezó mi higuera; -
1066 – Pr 30:12 – Proverbios 30. El chisme, la calumnia y la murmuración.
“Hay generación limpia en su propia opinión, si bien no se ha limpiado de su inmundicia.”
El chisme, la calumnia, y la murmuración tienen que ver con las pasiones del alma del ser humano y los que los practican tal es una generación inmoral, aunque se cree inocente. Seamos prudentes, y no necios siendo como un basurero al permitir que otros boten su basura en nosotros con sus bocas perversas. El chisme, la calumnia y la murmuración son pecados y aborrecidos por Dios. “El temor de Jehová es aborrecer el mal; la soberbia y la arrogancia, el mal camino, y la boca perversa, aborrezco.” (Pr 8:13).
1. El chisme. Chismear es platicar, conversar ociosamente de cosas que tienen que ver con otras personas. Esparcir rumores que no tienen fundamento. El chisme es una noticia verdadera o falsa con la que se pretende difamar [desacreditar] a alguien. “En las muchas palabras no falta pecado; mas el que refrena sus labios es prudente.” (Pr 10:19). La palabra chismoso se consigue en Proverbios como detractor (a). “El malo está atento al labio inicuo; y el mentiroso escucha la lengua detractora.” (Pr 17:4). Detractor (a) es alguien que habla mal de alguien o de algo por que no esta de acuerdo. A las personas les gusta escuchar los chismes porque “Las palabras del chismoso son como bocados suaves, y penetran hasta las entrañas.” (Pr 18:8). ¿Qué debemos hacer con el chisme? Ser prudentes y no prestarnos como leña para el chisme. “Sin leña se apaga el fuego, y donde no hay chismoso, cesa la contienda.” (Pr 26:20).
2. La calumnía. Calumniar es difamar de manera verbal o por escrito con la intención de dañar el testimonio de otro. Es un pecado que consiste en acusar a una persona de algo negativo que esa persona no hizo. Atribuir, imputar falsamente a una persona algo que no hizo. La calumnia es un falso acusador como la palabra diablo en griego cuyo significado es acusador. El chisme puede llegar a ser inofensivo pero la calumnia siempre causa daño, genera contienda, discordia y división. “Seis cosas aborrece Jehová, y aun siete abomina su alma: los ojos altivos, la lengua mentirosa, las manos derramadoras de sangre inocente, El corazón que maquina pensamientos inicuos, los pies presurosos para correr al mal, el testigo falso que habla mentiras, y el que siembra discordia entre hermanos.” (Pr 6:16-19). El chismoso, calumniador y murmurador separa a los mejores amigos. “El hombre perverso levanta contienda, y el chismoso aparta a los mejores amigos.” (Pr 16:28). ¿Qué debemos hacer contra la calumnia? Mantener un buen testimonio, y amar, orar por los que que calumnian y murmuran contra nosotros. “Pero a vosotros los que oís, os digo: Amad a vuestros enemigos, haced bien a los que os aborrecen; bendecid a los que os maldicen, y orad por los que os calumnian.” (Lc 6:27-28). “teniendo buena conciencia, para que en lo que murmuran de vosotros como de malhechores, sean avergonzados los que calumnian vuestra buena conducta en Cristo.Porque mejor es que padezcáis haciendo el bien, si la voluntad de Dios así lo quiere, que haciendo el mal.” (1Pe 3:16-17). En la iglesia la calumnia y la injuria suelen estar relacionadas con rebelión contra Dios o contra aquellos que Él ha puesto en autoridad para dirigir a su pueblo. La injuria es un daño, ultraje, ofensa grave de palabra u obra. El que practica la injuria debe ser cortado de la congregación como algunos ejemplos encontrados en 1Co 5:11; 1Ti 1:20; 2Ti 2:16-17; y Tito 3:10.
3. La murmuración. Es la conversación en perjuicio de un ausente. Murmurar se define como producir un sonido suave y apacible lo cual no involucra nada malo. Hablar entre dientes manifestando queja o disgusto por alguna cosa. Hablar mal de alguien a sus espaldas. Extender un rumor. “Los labios del justo saben hablar lo que agrada; Mas la boca de los impíos habla perversidades.” (Pr 10:32). En la Biblia conseguimos dos ejemplos muy claros de la murmuración: -
1065 – Pr 30:7-9 – Proverbios 30. La piedad con contentamiento.
Dos cosas te he demandado; No me las niegues antes que muera: Vanidad y palabra mentirosa aparta de mí; No me des pobreza ni riquezas; Manténme del pan necesario; No sea que me sacie, y te niegue, y diga: ¿Quién es Jehová? O que siendo pobre, hurte, y blasfeme el nombre de mi Dios.
A pesar de la abrumadora evidencia en sentido contrario, la mayoría de la gente todavía cree que el dinero trae la felicidad. Gente rica que ansía ser más rica puede ser atrapada en un ciclo sin fin que sólo termina en ruina y destrucción. ¿Cómo puede usted mantenerse alejado del amor al dinero? Poseer mucho dinero quizás resulte peligroso, pero también tener muy poco. Ser pobre puede, en efecto, ser peligroso tanto para la salud espiritual como la física. Por otro lado, ser rico no es la respuesta. Como Jesús lo señaló, los ricos tienen problemas para entrar en el Reino de Dios (Mt 19:23-24). Al igual que Pablo, podemos aprender a cómo vivir en escasez y en abundancia (Fil 4:12), pero nuestras vidas tienen una mejor oportunidad para llegar a ser más eficaces si no tenemos ni "pobreza ni riqueza".
1. Una súplica doble e íntima.
“Dos cosas te he demandado; No me las niegues antes que muera: Vanidad y palabra mentirosa aparta de mí; No me des pobreza ni riquezas; Manténme del pan necesario;” (Pr 30:7-8). Ruega la contestación de una doble petición que el orador espera ver antes de morir. Los dos aspectos de la petición son: Por un lado, se pide ayuda en el carácter y el hablar (es decir, vanidad y palabra mentirosa) porque sabe que “Amontonar tesoros con lengua mentirosa es aliento fugaz de aquellos que buscan la muerte.”(Pr 21:6). En segundo lugar, el hombre pide el pan diario, necesario como enseña Jesús en la oración modelo: “El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy.” (M 6:11). El pan nuestro de cada día, el pan diario, cotidiano se opone a la extrema pobreza y a la riqueza abundante. “No sea que me sacie, y te niegue, y diga: ¿Quién es Jehová? O que siendo pobre, hurte, y blasfeme el nombre de mi Dios.” (Pr 30:9). Continúa el mismo pensamiento (Pr 30:8), ampliando el segundo aspecto de la petición. Aquí se especula sobre aquella situación en la que el hombre rico o saciado niega a Dios (una consecuencia conocida hoy en día). Por lo tanto, se habla sobre el hombre muy pobre quien ha de robar para sobrevivir (otra situación demasiado conocida en el mundo de hoy). Con tal acción, de hecho, se niega a Dios. En ambas situaciones, el hombre tiende a alejarse de Dios. El joven rico preguntó a Jesús ¿qué bien haré para tener la vida eterna? y “Jesús le dijo: Si quieres ser perfecto, anda, vende lo que tienes, y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven y sígueme. Oyendo el joven esta palabra, se fue triste, porque tenía muchas posesiones. Entonces Jesús dijo a sus discípulos: De cierto os digo, que difícilmente entrará un rico en el reino de los cielos. Otra vez os digo, que es más fácil pasar un camello por el ojo de una aguja, que entrar un rico en el reino de Dios.” (Mt 19:21-24). “¿Has de poner tus ojos en las riquezas, siendo ningunas? Porque se harán alas como alas de águila, y volarán al cielo.” (Pr 23:5)
2. La piedad con contentamiento.
Los cristianos debemos ser personas satisfechas y suficientes, sin sentir la necesidad de buscar más de lo que Dios ya les ha dado. Jesucristo es la fuente del contentamiento verdadero (2Co 3:5; 9:8; Fil 4:11-13; 4:19). “Pero gran ganancia es la piedad acompañada de contentamiento; porque nada hemos traído a este mundo, y sin duda nada podremos sacar. Así que, teniendo sustento y abrigo, estemos contentos con esto. Porque los que quieren enriquecerse caen en tentación y lazo, y en muchas codicias necias y dañosas, que hunden a los hombres en destrucción y perdición; porque raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe, y fueron traspasados de muchos dolores.” (1Ti 6:6-10). -
1064 – Pr 29:22 – Proverbios 29. Cómo evitar la ira.
“El hombre iracundo levanta contiendas, y el furioso muchas veces peca.”
El chisme, la calumnia, la murmuración, la envidia y la ira tienen que ver con las pasiones del alma del ser humano y son temas frecuentes en el libro de Proverbios. La ira del hombre no es igual a la ira de Dios. El ser humano es pecador, Dios es recto, justo, santo, santo, santo. “Clemente y misericordioso es Jehová, lento para la ira, y grande en misericordia.” (Sal 145:8).
Definición de ira. (Diccionario Real Academia Española)
Pasión del alma que causa indignación y enojo. Apetito o deseo de venganza. Furia o violencia de los elementos. Repetición de actos de saña o venganza. Enfadarse o irritarse mucho.
Cómo evitar la ira.
1. Ser prudentes pasando por alto la ofensa (Pr 12:16). “El necio al punto da a conocer su ira; mas el que no hace caso de la injuria es prudente.” El prudente domina su carácter evitando la ira pasando la ofensa, injuria, insulto, agravio. “La cordura del hombre detiene su furor, y su honra es pasar por alto la ofensa.” (Pr 19:11). Muchas de las ofensas que vienen de nuestros padres, hermanos, amigos son sin la intención de ofender, maltratar. Por lo tanto, el necio tiene la mecha corta y explota rápido como la dinamita. El prudente es de mecha larga, no explota tan rápido, pasando la ofensa.
2. Usar palabras amables (Pr 15:1) “La blanda respuesta quita la ira; mas la palabra áspera hace subir el furor.” Ira (kjemá, H2534) significa calor, indignación, veneno, ardor, ira. “La palabra áspera es como un veneno que daña al que lo genera y los que están cerca. El hombre iracundo promueve contiendas; mas el que tarda en airarse apacigua la rencilla.” (Pr 15:18). La blanda respuesta quita el veneno de los gritos y palabras ásperas. Para aplacar la ira y buscar la paz, escoja palabras amables. Usemos la regla de oro “Y como queréis que hagan los hombres con vosotros, así también haced vosotros con ellos. (Lc 6:31).
3. Obedecer la autoridad (Pr 16:14) “La ira del rey es mensajero de muerte; mas el hombre sabio la evitará.” ¿Qué puede provocar la ira de un rey? Falta a la autoridad, rebelión. El sabio obedece la autoridad que Dios ha establecido sean gobernantes, policías, jueces, padres, supervisores, maestros, pastores, etc. “De modo que quien se opone a la autoridad, a lo establecido por Dios resiste; y los que resisten, acarrean condenación para sí mismos.” (Ro 13:2). Seamos sabios buscando el favor, las bendiciones, y no la ira de la autoridad. “Como rugido de cachorro de león es la ira del rey, y su favor como el rocío sobre la hierba.” (Pr 19:12).
4. Tener dominio propio (Pr 19:19) “El de grande ira llevará la pena; y si usa de violencias, añadirá nuevos males.” Ira (garól) significa grande cólera, ira, áspero como roca. Nadie quiere tener una almohada de espinas, rocas ásperas. Asi el que no domina su carácter no tendrá amigos, pero además si es violento añadirá muchos males incluyendo la muerte.
5. No meternos en pleito ajeno (Pr 26:17) “El que pasando se deja llevar de la ira en pleito ajeno es como el que toma al perro por las orejas.” La ira del necio destruye, lastima, trae dolor, enojo, pesadumbre, molestia para él y todos los que estén a su alrededor. Por lo cual debemos adquirir sabiduría y no ser necios. “Pesada es la piedra, y la arena pesa; mas la ira del necio es más pesada que ambas.” (Pr 27:3).
6. Evitar la ira, el enojo, y la envidia (Pr 27:4) “Cruel es la ira, e impetuoso el furor [enojo]; mas ¿quién podrá sostenerse delante de la envidia?” “No te apresures en tu espíritu a enojarte; porque el enojo reposa en el seno de los necios.” (Ecl 7:9). “Airaos, pero no pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo, ni deis lugar al diablo.” (Ef 4:26-27). -
1063 – Pr 28:16 – Proverbios 28. Cualidades de un buen gobernante.
El príncipe falto de entendimiento multiplicará la extorsión; mas el que aborrece la avaricia prolongará sus días.
Para que un gobierno o sociedad perdure, necesita líderes sabios e informados, y estos son difíciles de encontrar. Debido a que la mayoría de los Proverbios son del rey Salomón, es natural esperar que varios de sus proverbios estén dirigidas al liderazgo, gobernantes, y reyes. “El rey con el juicio afirma la tierra; mas el que exige presentes la destruye.” (Pr 29:4).
1. Cualidades de un buen líder, gobernante.
Veamos algunos proverbios que definen las cualidades de un buen gobernante:
Diligente (Pr 12:24). “Trabaja duro y serás un líder; sé un flojo y serás un esclavo.” (NTV). Los que no se esfuercen en un llamado honesto, y viven por trucos y deshonestidad, son despreciables y mendigantes. Mensajero fiel. (Pr 13:17) “El mal mensajero acarrea desgracia; mas el mensajero fiel acarrea salud.”
No condena ni hiere al recto (Pr 17:26) “Ciertamente no es bueno condenar al justo, ni herir a los nobles que hacen lo recto.”
Oye antes de responder (Pr 18:13) “Al que responde palabra antes de oír, le es fatuidad y oprobio.” Adquiere sabiduría (Pr 18:15) “El corazón del entendido adquiere sabiduría; y el oído de los sabios busca la ciencia.”
Escucha ambas versiones de la historia (Pr 18:17) “Justo parece el primero que aboga por su causa; pero viene su adversario, y le descubre.”
Capaz de enfrentar la adversidad (Pr 24:10) “Si fueres flojo en el día de trabajo, tu fuerza será reducida.” Capaz de enfrentar los elogios, las alabanzas de los hombres (Pr 27:21) “El crisol prueba la plata, y la hornaza el oro, y al hombre la boca del que lo alaba.”
No hace acepción de personas (Pr 28:21) “Hacer acepción de personas no es bueno; hasta por un bocado de pan prevaricará el hombre.”
Juzga con rectitud (Pr 29:14) “Del rey que juzga con verdad a los pobres, el trono será firme para siempre.” “Abominación es a los reyes hacer impiedad, porque con justicia será afirmado el trono.” (Pr 16:12). “El rey que se sienta en el trono de juicio, con su mirar disipa todo mal.” (Pr 20:8).
No consume licor (Pr 31:3-4) “No es de los reyes, oh Lemuel, no es de los reyes beber vino, ni de los príncipes la sidra; no sea que bebiendo olviden la ley, y perviertan el derecho de todos los afligidos.” “¡Bienaventurada tú, tierra, cuando tu rey es hijo de nobles, y tus príncipes comen a su hora, para reponer sus fuerzas y no para beber!” (Ecl 10:17).
Es guía para los demás y muchos lo siguen (Pr 12:26) “El justo sirve de guía a su prójimo; mas el camino de los impíos les hace errar.” “En la multitud del pueblo está la gloria del rey; y en la falta de pueblo la debilidad del príncipe.” (Pr 14:28).
Mantiene un buen humor (Pr 16:15) “Si el rey está contento, la vida será mejor para todos; contar con su aprobación es como lluvia primaveral.” (PDT).
Es piadoso, temeroso de Dios. (Pr 20:28) “El rey afirma su reinado cuando es fiel a Dios y trata bien a su pueblo.” (TLA). “Por cuanto el rey confía en Jehová, y en la misericordia del Altísimo, no será conmovido.” (Sal 21:7). Gobierna con la sabiduría de Dios. (Pr 28:2) “Cuando hay corrupción moral en una nación, su gobierno se desmorona fácilmente. En cambio, con líderes sabios y entendidos viene la estabilidad.” (NTV). “Por mí [la sabiduría de Dios] reinan los reyes, y los príncipes determinan justicia. Por mí dominan los príncipes, y todos los gobernadores juzgan la tierra.” (Pr 8:15-16). “El rey sabio avienta a los impíos, y sobre ellos hace rodar la rueda.” (Pr 20:26).
2. Qué sucede cuando gobiernan los malos líderes.
Veamos algunos proverbios que resaltan los problemas que generan los malos gobernantes: Se falla al honrar al malo (Pr 26:8) “Como quien liga la piedra en la honda, así hace el que da honra al necio.” Un gobernante impío es peligroso (Pr 28:15) “León rugiente y oso hambriento es el príncipe impío -
1062 – Pr 27:1 Advertencias al jactancioso
“No te jactes del día de mañana; porque no sabes qué dará de sí el día.”
Los necios creen que conocen el futuro o que pueden afectar a su resultado, pero el futuro descansa con el Dios soberano. “Muchos pensamientos hay en el corazón del hombre; mas el consejo de Jehová permanecerá.” (Pr 19:21). No sabemos lo que un día puede traer. Esto no prohíbe que nos preparemos para mañana, sino que presumamos del mañana. Lo único que no debemos demorar es reconciliarnos hoy con Dios aceptándolo como nuestro Señor y Salvador. “El corazón del hombre piensa su camino; mas Jehová endereza sus pasos.” (Pr 16:9). “El consejo de Jehová permanecerá para siempre; los pensamientos de su corazón por todas las generaciones.” (Sal 33:11).
El jactancioso es:
1. Un soberbio. Se gloria del día de mañana (Pr 27:1a) “No te jactes del día de mañana”. El mañana no es suyo. “¡Vamos ahora! los que decís: Hoy y mañana iremos a tal ciudad, y estaremos allá un año, y traficaremos, y ganaremos; cuando no sabéis lo que será mañana.Porque ¿qué es vuestra vida? Ciertamente es neblina que se aparece por un poco de tiempo, y luego se desvanece. En lugar de lo cual deberíais decir: Si el Señor quiere, viviremos y haremos esto o aquello. Pero ahora os jactáis en vuestras soberbias. Toda jactancia semejante es mala; y al que sabe hacer lo bueno, y no lo hace, le es pecado.” (Stg 4:13-17)
2. Un insensato. (Pr 27:1b). “porque no sabes qué dará de sí el día.” Nos recuerda al rico insensato que prospero mucho y pensó derribar sus graneros y ampliarlos para luego decir “y diré a mi alma: Alma, muchos bienes tienes guardados para muchos años; repósate, come, bebe, regocíjate. Pero Dios le dijo: Necio, esta noche vienen a pedirte tu alma; y lo que has provisto, ¿de quién será? Así es el que hace para sí tesoro, y no es rico para con Dios.” (Lc 12:19-21).
3. Un orgulloso. (Pr 27:2) “Alábete el extraño, y no tu propia boca; el ajeno, y no los labios tuyos.” El jactancioso se exalta a si mismo. “Mas el que se gloría, gloríese en el Señor; porque no es aprobado el que se alaba a sí mismo, sino aquel a quien Dios alaba.” (2Co 10:17-18).
4. Un envidioso. (Pr 27:3-4) “Pesada es la piedra, y la arena pesa; mas la ira del necio es más pesada que ambas. Cruel es la ira, e impetuoso el furor; mas ¿quién podrá sostenerse delante de la envidia?” “El corazón apacible es vida de la carne; mas la envidia es carcoma de los huesos.” (Pr 14:30). Los judios jactanciosos por envidia crucificaron a Jesús. Pilato les dio a escoger entre Barrabás y Jesús. “Reunidos, pues, ellos, les dijo Pilato: ¿A quién queréis que os suelte: a Barrabás, o a Jesús, llamado el Cristo? Porque sabía que por envidia le habían entregado.” (Mt 27:17-18).
5. Un enemigo (Pr 27:5-6) “Mejor es reprensión manifiesta que amor oculto. Fieles son las heridas del que ama; pero importunos los besos del que aborrece.” El beso era un símbolo de la amistad y la fraternidad (Gn 45:15; 1Sa 20:41; Lc 15:20). El jactancioso, enemigo oculto, hace burla de dicho símbolo. Nos hace recordar a Judas que con un beso entregó a Jesús. “Mientras Él [Jesús] aún hablaba, se presentó una turba; y el que se llamaba Judas, uno de los doce, iba al frente de ellos; y se acercó hasta Jesús para besarle. Entonces Jesús le dijo: Judas, ¿con un beso entregas al Hijo del Hombre?” (Lc 22:47-48).
6. Un menospreciador (Pr 27:7) “El hombre saciado desprecia el panal de miel; pero al hambriento todo lo amargo es dulce.” En el paralelismo antitético se subraya la distancia entre la persona saciada (¿el rico?) y la hambrienta (¿el pobre?). El dicho popular dice: “donde hay hambre, no hay pan duro… y la mejor salsa del mundo es el hambre... a los pobres, siempre comen con gusto”. Los pobres saborean mejor sus delicias y suelen ser más agradecidos por ellos que el rico. En forma semejante el orgulloso y autosuficiente menosprecia el evangelio; pero los que tienen hambre y sed de justicia, encuentran -
1061 – Pr 26:4-5 Cómo tratar al necio.
Nunca respondas al necio de acuerdo con su necedad, para que no seas tú también como él. Responde al necio como merece su necedad, para que no se estime sabio en su propia opinión.
El libro de Proverbios hace énfasis en tres tipos de personas: La primera es el necio que no aprende y es llamado también simple, insensato, y burlador. “Y aun mientras va el necio por el camino, le falta cordura, y va diciendo a todos que es necio.” (Ec 10:3). La segunda persona es el inteligente llamado también entendido que aprende de sus tropiezos. “La reprensión aprovecha al entendido, más que cien azotes al necio.” (Pr 17:10). La tercera persona es el sabio que aprende al obedecer la palabra de Dios y de los tropiezos de los demás. “Oirá el sabio, y aumentará el saber, y el entendido adquirirá consejo” (Pr 1:5). “El sabio de corazón recibirá los mandamientos; mas el necio de labios caerá.” (Pr 10:8).
¿Cómo tratar al necio?
1. No aplaudas la obra del necio (Pr 26:1).
“Como no conviene la nieve en el verano, ni la lluvia en la siega, así no conviene al necio la honra.” Las incongruencias de la naturaleza ilustran también las del mundo moral. “Como quien liga la piedra en la honda, así hace el que da honra al necio.” (Pr 26:8). El necio, es como atar una piedra a la honda: no irá a ninguna parte y volverá, le golpeará y lo lastimará.
2. Reprende la obra del necio (Pr2 6:3).
“El látigo para el caballo, el cabestro para el asno, y la vara para la espalda del necio.” La vara es tan necesaria para los necios, y tanto les conviene, como lo son el látigo y cabestro para el caballo y el asno. “Dice el necio en su corazón: No hay Dios. Se han corrompido, hacen obras abominables; No hay quien haga el bien.” (Sal 14:1). “No seáis, pues, partícipes con ellos. Porque en otro tiempo erais tinieblas, mas ahora sois luz en el Señor; andad como hijos de luz (porque el fruto del Espíritu es en toda bondad, justicia y verdad), comprobando lo que es agradable al Señor. Y no participéis en las obras infructuosas de las tinieblas, sino más bien reprendedlas; porque vergonzoso es aun hablar de lo que ellos hacen en secreto.” (Ef 5:7-12).
3. Responde al necio como merece su necedad (Pr 26:4-5).
“Nunca respondas al necio de acuerdo con su necedad, para que no seas tú también como él. Responde al necio como merece su necedad, para que no se estime sabio en su propia opinión.” Debemos responder con reprensión. No se le debería responder aceptando sus ideas y presuposiciones, o creerá que está en lo cierto más bien debería ser reprendido en base de su insensatez, y se le debería mostrar la verdad para que vea cuán insensato es. “¡Ay de los sabios en sus propios ojos, y de los que son prudentes delante de sí mismos!” (Is 5:21)
4. No confíes en el necio (Pr 26:6).
“Como el que se corta los pies y bebe su daño, así es el que envía recado por mano de un necio.” Tan seguro es el fracaso del necio como si fuese cojo. Bebe su daño. Eso es, lo recibe en abundancia. Confía en el hombre fiel y traerá descanso a tu alma. “Como frío de nieve en tiempo de la siega, así es el mensajero fiel a los que lo envían, pues al alma de su señor da refrigerio.”(Pr 25:13)
5. No pierdas tiempo enseñando al necio (Pr 26:7).
“Las piernas del cojo penden inútiles; así es el proverbio en la boca del necio.” Reitera la inutilidad del proverbio, la enseñanza moral al necio, como también son inútiles las piernas del cojo. “Espinas hincadas en mano del embriagado, tal es el proverbio en la boca de los necios.” (Pr 26:9). “No deis lo santo a los perros, ni echéis vuestras perlas delante de los cerdos, no sea que las pisoteen, y se vuelvan y os despedacen.” (Mt 7:6). -
1060 – Pr 25:8 Consejos para resolver los conflictos
No entres apresuradamente en pleito, no sea que no sepas qué hacer al fin, después que tu prójimo te haya avergonzado.
Una disposición iracunda y apasionada hace que los hombres se provoquen unos a otros provocando y pecando contra Dios y el prójimo. “El hombre iracundo levanta contiendas, y el furioso muchas veces peca.” (Pr 29:22). Por lo tanto, para resolver conflictos y no pecar debemos escuchar y obedecer los consejos sabios de Dios. “La blanda respuesta quita la ira; mas la palabra áspera hace subir el furor.”(Pr 15:1).
CONSEJOS PARA RESOLVER LOS CONFLICTOS.
C1. A veces es mejor evitar el conflicto. (Pr 25:8) “No entres apresuradamente en pleito, no sea que no sepas qué hacer al fin, después que tu prójimo te haya avergonzado.” (E1) Amar en vez de pelear “Con misericordia y verdad se corrige el pecado, y con el temor de Jehová los hombres se apartan del mal.”(Pr 16:6). (E2) Envolverse en una pelea es insensato. “Honra es del hombre dejar la contienda; mas todo insensato se envolverá en ella.” (Pr 20:3). (E3) Aislarse en vez de meterse en pelea. “Mejor es morar en tierra desierta que con la mujer rencillosa e iracunda.” (Pr 21:19).
C2. Es aconsejable buscar la paz con Dios y los enemigos (Pr 16:7) “Cuando los caminos del hombre son agradables a Jehová, aun a sus enemigos hace estar en paz con él.” “Sed, pues, imitadores de Dios como hijos amados.” (Ef 5:1). “Seguid la paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor.”(He 12:14)
C3. Es necesario domar el temperamento (Pr 16:32) “Mejor es el que tarda en airarse que el fuerte; y el que se enseñorea de su espíritu, que el que toma una ciudad.” “El que tarda en airarse es grande de entendimiento; mas el que es impaciente de espíritu enaltece la necedad.” (Pr 14:29). “El hombre iracundo promueve contiendas; mas el que tarda en airarse apacigua la rencilla.”(Pr 15:18). “Como ciudad derribada y sin muro es el hombre cuyo espíritu no tiene rienda.” (Pr 25:28).
C4. Es mejor resolver los conflictos en las etapas iniciales (Pr 17:14) “El que comienza la discordia es como quien suelta las aguas; deja, pues, la contienda, antes que se enrede.” “Ponte de acuerdo con tu adversario pronto, entre tanto que estás con él en el camino, no sea que el adversario te entregue al juez, y el juez al alguacil, y seas echado en la cárcel. De cierto te digo que no saldrás de allí, hasta que pagues el último cuadrante.” (Mt 5:25-26). “Airaos, pero no pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo, ni deis lugar al diablo.” (Ef 4:26-27).
C5. Hay que escuchar todas las facetas del problema (Pr 18:13) “Al que responde palabra antes de oír, le es fatuidad y oprobio.” “Justo parece el primero que aboga por su causa; pero viene su adversario, y le descubre.” (Pr 18:17).
C6. Hay que buscar la objetividad (Pr 18:18) “La suerte pone fin a los pleitos, y decide entre los poderosos.” Resalta el valor de echar suertes en vez de esperar una disputa desastrosa entre dos poderosos, capaces de una guerra. “No tengas pleito con nadie sin razón, si no te han hecho agravio.” (Pr 3:30). “El altivo de ánimo suscita contiendas; mas el que confía en Jehová prosperará.”(Pr 28:25). “Si el hombre sabio contendiere con el necio, que se enoje o que se ría, no tendrá reposo.” (Pr 29:9)
C7. Hay que calcular el costo del conflicto (Pr 19:11) “La cordura del hombre detiene su furor, y su honra es pasar por alto la ofensa.” “¿O qué rey, al marchar a la guerra contra otro rey, no se sienta primero y considera si puede hacer frente con diez mil al que viene contra él con veinte mil? Y si no puede, cuando el otro está todavía lejos, le envía una embajada y le pide condiciones de paz.” (Lc 14:31-32).
C8. Hay que evitar el conflicto ajeno (Pr 26:17) “El que pasando se deja llevar de la ira en pleito ajeno es como el que toma al perro por las orejas.”
C9. Hay que disminuir la causa del conflicto (Pr 26:20-21) -
1059 – Pr 24:11 – Proverbios 24. Libra a los que peligran de morir.
“Libra a los que son llevados a la muerte; salva a los que están en peligro de muerte.”
Si un hombre sabe que su prójimo está en peligro por cualquier procedimiento injusto, está obligado a hacer todo lo que pueda para librarlo. ¿Y qué es soportar que perezcan almas inmortales cuando nuestras convicciones y ejemplo pueden ser los medios de impedirlo? Con fervor evangélico se presenta aquí nuestra obligación de rescatar al ignorante que va hacia la destrucción. Dios no aceptará nuestras excusas.
“El fruto del justo es árbol de vida; y el que gana almas es sabio.” (Pr 11:30).
1. ¿Cómo podemos salvar al prójimo de la muerte? (Pr 24:11) “Libra a los que son llevados a la muerte; salva a los que están en peligro de muerte.” Podemos ayudar: S1. Con nuestro testimonio. El peligro aquí puede proceder de un trato injusto o de violencia. La liberación puede ser bien por dar un verdadero testimonio a favor de ellos, proporcionando lo que necesitan para sobrevivir, bien rescatándolos de un curso fatal. “Defended al débil y al huérfano; haced justicia al afligido y al menesteroso. Librad al afligido y al necesitado; libradlo de mano de los impíos.” (Sal 82:3-4). “No te niegues a hacer el bien a quien es debido, cuando tuvieres poder para hacerlo.” (Pr 3:27). “Si opresión de pobres y perversión de derecho y de justicia vieres en la provincia, no te maravilles de ello; porque sobre el alto vigila otro más alto, y uno más alto está sobre ellos.” (Ecl 5:8). S2. Ayudando a los que están en situación de extrema urgencia donde se enfrenta la muerte. Nos hace recordar la situación del buen samaritano quien fue al auxilio de un hombre víctima de algún ladrón y dejado como muerto. Un experto en la ley queriendo justificarse a sí mismo, dijo a Jesús: ¿Y quién es mi prójimo? Respondiendo Jesús, dijo: Un hombre descendía de Jerusalén a Jericó, y cayó en manos de ladrones, los cuales le despojaron; e hiriéndole, se fueron, dejándole medio muerto. Aconteció que descendió un sacerdote por aquel camino, y viéndole, pasó de largo. Asimismo un levita, llegando cerca de aquel lugar, y viéndole, pasó de largo. Pero un samaritano, que iba de camino, vino cerca de él, y viéndole, fue movido a misericordia; y acercándose, vendó sus heridas, echándoles aceite y vino; y poniéndole en su cabalgadura, lo llevó al mesón, y cuidó de él. Otro día al partir, sacó dos denarios, y los dio al mesonero, y le dijo: Cuídamele; y todo lo que gastes de más, yo te lo pagaré cuando regrese. ¿Quién, pues, de estos tres te parece que fue el prójimo del que cayó en manos de los ladrones? Él dijo: El que usó de misericordia con él. Entonces Jesús le dijo: Vé, y haz tú lo mismo. (Lc 10:29-37). Aprendemos que el buen samaritano, sin conocer al herido de muerte, dispuso de misericordia ayudando al prójimo con sus bienes, fuerzas, tiempo, y dinero. S3. Ayudando a nuestro hermano en la fe. El Señor dejo este mandamiento para sus discípulos. “Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como yo os he amado, que también os améis unos a otros. En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros.” (Jn 13:34-35). Por lo tanto, debemos seguir el ejemplo de Jesucristo que dio su vida por nosotros para librarnos de la muerte. “En esto hemos conocido el amor, en que Él [Cristo] puso su vida por nosotros; también nosotros debemos poner nuestras vidas por los hermanos. Pero el que tiene bienes de este mundo y ve a su hermano tener necesidad, y cierra contra él su corazón, ¿cómo mora el amor de Dios en él?” (1Jn 3:16-17). S4. Ayudando al que está condenado a muerte eterna. Predicando, amonestando, enseñando la palabra de Dios podemos ayudar a salvar las almas que van camino al infierno por no haber aceptado a Cristo como su Señor y Salvador. “Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura. El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, -
1058 – Pr 24:3-4 – Proverbios 24. Herramientas para edificar la familia.
“Con sabiduría se edificará la casa, y con prudencia se afirmará; y con ciencia se llenarán las cámaras de todo bien preciado y agradable.”
Dios es el arquitecto y creador de la Familia “Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó.” (Gn 1:27). Creo todas las cosas y vio que era buen. Pero dijo NO es buena la soledad del hombre. La respuesta a la soledad del hombre: “Le haré ayuda idónea para él” (Gn 2:18). Dios entrega la esposa. (Gn 2:21-22). Es parte complementaria del hombre, pero diferente. (Gn 2:23)
1. DEFINICIÓN HEBREA DEL DISEÑO DE DIOS: EL MATRIMONIO. Matrimonio en hebreo “Qidushim” significa santidades, porque está hecho para que varón y mujer, se ayuden mutuamente a alcanzar y preservar santa la imagen de Dios, impresa en sus personas. (Gn 1:27)
2. CUÁL ES EL PROPÓSITO DE LA FAMILIA. Es manifestar la imagen de Dios en el hombre de una manera completa según Génesis 1:27. Prolongar la especie humana por medio de la procreación. Por eso, en cuanto Dios los crea, los bendice y les dice: “Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra...” (Gn 1:28).
3. FUNDAMENTOS ESENCIALES PARA FORMAR UNA FAMILIA (Gn 2:24-25; Ef 5:31).
F1. Separación: “Por tanto, dejará a su padre y a su madre”. “Dejar al padre y a la madre” significa romper el lazo padre-hijo, romper los fuertes hilos de dependencia emocional que antes proveían seguridad, protección, ayuda económica y satisfacción material. Es dar prioridad al cónyuge al formar la nueva familia. (1Co 7:32-34). F2. Permanencia: “y se unirá a su mujer”. Dejar y unir. Separar y enlazar. Liberar y asegurar. Alejarse de y unirse. Lo unido si se separa se rompe y no queda igual. La unión será “Hasta que la muerte los separe”. “Por tanto, lo que Dios juntó, no lo separe el hombre.” (Mr 10:9). F3. Unidad: “y serán una sola carne”. Ser una sola carne implica un proceso que dura toda la vida. No es un hecho instantáneo. Son dos individuos que voluntariamente combinan sus vidas, deseando compartirlas y, en consecuencia, complementarse uno al otro. “El marido cumpla con la mujer el deber conyugal, y asimismo la mujer con el marido. La mujer no tiene potestad sobre su propio cuerpo, sino el marido; ni tampoco tiene el marido potestad sobre su propio cuerpo, sino la mujer.” (1Co 7:3-4). F4. Intimidad: “y estaban ambos desnudos, Adán y su mujer, y no se avergonzaban”. La intimidad incluye compartir en múltiples niveles: conversación compartida, silencio compartido, historia compartida, prueba y corazones desanimados compartidos, tristeza y aflicción compartida, alegría compartida, y dedicación compartida. “No se avergonzaban”: no tenían nada que esconderse, ningún complejo, vergüenza o temor. Transparencia total, ausencia absoluta de cohibición. La intimidad provee una compleja libertad tanto emocional, como física, interior y exterior. “Las muchas aguas no podrán apagar el amor, ni lo ahogarán los ríos. Si diese el hombre todos los bienes de su casa por este amor, de cierto lo menospreciarían.” (Cnt 8:7)
4. HERRAMIENTAS PARA EDIFICAR LA FAMILIA (Pr 24:3-4). “Con sabiduría se edificará la casa, y con prudencia se afirmará; y con ciencia se llenarán las cámaras de todo bien preciado y agradable.” H1. Sabiduría: “Con sabiduría se edificará la casa” Sabiduría: significa mirar, decidir con discernimiento. Tener una perspectiva amplia. “La mujer sabia edifica su casa; mas la necia con sus manos la derriba.”(Pr 14:1). H2. Edificar: Es construir algo para que florezca. “Si Jehová no edificare la casa, en vano trabajan los que la edifican” (Sal 127:1a). H3. Prudencia: “y con prudencia se afirmará”. Prudencia: Significa responder con discernimiento obtenido por el conocimiento de la palabra de Dios. “Fíate de Jehová de todo tu corazón, y no te apoyes en tu propia prudencia.” (Pr 3:5). H4. Afirmar: significa “poner en orden, colocar en una posición erecta y erguida” algo que se está -
1057 – Pr 23:29-30 – Proverbios 23. Peligros y consecuencias de la embriaguez.
¿Para quién será el ay? ¿Para quién el dolor? ¿Para quién las rencillas? ¿Para quién las quejas? ¿Para quién las heridas en balde? ¿Para quién lo amoratado de los ojos? Para los que se detienen mucho en el vino, para los que van buscando la mistura.
Una de las varias consecuencias de no disciplinar a los hijos desde su corta edad es la embriaguez usando el alcohol o uso de las drogas. El consuelo sedante del alcohol y las drogas es solo temporal. El verdadero alivio surge cuando enfrentamos directamente la causa de la angustia y del dolor y nos volvemos a Dios para recibir su paz. No se pierda en el alcohol; busque a Dios que te insiste, anima a que hoy le entregues su corazón y andes por sus caminos. “Dame, hijo mío, tu corazón, y miren tus ojos por mis caminos.” (Pr 23:26).
1. Peligros de la embriaguez. La Biblia alerta acerca de los peligros del vino. Disminuye la capacidad de control “Porque comen pan de maldad, y beben vino de robos” (Pr 4:17). Destruye la eficiencia de una persona “Hombre necesitado será el que ama el deleite, y el que ama el vino y los ungüentos no se enriquecerá.” (Pr 21:17). La embriaguez puede ser comprensible entre moribundos y con gran dolor, pero es inexcusable para los líderes nacionales. El alcohol nubla la mente y puede llevar a la injusticia y a malas decisiones. Los líderes tienen cosas mejores que hacer que anestesiarse con alcohol. Deteriora los sentidos, limita el juicio cabal. “No es de los reyes, oh Lemuel, no es de los reyes beber vino, ni de los príncipes la sidra; no sea que bebiendo olviden la ley, y perviertan el derecho de todos los afligidos.” (Pr 31:4-5). Hacer del vino un fin en sí mismo, un medio de auto indulgencia o un escape de la vida es usarlo mal y promover las consecuencias de la borrachera. “No estés con los bebedores de vino, ni con los comedores de carne; porque el bebedor y el comilón empobrecerán, y el sueño hará vestir vestidos rotos.” (Pr 3:20-21).
2. Consecuencias de la embriaguez. (Pr 23:29). ¿Para quién será el ay? ¿Para quién el dolor? ¿Para quién las rencillas? ¿Para quién las quejas? ¿Para quién las heridas en balde? ¿Para quién lo amoratado de los ojos? La embriaguez: Hace pelear a los hombres, incluso generando problemas en la misma familia. “El hermano ofendido es más tenaz que una ciudad fuerte, y las contiendas de los hermanos son como cerrojos de alcázar.” (Pr 18:19). Los ebrios se lamentan y lloran por sí intencionalmente. Hace impuros e insolentes a los hombres. La lengua se pone rebelde; el corazón dice cosas contrarias a la razón, la religión y el civismo. Aturde y envilece a los hombres. “El carbón para brasas, y la leña para el fuego; y el hombre rencilloso para encender contienda.” (Pr 26:21). La respuesta es que todas estas consecuencias son para los que se embriagan. “Para los que se detienen mucho en el vino, para los que van buscando la mistura.” (Pr 23:30). “¡Ay de los que se levantan de mañana para seguir la embriaguez; que se están hasta la noche, hasta que el vino los enciende! Y en sus banquetes hay arpas, vihuelas, tamboriles, flautas y vino, y no miran la obra de Jehová, ni consideran la obra de sus manos. Por tanto, mi pueblo fue llevado cautivo, porque no tuvo conocimiento; y su gloria pereció de hambre, y su multitud se secó de sed. Por eso ensanchó su interior el Seol, y sin medida extendió su boca; y allá descenderá la gloria de ellos, y su multitud, y su fausto, y el que en él se regocijaba.” (Is 5:11-14).
3. Más advertencias contra la embriaguez (Pr 23:31-35). “No mires al vino cuando rojea, cuando resplandece su color en la copa. Se entra suavemente; mas al fin como serpiente morderá, y como áspid dará dolor. Tus ojos mirarán cosas extrañas, y tu corazón hablará perversidades. Serás como el que yace en medio del mar, o como el que está en la punta de un mastelero. Y dirás: Me hirieron, mas no me dolió; me azotaron, mas no lo sentí; - Visa fler