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  • 14 – Siguiendo la guía de Dios

    Nehemías 7:5-7, 73
    “Entonces puso Dios en mi corazón que reuniese a los nobles y oficiales y al pueblo, para que fuesen empadronados según sus genealogías. Y hallé el libro de la genealogía de los que habían subido antes, y encontré en él escrito así: Estos son los hijos de la provincia que subieron del cautiverio, de los que llevó cautivos Nabucodonosor rey de Babilonia, y que volvieron a Jerusalén y a Judá, cada uno a su ciudad, los cuales vinieron con Zorobabel, Jesúa, Nehemías, Azarías, Raamías, Nahamani, Mardoqueo, Bilsán, Misperet, Bigvai, Nehum y Baana… […] Y habitaron los sacerdotes, los levitas, los porteros, los cantores, los del pueblo, los sirvientes del templo y todo Israel, en sus ciudades.”

    1.Después de toda tarea de reparación, y de haber establecido la guardia para resguardar la ciudad, Nehemías toma la decisión de registrar los nombres de todos los habitantes de Jerusalén y de Judea, con el fin de identificar quienes eran los que habitaban, para poder así mantener un registro genealógico.
    2.Esta decisión del empadronamiento no nace de una idea de Nehemías, sino de la voluntad de Dios para que esto se lleve a cabo. (Neh. 7:5)
    3.Nehemías se encuentra con un registro del primer grupo de personas que fueron enlistadas en el primer retorno, junto con Zorobabel, y usa esto como base del nuevo registro (Neh. 7:7).
    4.Al final, puede establecer la ubicación de cada familia en Judea, tanto en la ciudad como en el campo. (Neh. 7:73)
    5.Este registro pudo haber sido usado posteriormente para poder repoblar la ciudad de Jerusalén que se encontraba vacía. (Neh. 11:1-24)

    Nehemías seguía constantemente la guía de Dios para poder desarrollar su liderazgo de forma eficaz. Su constante expresión de la dependencia y guía que hallaba en el Señor está registrado muchas veces en este libro, lo que nos pone en evidencia de nuestra necesidad de depender de la misma manera de Dios.

    No fueron buenas ideas ocurridas de una mente genial humana; al contrario, fueron todo el plan de Dios basado en Su sabiduría para poder lograr las metas que Él tenía, y Nehemías hacía muy bien en conocerlas y seguirlas.

    De Nehemías aprendemos:

    -Tener una relación con Dios: Este líder, a pesar de toda la tarea que desarrollaba, mantenía una constante relación con Dios, sólo así podía conocer Su voluntad.
    -Vivir en dependencia de Dios: Nehemías no se adelantaba hacer nada hasta que conocía de Dios lo que debía hacer.
    -Comprometernos en obediencia a Dios: Como sabía que Dios le guiaría correctamente, y que todo lo que el Señor le guiaba tenía Su bendición, entonces se comprometía a obedecer sabiendo que nada iría mal.

    Nuestras vidas serán grandemente bendecidas y prosperadas si aprendemos de este principio vital en la vida de Nehemías. Su relación, dependencia y obediencia le llevó a tener éxito en todo lo que emprendía, y nuestras vidas también serán beneficiadas de estas características de este piadoso líder.

    «Depender de Dios no es estar atado o limitado, es ser bendecido y prosperado cuando seguimos la guía de nuestro Sabio Dios» –Ministerio UMCD–

    #Reconstruyendo #Obediencia #Prosperidad #Dependencia #Relación #Dios #Saiduría #Lider #Liderazgo #MinisterioUMCD #UnMomentoConDios

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  • 13 – Fortaleciéndonos en la disciplina

    Nehemías 7:1-4
    “Luego que el muro fue edificado, y colocadas las puertas, y fueron señalados porteros y cantores y levitas, mandé a mi hermano Hanani, y a Hananías, jefe de la fortaleza de Jerusalén (porque éste era varón de verdad y temeroso de Dios, más que muchos); y les dije: No se abran las puertas de Jerusalén hasta que caliente el sol; y aunque haya gente allí, cerrad las puertas y atrancadlas. Y señalé guardas de los moradores de Jerusalén, cada cual en su turno, y cada uno delante de su casa. Porque la ciudad era espaciosa y grande, pero poco pueblo dentro de ella, y no había casas reedificadas.”

    1.La edificación se había logrado, todo estaba completo, pero eso no daba razón a descuidarla. Había que poner seguridad.
    2.Era necesario evitar que cualquier intruso llegase durante la noche y trate de traer problemas en una ciudad que al fin estaba hallando estabilidad. Por eso las puertas debía cerrarse con guardas que velasen.
    3.Jerusalén era grande en espacio, pero pequeña en población. Entre los cautiverios y las huidas de los moradores, la población había reducido en gran forma, por eso también desarrollaron un empadronamiento para saber exactamente la población y sus familias (Neh. 7:5-69).
    4.Antes de que puedan ser fuertes como ciudad, tenían que crecer en número ahora que estaban a salvo; y para evitar más desastres, toman medidas necesarias hasta ser una población fuerte.

    A la disciplina se la conoce como el conjunto de normas establecidas que ayudan a mantener un orden, y para lograr mantener lo que se ha alcanzado, se debe establecer normas que ayuden al desarrollo de un hábito de vida espiritualmente saludable.

    Cuando una persona ha pasado por un proceso de restauración, y después de haber batallado para reconstruirlo todo, sería un grabe descuido el bajar la guardia y volver a dejar que hábitos, amistades y circunstancias negativas nos lleven de regreso de donde hemos salido.

    Jerusalén había sido por fin reedificada en sus muros, pero todavía eran débiles en número de habitantes, lo que les hacía susceptibles a ataques. Por eso Nehemías, sabiamente establece una guardia para no permitir el ingreso del enemigo en la oscuridad de la noche. Aún más, establece normas firmes e inquebrantables, con el propósito de evitar cualquier treta, y por eso dice que “aunque halla gente” afuera de los muros, no les permitan entrar “hasta que caliente el sol” (Neh. 7:3). Una sabia decisión.

    Cada uno de nosotros podemos aprender de este ejemplo para mantener lejos los pecados o las relaciones que nos pueden llevar nuevamente a caer en hábitos destructivos. Tenemos que ser sabios en la manera de establecer esas normas, y si es necesario alejarnos de cualquier posibilidad de acercamiento, pero también necesitaremos mantener disciplina en estas decisiones, hasta que estemos fuertes. La reconstrucción de nuestras vidas es un proceso de no un día, toma semanas y meses poder fortalecernos en el Señor.

    ¿Qué medidas podría tomar de forma firme para mantenerme alejado de actividades o personas que pueden alejarme de Dios y arrastrarme nuevamente a una vida destructiva? ¿Con qué firmeza aprendemos a mantener hábitos o disciplinas que nos ayuden a estar firmes en el Señor?

    «Para estar firme por un día necesito una decisión momentánea para lograrlo, pero para desarrollar una vida firme y santa necesito de disciplinas espirituales constantes para hacer de “ese día” una meta de vida» -Ministerio UMCD-

    #Reconstruyendo #Disciplina #Firmeza #Fortalecimiento #Decisiones #Hábitos #VidaEspiritual #LevantandoMuros #MinisterioUMCD #UnMomentoConDios

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  • 12 – La huella de la obra de Dios

    Nehemías 6:12-16
    “Y entendí que Dios no lo había enviado, sino que hablaba aquella profecía contra mí porque Tobías y Sanbalat lo habían sobornado. Porque fue sobornado para hacerme temer así, y que pecase, y les sirviera de mal nombre con que fuera yo infamado. Acuérdate, Dios mío, de Tobías y de Sanbalat, conforme a estas cosas que hicieron; también acuérdate de Noadías profetisa, y de los otros profetas que procuraban infundirme miedo. Fue terminado, pues, el muro, el veinticinco del mes de Elul, en cincuenta y dos días. Y cuando lo oyeron todos nuestros enemigos, temieron todas las naciones que estaban alrededor de nosotros, y se sintieron humillados, y conocieron que por nuestro Dios había sido hecha esta obra.”

    1.Cincuenta y dos días habían pasado desde el día que Nehemías había alentado al pueblo a levantar los muros y cerrar las puertas, hasta que toda la obra se completó. (Neh. 2:18; 6:15)
    2.Durante todos esos días el pueblo enfrentó el escarnio, el amedrantamiento, y los ataques de sus enemigos; mientras que internamente batallaron con el hambre, el cansancio, el desánimo y los problemas económicos.
    3.Nehemías despreció toda provocación y engaño, y buscando a Dios halló fuerzas para él y el pueblo. Dios lo había hecho, los muros quedaron reconstruidos y las puertas cerradas.
    4.Ya nadie atacaría libremente la ciudad, ahora había como defenderse y estar seguros. Todos lo vieron, el pueblo luchó hasta el final y Dios les había ayudado.
    5.Para los enemigos, el triunfo de Jerusalén fue motivo de asombro, temor, humillación y derrota.
    6.Para los habitantes de Jerusalén fue motivo de victoria, agradecimiento y alabanza a Dios.
    7.Para Dios, todo esto fue una demostración de Su poder y buena voluntad en favor de Su pueblo.

    Cuando Dios va a hacer algo, siempre lo hará para Su gloria. Dios es Todopoderoso. Su buena voluntad en favor del pueblo de Jerusalén fue una demostración de Su misericordia y fidelidad a su amada Sion.

    Nosotros también podemos recordar que, mientras Él está de nuestro lado para ayudarnos a reconstruir nuestras vidas, siempre tendremos la victoria aguardándonos. Dios está siempre presto para ayudarnos a levantar del polvo cualquier vida que haya sido destruida por el pecado. El Señor se especializa en reconstrucciones. (Jer. 18:1-9)

    Así como Nehemías, la dependencia de Dios va a ser nuestra clave para lograr reconstruir nuestras vidas. La oración y la guía de Dios fueron claves para la victoria en Jerusalén, y esa misma victoria puede ser nuestra.

    El Señor nos ayudará a conseguir restablecer todo en nuestras vidas si confiamos en Él y lo buscamos. Cuando Él obre ayudándonos, Él será glorificado, nosotros estaremos agradecidos, y nuestros enemigos serán humillados y derrotados. ¡Del Señor será la victoria!

    «Cuando Dios está a nuestro lado para ayudarnos a reconstruir nuestras vidas, conoceremos de Su fidelidad, poder y misericordia; y nuestros enemigos quedaran asombrados en la humillación de su derrota» -Ministerio UMCD-

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  • 11 – Cuídese de los engaños

    Nehemías 6:1-9
    “Cuando oyeron Sanbalat y Tobías y Gesem el árabe, y los demás de nuestros enemigos, que yo había edificado el muro, y que no quedaba en él portillo (aunque hasta aquel tiempo no había puesto las hojas en las puertas), Sanbalat y Gesem enviaron a decirme: Ven y reunámonos en alguna de las aldeas en el campo de Ono. Mas ellos habían pensado hacerme mal. Y les envié mensajeros, diciendo: Yo hago una gran obra, y no puedo ir; porque cesaría la obra, dejándola yo para ir a vosotros. Y enviaron a mí con el mismo asunto hasta cuatro veces, y yo les respondí de la misma manera. Entonces Sanbalat envió a mí su criado para decir lo mismo por quinta vez, con una carta abierta en su mano, en la cual estaba escrito: Se ha oído entre las naciones, y Gasmu lo dice, que tú y los judíos pensáis rebelaros; y que por eso edificas tú el muro, con la mira, según estas palabras, de ser tú su rey; y que has puesto profetas que proclamen acerca de ti en Jerusalén, diciendo: ¡Hay rey en Judá! Y ahora serán oídas del rey las tales palabras; ven, por tanto, y consultemos juntos. Entonces envié yo a decirle: No hay tal cosa como dices, sino que de tu corazón tú lo inventas. Porque todos ellos nos amedrentaban, diciendo: Se debilitarán las manos de ellos en la obra, y no será terminada. Ahora, pues, oh Dios, fortalece tú mis manos.”

    1.Cuando los embates directos no funcionaron para detener lo que Dios hacía en Jerusalén, entonces los enemigos tenían que venir con engaños para detener de alguna forma lo que la obra.
    2.Toda la obra estaba casi concluida, solo faltaban poner las puertas en su lugar. (Neh. 6:1)
    3.Los enemigos de Jerusalén estaban desesperados, pues nada detenía lo que estaba pasando, así que emplean la trampa, la calumnia, el acoso, el complot, y la traición para matar, o por lo menos atemorizar a Nehemías. (Neh. 6:2, 6-7, 9-14, 17-19)
    4.En todo tiempo vemos a Nehemías dependiendo plenamente de Dios para discernir y hallar valor para seguir sin parar. (Neh. 6:9, 12, 14)

    El engaño, una de las más antiguas tretas del enemigo. Desde el Edén, satanás a usado esta estrategia para destruir la obra de Dios (Gn. 3:1-6). El fin de ello es “hurtar, matar y destruir” (Jn. 10-10). Y en el caso de la obra que el Señor estaba haciendo en Jerusalén, esta arma sería usada para buscar lograr detenerlo todo.

    En nuestras vidas, esto también es real. Pablo nos recuerda que nosotros “no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo” (Ef. 6:12); por lo tanto, el mismo satanás utilizará cualquier medio o persona para alejarnos con engaño de la voluntad de Dios.

    Su astucia le hace hábil en la manera como se acerca a nuestra vida para distraernos, pero el propósito es destruirnos. Es el mismo patrón que vemos en el ejemplo de Nehemías.

    La dependencia de Nehemías en su relación con Dios le dio la capacidad para discernir esos ataques engañosos. Nosotros haríamos bien en estar atentos ante cualquier distracción que haría que cesara “la obra” de la reconstrucción de nuestras vidas, pues lo que Dios está haciendo en nosotros es “una gran obra”. (Neh. 6:3)

    Cuando venga alguna persona tratando de animarla a dejar algo que está haciendo para edificar su vida, tal vez una voz que le “aliente a bajar el ritmo”, o a tomar “un descanso”; esa puede ser una voz engañadora que quiere que se detenga. Busque a Dios, pida discernimiento, rechace toda pretensión de “ayuda” a su vida, y clame para que el Señor le ayude a fortalecerse para seguir adelante. La obra está ya casi reedificada, no es momento para parar. (Neh. 6:9, 12)

    «Cuando Dios está haciendo algo grande, siempre vendrá el maligno con engaños para destruirlo todo, esa ha sido su táctica más antigua. ¡Tengamos cuidado!» -Ministerio UMCD-

    #Reconstruyendo #Restitución #Perdón #Daño #Pecado #Consecuencia #Mal #Provocar #Prójimo #MinisterioUMCD #UnMomentoConDios

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  • 10 – Restituyendo nuestra injusticia

    Nehemías 5:1-13
    “Entonces hubo gran clamor del pueblo y de sus mujeres contra sus hermanos judíos. Había quien decía: Nosotros, nuestros hijos y nuestras hijas, somos muchos; por tanto, hemos pedido prestado grano para comer y vivir. Y había quienes decían: Hemos empeñado nuestras tierras, nuestras viñas y nuestras casas, para comprar grano, a causa del hambre. Y había quienes decían: Hemos tomado prestado dinero para el tributo del rey, sobre nuestras tierras y viñas. Ahora bien, nuestra carne es como la carne de nuestros hermanos, nuestros hijos como sus hijos; y he aquí que nosotros dimos nuestros hijos y nuestras hijas a servidumbre, y algunas de nuestras hijas lo están ya, y no tenemos posibilidad de rescatarlas, porque nuestras tierras y nuestras viñas son de otros. Y me enojé en gran manera cuando oí su clamor y estas palabras. Entonces lo medité, y reprendí a los nobles y a los oficiales, y les dije: ¿Exigís interés cada uno a vuestros hermanos? Y convoqué contra ellos una gran asamblea, y les dije: Nosotros según nuestras posibilidades rescatamos a nuestros hermanos judíos que habían sido vendidos a las naciones; ¿y vosotros vendéis aun a vuestros hermanos, y serán vendidos a nosotros? Y callaron, pues no tuvieron qué responder. Y dije: No es bueno lo que hacéis. ¿No andaréis en el temor de nuestro Dios, para no ser oprobio de las naciones enemigas nuestras? También yo y mis hermanos y mis criados les hemos prestado dinero y grano; quitémosles ahora este gravamen. Os ruego que les devolváis hoy sus tierras, sus viñas, sus olivares y sus casas, y la centésima parte del dinero, del grano, del vino y del aceite, que demandáis de ellos como interés. Y dijeron: Lo devolveremos, y nada les demandaremos; haremos así como tú dices. Entonces convoqué a los sacerdotes, y les hice jurar que harían conforme a esto. Además sacudí mi vestido, y dije: Así sacuda Dios de su casa y de su trabajo a todo hombre que no cumpliere esto, y así sea sacudido y vacío. Y respondió toda la congregación: ¡Amén! y alabaron a Jehová. Y el pueblo hizo conforme a esto.”

    1.Esta vez el problema no estaba afuera de los muros, el problema era interno; la usura había traído dolor entre el pueblo necesitado.
    2.Mientras trabajan para levantar el muro, las dificultades económicas habían ocasionado que algunos tengan que prestar dinero para sustentar a sus familias, a tal punto que muchos vendieron sus propiedades o las hipotecaron en altos intereses, y otros tuvieron que vender aún a sus hijos como esclavos.
    3.Parecería que este problema no era reciente, pero se agravó en los días de la reconstrucción.
    4.El llamado de Nehemías fue para que los ricos dejaran de ser unos aprovechados y restituyan la libertad de los hermanos judíos y devuelvan las propiedades.
    5.El reconocimiento de esta falta por parte de los injustos prestamistas hizo que se arrepintieran de corazón y devuelvan todo.

    Como un buen comentarista dijo, la actitud del hombre no ha cambiado con los años, las mismas malas intenciones del corazón del ser humano se repite irreversiblemente entre los seres humanos.

    Los que tenían dinero habían aprovechado la oportunidad para hacer más dinero tomando ventaja de la necesidad de los pobres. Es tan frecuente esta terrible actitud que se repite hasta hoy.

    Nehemías tiene que arreglar el problema, y llama a un arrepentimiento, a la manifestación de un amor genuino por parte de los infractores, haciendo que perdonen las deudas. A lo que respondieron: “¡Amén!” (Neh. 5:13).

    Nosotros también, si miramos con detalle, mientras destruíamos nuestras vidas a causa del pecado y las malas decisiones, íbamos arrasando con quien sea que se ponía en nuestro camino. Hicimos mucho daño mientras nosotros nos hundíamos.

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  • 09 – Cuando la batalla arrecia

    Nehemías 4:1-15
    “Cuando oyó Sanbalat que nosotros edificábamos el muro, se enojó y se enfureció en gran manera, e hizo escarnio de los judíos. Y habló delante de sus hermanos y del ejército de Samaria, y dijo: ¿Qué hacen estos débiles judíos? ¿Se les permitirá volver a ofrecer sus sacrificios? ¿Acabarán en un día? ¿Resucitarán de los montones del polvo las piedras que fueron quemadas? Y estaba junto a él Tobías amonita, el cual dijo: Lo que ellos edifican del muro de piedra, si subiere una zorra lo derribará. Oye, oh Dios nuestro, que somos objeto de su menosprecio, y vuelve el baldón de ellos sobre su cabeza, y entrégalos por despojo en la tierra de su cautiverio. No cubras su iniquidad, ni su pecado sea borrado delante de ti, porque se airaron contra los que edificaban. Edificamos, pues, el muro, y toda la muralla fue terminada hasta la mitad de su altura, porque el pueblo tuvo ánimo para trabajar. Pero aconteció que oyendo Sanbalat y Tobías, y los árabes, los amonitas y los de Asdod, que los muros de Jerusalén eran reparados, porque ya los portillos comenzaban a ser cerrados, se encolerizaron mucho; y conspiraron todos a una para venir a atacar a Jerusalén y hacerle daño. Entonces oramos a nuestro Dios, y por causa de ellos pusimos guarda contra ellos de día y de noche. Y dijo Judá: Las fuerzas de los acarreadores se han debilitado, y el escombro es mucho, y no podemos edificar el muro. Y nuestros enemigos dijeron: No sepan, ni vean, hasta que entremos en medio de ellos y los matemos, y hagamos cesar la obra. Pero sucedió que cuando venían los judíos que habitaban entre ellos, nos decían hasta diez veces: De todos los lugares de donde volviereis, ellos caerán sobre vosotros. Entonces por las partes bajas del lugar, detrás del muro, y en los sitios abiertos, puse al pueblo por familias, con sus espadas, con sus lanzas y con sus arcos. Después miré, y me levanté y dije a los nobles y a los oficiales, y al resto del pueblo: No temáis delante de ellos; acordaos del Señor, grande y temible, y pelead por vuestros hermanos, por vuestros hijos y por vuestras hijas, por vuestras mujeres y por vuestras casas. Y cuando oyeron nuestros enemigos que lo habíamos entendido, y que Dios había desbaratado el consejo de ellos, nos volvimos todos al muro, cada uno a su tarea.”

    1.Cuando los enemigos vieron que nada les había detenido, después del desprecio que propiciaron, se enojaron en gran manera, y decidieron levantar a sus ejércitos para atacar Jerusalén. (Neh. 4:1-3)
    2.En ese momento se dio una de las varias veces en las que Nehemías guió al pueblo a pedir ayuda al Señor. (Neh. 4:4-5, 9)
    3.Los enemigos de la ciudad no sabían que entre sus moradores había una red de espionaje que alertaba a Nehemías y al pueblo. (Neh. 4:12)
    4.Se tuvo que redoblar esfuerzos para mantener la reconstrucción mientras enfrentaban los constantes ataques. Enfatizaban sus esfuerzos de protección en donde estaban las áreas más vulnerables.
    5.Cuando más se cansaban, hallaban más fuerzas en el Señor. (Neh. 4:10-14)
    6.No cesaban de trabajar, a tal punto que ni siquiera tenían tiempo para un descanso apropiado. Solo paraban para asearse y continuar. (Neh. 4:23)

    El esfuerzo expuesto por parte de Nehemías y todo el pueblo fue gigantesco, como gigante la tarea y enorme el asecho de sus enemigos. Pero nada pudo detener la obra que se estaba desarrollando.

    En nuestra reconstrucción espiritual, entre más avanzamos, más difícil se pone. Nuestras debilidades más nos agobian, los pecados más nos asedian, y la oposición del mundo estarán golpeando más fuerte. Es ahí donde más necesitaremos del Señor para lograrlo.

    «Cuando la batalla espiritual en contra del creyente arrecia, su mejor táctica es refugiarse en el Señor para hallar en Él más fuerzas» -Ministerio UMCD-

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  • 08 – Todo, con detalle y esfuerzo

    Nehemías 3:1-4, 31-32
    “Entonces se levantó el sumo sacerdote Eliasib con sus hermanos los sacerdotes, y edificaron la puerta de las Ovejas. Ellos arreglaron y levantaron sus puertas hasta la torre de Hamea, y edificaron hasta la torre de Hananeel. Junto a ella edificaron los varones de Jericó, y luego edificó Zacur hijo de Imri. Los hijos de Senaa edificaron la puerta del Pescado; ellos la enmaderaron, y levantaron sus puertas, con sus cerraduras y sus cerrojos. Junto a ellos restauró Meremot hijo de Urías, hijo de Cos, y al lado de ellos restauró Mesulam hijo de Berequías, hijo de Mesezabeel. Junto a ellos restauró Sadoc hijo de Baana. […] Después de él restauró Malquías hijo del platero, hasta la casa de los sirvientes del templo y de los comerciantes, enfrente de la puerta del Juicio, y hasta la sala de la esquina. Y entre la sala de la esquina y la puerta de las Ovejas, restauraron los plateros y los comerciantes.”

    1.El momento que decidieron trabajar, se ubicaron en equipos y desempeñaron una obra conjunta alrededor de toda la ciudad de Jerusalén.
    2.Las frases comunes en todo el relato son: “Entonces”, “junto”, “e inmediato”, “asimismo”, “después”, “tras”, y “entre”; indicando la proximidad del trabajo entre los equipos, pero al mismo tiempo la distribución de ellos. Permitiéndonos ver una obra caracterizada por la unidad de voluntad y esfuerzo.
    3.También leemos palabras como: restaurar, reedificar, arreglar, levantar, y enmaderar. Dándonos a conocer la tarea minuciosa y detallada, y al mismo tiempo ardua y esforzada.
    4.En el capítulo vemos que cada área de todo el muro fue trabajada. Comienzan hablando de la “Puerta de las Ovejas” (Neh. 3:1) llegando hasta “la sala de la esquina” (Neh. 3:31), “y entre” ambas partes (Neh. 3:32); dando cobertura a todo el muro y sus puertas. ¡Todo!

    En este pasaje vemos varias cosas que nos pueden ayudar en nuestra reconstrucción espiritual:

    Trabajo en equipo: Fueron varios los grupos que trabajaron para desarrollar la obra. Nosotros necesitamos de otras personas que nos ayuden en la restauración; ya sea con sus consejos, con la rendición de cuentas, o con sus oraciones y apoyo amoroso.

    Trabajo en todas las áreas: Todas las áreas del muro y sus puertas fueron consideradas para la reparación, no solamente algunas de ellas. Nosotros también debemos considerar todas las áreas en nuestra vida que requieran de nuestra atención para logra un éxito completo.

    Trabajo en detalle: No todos los trabajos fueron iguales; unos fueron de levantamiento, otras de restauración, cada área requirió un trabajo minucioso en detalle. Nosotros necesitamos mirar cada detalle a restaurar, con atención mínima, pues cada una es distinta.

    Trabajo esforzado: Fue una tarea difícil de lograr, requería de trabajo físico de todos. Nosotros debemos recordar que nuestro trabajo necesitará de esfuerzo, pues muchas de esas áreas se presentaran con luchas internas y externas grandes, y no debemos bajar los brazos hasta que lo completemos.

    Si queremos restaurar nuestra vida, vamos a necesitar la ayuda de otras personas, no podremos lograrlo solos. Y también se debe hacer un trabajo en todas las áreas, no en algunas nada más.

    «En la reconstrucción espiritual de una persona se necesita la ayuda de otros creyentes, y también se requiere trabajar en todas las áreas de su vida con detalle y esfuerzo, no solo en unas pocas» -Ministerio UMCD-

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  • 07 – Enfrentando el desprecio
    Nehemías 2:17-20
    “Les dije, pues: Vosotros veis el mal en que estamos, que Jerusalén está desierta, y sus puertas consumidas por el fuego; venid, y edifiquemos el muro de Jerusalén, y no estemos más en oprobio. Entonces les declaré cómo la mano de mi Dios había sido buena sobre mí, y asimismo las palabras que el rey me había dicho. Y dijeron: Levantémonos y edifiquemos. Así esforzaron sus manos para bien. Pero cuando lo oyeron Sanbalat horonita, Tobías el siervo amonita, y Gesem el árabe, hicieron escarnio de nosotros, y nos despreciaron, diciendo: ¿Qué es esto que hacéis vosotros? ¿Os rebeláis contra el rey? Y en respuesta les dije: El Dios de los cielos, él nos prosperará, y nosotros sus siervos nos levantaremos y edificaremos, porque vosotros no tenéis parte ni derecho ni memoria en Jerusalén.”
    1. Nehemías había recorrido la ciudad, y ya tenía un plan para la reconstrucción de los muros y el levantamiento de las puertas, el pueblo estaba listo y animado.
    2. Los enemigos de Jerusalén vieron con ego y maldad cómo el pueblo estaba unido y animado para llevar a cabo la empresa que deseaban hacer, y levantan una acusación acompañada con burla para tratar de detener el proyecto.
    3. Nehemías les recuerda a estos burladores que su desprecio y acusación no tiene fundamento. El rey había dado su aprobación, pero, sobre todo, Dios estaba prosperando la obra, y ante ello nadie la detendría.
    Cuando Dios está por hacer algo grande, siempre usa ejemplos significativos para mostrar Su gloria en medio del hombre. Él estaba por reconstruir Su amada Jerusalén, y esto sería notorio entre todos, pero en especial, en medio de los pueblos enemigos. Dios estaba por hacer algo grande.
    Entre los que estamos en un proyecto de reconstrucción espiritual de nuestras vidas junto al Señor, los enemigos se levantaran inmediatamente para detener esa obra. Muchas veces la intimidación y el desprecio es una de las primeras armas. Sobre todo, cuando ellos conocen en donde hemos estado, la desmoralización es un arma cruel que ellos usan para mostrarnos nuestras debilidades y grandes limitaciones. McGee, J. V. dijo: “El enemigo usará diferentes métodos para intentar desanimarte. Generalmente, el ridículo es el primer método que intenta el enemigo.”
    Ahora, para aliento nuestro, ellos no se han dado cuenta que no es nuestra capacidad lo que nos ayudará a levantar nuestros “muros y puertas”, es el poder Dios, Su guía y provisión de todo recurso espiritual lo que nos ayudarán a terminar con éxito nuestra obra. Dios será quien estará a nuestro lado para ayudarnos a salir.
    Miremos a las promesas de Dios, a lo que en Su Palabra nos ha dicho, y a Su poder; esto bastará para callar cualquier voz de desaliento en contra nuestra.
    «La confianza en las promesas de Dios acallan cualquier “ruido del desprecio” que el peor enemigo quiera gritar en contra del creyente» -Ministerio UMCD-
    #Reconstruyendo #Desprecio #Burla #Acoso #Fe #Confianza #PalabraDeDios #VoluntadDeDios #Valor #MinisterioUMCD #UnMomentoConDios
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  • 06 – Descubriendo nuestras “grietas”

    Nehemías 2:13-18
    “Llegué, pues, a Jerusalén, y después de estar allí tres días, me levanté de noche, yo y unos pocos varones conmigo, y no declaré a hombre alguno lo que Dios había puesto en mi corazón que hiciese en Jerusalén; ni había cabalgadura conmigo, excepto la única en que yo cabalgaba. Y salí de noche por la puerta del Valle hacia la fuente del Dragón y a la puerta del Muladar; y observé los muros de Jerusalén que estaban derribados, y sus puertas que estaban consumidas por el fuego. Pasé luego a la puerta de la Fuente, y al estanque del Rey; pero no había lugar por donde pasase la cabalgadura en que iba. Y subí de noche por el torrente y observé el muro, y di la vuelta y entré por la puerta del Valle, y me volví. Y no sabían los oficiales a dónde yo había ido, ni qué había hecho; ni hasta entonces lo había declarado yo a los judíos y sacerdotes, ni a los nobles y oficiales, ni a los demás que hacían la obra. Les dije, pues: Vosotros veis el mal en que estamos, que Jerusalén está desierta, y sus puertas consumidas por el fuego; venid, y edifiquemos el muro de Jerusalén, y no estemos más en oprobio. Entonces les declaré cómo la mano de mi Dios había sido buena sobre mí, y asimismo las palabras que el rey me había dicho. Y dijeron: Levantémonos y edifiquemos. Así esforzaron sus manos para bien.”

    1.Antes de comenzar algún proyecto, Nehemías guardó silencio, y no declaró “a hombre alguno lo que Dios había puesto en mi corazón”, él quería hacer una evaluación previa de las circunstancias.
    2.Al tercer día sale por la noche para mirar con detenimiento todo lo que se debía hacer, quería analizar cada detalle para poder mirar prioridades y grado de dificultades.
    3.Cuando hubo acabado todo el análisis llama a los líderes de la ciudad para indicarles lo que había visto y cómo Dios había bendecido su viaje con todo lo necesario para la tarea.
    4.Después de comunicarles la idea, les invita a participar de la reconstrucción, y juntos “esforzaron sus manos para bien.”

    Para poder mirar los detalles de todo lo que se tiene que hacer para reconstruir nuestras vidas, debemos hacer un inventario minucioso de todas las debilidades para poder enfocar las tareas más importantes y poder así priorizarlas.

    Para los moradores de Jerusalén, las condiciones en las que estaban viviendo eran ya tan comunes que las posibilidades que ellos puedan ver todas las aperturas, grietas y puertas abiertas con claridad tal vez no hubiera sido posible. La cotidianidad de las circunstancias hace que perdamos perspectiva de las debilidades, por eso, el análisis que hizo a solas Nehemías fue fundamental, porque teniendo una perspectiva nueva y externa, hizo posible que vean todo lo que hacía falta.

    En nuestra vida, cuando estamos viviendo por un buen tiempo en medio de nuestras debilidades, la posibilidad de pasar por alto las áreas donde fallamos mucho puede ser común. Para poder emprender la reconstrucción de nuestras vidas, necesitamos de personas fieles y sabias, consejeros o pastores que nos ayuden a analizar nuestra vida tal cual es, para que identificando lo que debemos hacer, podamos poner manos a la obra sobre aquellas prioridades.

    ¡Buscar ayuda en otros siempre será bueno!

    Proverbios 11:14
    “Donde no hay dirección sabia, caerá el pueblo;
    Mas en la multitud de consejeros hay seguridad.”

    «Cuando no miramos nuestras debilidades correctamente, es sabio buscar ayuda para que podamos ver nuestros errores» -Ministerio UMCD-

    #Reconstruyendo #Debilidades #Análisis #Reconocimiento #Consejo #Prudencia #Ayuda #MinisterioUMCD #UnMomentoConDios

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  • 05 – Movido por voluntad de Dios

    Nehemías 2:11-12
    “Llegué, pues, a Jerusalén, y después de estar allí tres días, me levanté de noche, yo y unos pocos varones conmigo, y no declaré a hombre alguno lo que Dios había puesto en mi corazón que hiciese en Jerusalén; ni había cabalgadura conmigo, excepto la única en que yo cabalgaba.”

    1.Al inicio, cuando vimos el dolor en el corazón de Nehemías que trajo la noticia de los problemas existentes en Jerusalén, parecía que todo era deseo de este valiente emprendedor (Neh. 1:1-11), pero ahora que vemos su misma declaración a la llegada a la ciudad, vemos que todo había sido voluntad de Dios.
    2.Había sido el Señor quien había puesto el deseo en el corazón de Nehemías de realizar la tarea de reconstrucción, no solamente había sido un deseo humano.
    3.En toda tarea divina se requiere de la voluntad del Señor y de Su obra en el corazón de un hombre para poder comenzar algo que solamente Dios puede hacer. El mismo Señor Jesús nos recuerda ese patrón en la obra de Dios cuando vivió como hombre aquí en la tierra. (Jn. 5:17, 19-20)
    4.Todo siervo de Dios entiende la manera de proceder de Él, porque solo así se lograrán las metas, mismas que no son simples deseos humanos, sino planes celestiales. (Sal. 127:1)

    Nehemías había iniciado todo un viaje hasta poder llegar a Jerusalén, todo el tiempo de espera para poder conseguir todo lo que necesitaba para obtener lo que deseaba, los meses que pasó orando para que el corazón del rey sea movido en gracia a su favor, y todo lo que fue provisto, no fueron grandes ideas de él; para nada. Todo había sido voluntad de Dios.

    En la vida del creyente, cuando Dios va a hacer algo grandioso, es Él quien ha estado orquestando todo para que, llegado el momento, se dé. (Fil. 2:13)

    Dios tiene que obrar en el corazón del hombre, moviendo su voluntad a la de Él, y cuando todo esté listo para iniciar, entonces todo encaja en tiempo y recursos. La maravillosa obra de Dios está diseñada desde antes del inicio de los tiempos, y ha sido establecido por Dios para que todo encaje en el plan maestro del Señor. (Ecl. 3:11, 14-15)

    De la misma manera, cuando Dios va a reconstruir algo en nuestras vidas, es Él quien ha iniciado la obra, y todo está dentro de Sus planes para nosotros, por esto es fundamental de nuestra parte estar atento a la guía de Dios y a los deseos que Él ha puesto en nosotros, porque cuando el tiempo del Señor se activa para algo específico, entonces ese tiempo es perfecto, y todo ha sido plenamente organizado por la mano del Gran Planificador.

    “Señor, toda obra que haces en nosotros fue planificada desde la eternidad, y en ese gigante misterio divino nos alegramos y te agradecemos”.

    «Toda obra de Dios en la vida del hombre ha sido eternamente planificada y soberanamente provista por voluntad del Hacedor de dicha obra» -Ministerio UMCD-

    #Reconstruyendo #VoluntadDeDios #PlanesEternos #ObraDeDios #Deseo #Planes #Hombre #Eternidad #MinisterioUMCD #UnMomentoConDios

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  • 04 – Prepárese para los obstáculos

    Nehemías 2:7-10
    “Además dije al rey: Si le place al rey, que se me den cartas para los gobernadores al otro lado del río, para que me franqueen el paso hasta que llegue a Judá; y carta para Asaf guarda del bosque del rey, para que me dé madera para enmaderar las puertas del palacio de la casa, y para el muro de la ciudad, y la casa en que yo estaré. Y me lo concedió el rey, según la benéfica mano de mi Dios sobre mí.
    9 Vine luego a los gobernadores del otro lado del río, y les di las cartas del rey. Y el rey envió conmigo capitanes del ejército y gente de a caballo.
    10 Pero oyéndolo Sanbalat horonita y Tobías el siervo amonita, les disgustó en extremo que viniese alguno para procurar el bien de los hijos de Israel.”

    1.Dios estaba del lado de Nehemías, después de haber orado por 4 meses, por fin se le dio la oportunidad de hablar al rey, y éste le fue favorable en todo lo que Nehemías pidió. (Neh. 2:1-8)
    2.Nehemías había salido con un decreto real en sus manos que le autorizaba llegar a su destino, pero también le otorgaba la autorización de solicitar todo el material necesario para la reconstrucción. (Neh. 2:7, 8)
    3.Además, había recibido una escolta, ya que por el cargo que tenía, Nehemías tenía cierto reconocimiento, por ser un cargo oficial.
    4.La presencia de este “intruso”, junto con las autorizaciones que traían en mano, a más de la comitiva que le aseguraba resguardo, trajo inquietud entre los que lo veían llegar, pero sobre todo en los enemigos de Jerusalén, quienes no estaban contentos con su presencia.

    Generalmente, cuando las cosas van bien a alguien, siempre habrá muchos que no estarán de acuerdo con lo que sucede, y este celo o egoísmo puede llevarlos a disgustarse por la prosperidad de otros.

    Sanbalat y Tobías no vieron con agrado la presencia de Nehemías. Debemos recordar que el pueblo de Jerusalén había encontrado oposición por parte de sus moradores vecinos cuando ellos quisieron reconstruir el Templo (Esd. 4:7-23), y la presencia de otro “intruso” en la zona les molestaba.

    Como vamos a ver más adelante en la historia de Nehemías, llegaría otro personaje malintencionado que también se añadiría al bando enemigo, Gesem el árabe. (Neh. 6:1)

    ¿Cómo se puede ver esto en nuestras vidas? Cuando una persona quiere trabajar en la reconstrucción de su vida o de la relación con alguien, siempre aparecerán personas malintencionadas que querrán detener ese esfuerzo. Personas que con amargura, celo o egoísmo no estarán contentos.

    Aún el mismo mundo y satanás estarán siempre en contra de la vida de un creyente que quiere reconstruir su vida u entregarse a Dios. Muchas veces es la misma familia o las amistades quienes trabajan en contra del creyente que se quiere comprometer y cambiar junto a Dios.

    No espere que todo sea sencillo, si bien Dios nos provee de todos los recursos que vayamos a necesitar para levantar nuestra obra de reconstrucción, los enemigos estarán ahí para detenernos. Lo que debemos hacer es tener presente las posibilidades de obstáculos, pero esa decisión de cambiar para bien debe permanecer en nosotros, y debemos trabajar duro hasta lograrlo.

    «Así como para subir una montaña debemos esforzarnos ante las dificultades, en nuestra reconstrucción espiritual debemos recordar que habrá obstáculos que junto a Dios podrán ser vencidos» -Ministerio UMCD-

    #Reconstruyendo #Obstáculos #Problemas #Enemigos #Dificultades #Seguir #Fidelidad #MinisterioUMCD #UnMomentoConDios

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  • 03 – Confiando en Su tiempo

    Nehemías 2:1-8
    “Sucedió en el mes de Nisán, en el año veinte del rey Artajerjes, que estando ya el vino delante de él, tomé el vino y lo serví al rey. Y como yo no había estado antes triste en su presencia, me dijo el rey: ¿Por qué está triste tu rostro? pues no estás enfermo. No es esto sino quebranto de corazón. Entonces temí en gran manera. Y dije al rey: Para siempre viva el rey. ¿Cómo no estará triste mi rostro, cuando la ciudad, casa de los sepulcros de mis padres, está desierta, y sus puertas consumidas por el fuego? Me dijo el rey: ¿Qué cosa pides? Entonces oré al Dios de los cielos, y dije al rey: Si le place al rey, y tu siervo ha hallado gracia delante de ti, envíame a Judá, a la ciudad de los sepulcros de mis padres, y la reedificaré. Entonces el rey me dijo (y la reina estaba sentada junto a él): ¿Cuánto durará tu viaje, y cuándo volverás? Y agradó al rey enviarme, después que yo le señalé tiempo. Además dije al rey: Si le place al rey, que se me den cartas para los gobernadores al otro lado del río, para que me franqueen el paso hasta que llegue a Judá; y carta para Asaf guarda del bosque del rey, para que me dé madera para enmaderar las puertas del palacio de la casa, y para el muro de la ciudad, y la casa en que yo estaré. Y me lo concedió el rey, según la benéfica mano de mi Dios sobre mí.”

    1.Habían pasado cerca de 4 meses desde que Nehemías había escuchado la terrible noticia (Neh. 1:1-3) hasta que “sucedió” lo que tanto esperaba, Dios intervendría por medio de Artajerjes para ayudarlo. (Neh. 2:1)
    2.Siendo el copero, el que Nehemías esté triste no era común, puesto que esto podía generar dudas o inquietud; por ello, tuvo gran temor a causa de la pregunta del rey.
    3.En la respuesta, el rey le indica si hay algo que pueda hacer para favorecer el deseo de Nehemías, y antes de decir algo, pide nuevamente a Dios su intervención.
    4.Nehemías comenta el plan, y el rey “concedió” tal cual se lo había pedido, porque “la benéfica mano de mi Dios sobre” él. (Neh. 2:8)

    Si uno tuviera que esperar cuatro meses para poder iniciar un proyecto considerado urgente (como así lo veía Nehemías), yo creo que muchos nos desalentaríamos, o quizás, no esperaríamos, si no que pusiéramos manos a la obra… saliéndonos del tiempo y la voluntad de Dios.

    Nehemías pudo esperar todo ese tiempo porque confiaba en Él. Ya había derramado su corazón a Dios, y sabía que el Señor respondería de acuerdo con Su tiempo, porque todo es hermoso en el tiempo de Él (Ecl. 3:1, 11). Reconocía la soberanía y sabiduría de Dios, y comprendía qué, si Él iba a hacer algo, prepararía todo para que cada detalle estuviera en su lugar.

    Durante ese tiempo estuvo trabajando en el corazón de Artajerjes de la misma manera que había preparado el corazón de Nehemías, y así le ayudaría a lograr lo que desde el inicio el copero había pedido, que Dios le ponga en “gracia delate que aquel varón”. (Neh. 1:11)

    En la reconstrucción de nuestras vidas, matrimonios, o alguna otra obra en la que Dios intervendrá, siempre Su tiempo es esencial. La palabra “sucedió” quiere decir ‘llegó a ser’ o ‘aconteció’, dando a entender la manera muy peculiar en que se dan las cosas. Y en el caso de nuestra historia, así lo vio Nehemías.

    Cuando nosotros esperamos la obra de Dios, debemos aprender a mirar Sus tiempos, no los nuestros; y aunque parezcan demorados, nada sale de Su voluntad, todo encaja en Su perfecto tiempo. En la Primera y Segunda Venida de Cristo vemos este perfecto patrón. (Comp. Gá. 4:4; 2 P. 3:9)

    Dependa de Dios antes de actuar, mire si es tiempo de hacer algo, o si debe esperar. Confiar en Dios requiere muchas veces ser paciente, y sentarse en otras (Sal. 46:10); pero nada será tardío, todo encajará apropiadamente.

    «Cuando Dios va a hacer algo, todo será hermoso en el día y la hora de Su calendario celestial; no antes, ni después» -Ministerio UMCD-

    #Reconstruyendo #Dependencia #Tiempo #Oración #VoluntadDeDios #Dio

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  • 02 – Clamando restauración

    Nehemías 1:4-11
    “Cuando oí estas palabras me senté y lloré, e hice duelo por algunos días, y ayuné y oré delante del Dios de los cielos. Y dije: Te ruego, oh Jehová, Dios de los cielos, fuerte, grande y temible, que guarda el pacto y la misericordia a los que le aman y guardan sus mandamientos; esté ahora atento tu oído y abiertos tus ojos para oír la oración de tu siervo, que hago ahora delante de ti día y noche, por los hijos de Israel tus siervos; y confieso los pecados de los hijos de Israel que hemos cometido contra ti; sí, yo y la casa de mi padre hemos pecado. En extremo nos hemos corrompido contra ti, y no hemos guardado los mandamientos, estatutos y preceptos que diste a Moisés tu siervo. Acuérdate ahora de la palabra que diste a Moisés tu siervo, diciendo: Si vosotros pecareis, yo os dispersaré por los pueblos; pero si os volviereis a mí, y guardareis mis mandamientos, y los pusiereis por obra, aunque vuestra dispersión fuere hasta el extremo de los cielos, de allí os recogeré, y os traeré al lugar que escogí para hacer habitar allí mi nombre. Ellos, pues, son tus siervos y tu pueblo, los cuales redimiste con tu gran poder, y con tu mano poderosa. Te ruego, oh Jehová, esté ahora atento tu oído a la oración de tu siervo, y a la oración de tus siervos, quienes desean reverenciar tu nombre; concede ahora buen éxito a tu siervo, y dale gracia delante de aquel varón. Porque yo servía de copero al rey.”

    1.Después de entender la realidad de la condición del pueblo, Nehemías no decide tomar acciones propias sin antes depender de Dios. Él sabía que nada se pudiera hacer sin la intervención del Señor.
    2.Esta oración no salió de la boca del orador, ¡no! Esta oración sale de un corazón afligido que entendía desde lo más profundo de su ser lo terrible de lo acontecido.
    3.Comienza adorando al Señor, reconociendo que Él es “Dios de los cielos, fuerte, grande y temible”, pero también recuerda que es Dios fiel que “guarda el pacto y la misericordia a los que le aman y guardan sus mandamientos”. (Neh. 1:5)
    4.Nehemías reconoce que ellos (y en esto se incluye identificándose con su nación – v. 6) habían pecado, por tanto, comprendía que era justo lo que estaba pasando con Jerusalén, y por supuesto, su nación.
    5.Pide que Dios actúe en favor. Mencionando Su misma Palabra, le pide que obre conforme a Sus promesas. (Neh. 1:8, 9; Comp. Dt. 4:29-31; 30:1-5)
    6.Le expresa que ellos son Su pueblo, quienes habían sido liberados con mano poderosa de Egipto, y que ahora estaban en afrenta y necesitaban la ayuda de su Redentor.
    7.Después de poner su corazón derramado ante la presencia de Dios, le pide que le ayude con una petición que podría favorecer esa tan anhelada reconstrucción.

    Solamente la persona que entiende lo terrible del problema, y que reconoce que sólo Dios puede intervenir en favor, puede hacer una oración tan sentida, buscándolo.

    Para poder mirar la obra de Dios, debemos recordar que necesitamos de Él con sentido pleno de dependencia, no de apoyo solamente. Como creyentes, no necesitamos la “colaboración de Dios” para lograr nuestros deseos; al contrario, debemos recordar que sin Su participación nada se puede lograr en términos reales.

    Nehemías sabía que, sin la intervención divina, nada podía hacer para que cambie. Conociendo a Dios y Su Palabra, lo busca alineándose ante Su voluntad para pedir el favor de Él.

    Para iniciar todo proceso de restauración debemos recordar que nada podemos hacer por nosotros mismos. Tengamos presente que somos limitados en sabiduría y poder, pero que Dios sabe lo mejor y Él puede todo. Ahí estaba la clave del éxito de la empresa que llevaría a cabo Nehemías.

    ¿Y usted, busca la ayuda de Dios, o depende plenamente de Él? ¿Qué cree usted que requiere del favor pleno de Dios para lograrlo?

    «Solo las oraciones que salen del corazón del hombre, y que se alinean con la voluntad de Dios, llegan al corazón del Señor» -Ministerio UMCD-

    #Reconstru

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  • 01 – Reconociendo nuestra real condición

    Nehemías 1:1-4
    “Palabras de Nehemías hijo de Hacalías. Aconteció en el mes de Quisleu, en el año veinte, estando yo en Susa, capital del reino, que vino Hanani, uno de mis hermanos, con algunos varones de Judá, y les pregunté por los judíos que habían escapado, que habían quedado de la cautividad, y por Jerusalén. Y me dijeron: El remanente, los que quedaron de la cautividad, allí en la provincia, están en gran mal y afrenta, y el muro de Jerusalén derribado, y sus puertas quemadas a fuego. Cuando oí estas palabras me senté y lloré, e hice duelo por algunos días, y ayuné y oré delante del Dios de los cielos.”

    1.La historia de Nehemías es un relato que nos ayuda a mirar cómo la vida puede estar destruida, pero con la ayuda de Dios puede ser levantada para Su gloria.
    2.El nombre de Nehemías tiene un valor importante en esta reconstrucción, porque su nombre significa “consolación de Jehová”. Dios iba a consolar a Su pueblo.
    3.A pesar de los varios intentos en los que el pueblo había estado para levantar la ciudad con Zorobabel y Esdras, el pueblo seguía en afrenta y derrota.
    4.Cuando Nehemías escucha la triste realidad del pueblo y de la ciudad se sentó a llorar y hacer duelo. Sabía que no toda estaba bien, pero cuando escuchó las terribles noticias, descubrió la realidad del problema.
    5.Nada había cambiado definitivamente hasta ese momento, todo seguía a medias y sin esperanza; pero con el descubrimiento de la verdadera condición, ahora las cosas cambiarían definitivamente.

    La vida en la que el pueblo de Israel se encontraba, especialmente los habitantes de Jerusalén en el tiempo de Nehemías, puede parecerse en gran forma a la de muchos de nosotros actualmente; con “muros y puertas caídas”, en afrenta, derrotados y sin gozo. ¡Pero eso no debe seguir así! Todo puede cambiar si nos proponemos.

    Para poder iniciar el camino a la restauración de nuestras vidas, tenemos que reconocer la realidad del estado en el que nos encontramos, ese es el primer paso. Si no vemos con claridad nuestra condición, sobre todo cuando estamos en pecado, entonces no podemos enrumbarnos a un nuevo y mejor mañana.

    El paso a la sanidad emocional y espiritual de todos comienza con el reconocimiento de nuestra real condición. El pecado sin arrepentimiento o el rechazo al cambio atan a la persona a una vida derrotada en su área espiritual. Pero también el negativismo, la depresión, o el fatalismo, pueden llevarnos a una vida emocional destruida.

    Tengamos presente que con Dios toda restauración es posible (Jer. 18:1-6) y toda vida abundante es alcanzable en términos de una relación espiritual y emocional sana junto al Señor (Jn. 10:10).

    Antes de continuar en la vida, ¿por qué no se hace un inventario espiritual sincero y profundo con Dios? Pídale que le ayude a ver dónde realmente está, y si ya ha visto donde se encuentra, entonces es momento de ponernos manos a la obra, es tiempo de reconstruir nuestra vida con la ayuda de nuestro bondadoso y poderos Dios.

    «El cambio hacia una vida de victoria en Cristo inicia con el reconocimiento de vivir en una vida de pobreza espiritual» -Ministerio UMCD-

    #Reconstruyendo #Reconocimiento #Inicio #Cambio #Reconstrucción #Mejora #Dios #VidaAbundante #MinisterioUMCD #UnMomentoConDios

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